Entre la Constitución del 99 y la del 61 no hay diferencias profundas, solo enunciados que se han quedado en letras muertas, es el mismo régimen presidencialista, reforzado tóxicamente con más leyes centralistas, que lejos de "empoderar" al pueblo germina élites de élites, cogollos partidistas que invaden nuestras agobiadas vidas.
Uno de los tantos errores del expresidente Chávez es que comenzó con un accionar político cuando lo determinante era lo económico, no olvidemos que el mismo Marx señalaba que lo económico determina lo social, para el chavismo hablar de economía es un escozor como sí se hablara por antonomasia de capitalismo, nunca comprendió que la economía es una sola y no acepta imposiciones ideológicas, ella solo responde a hacer las cosas bien y este gobierno lo ha hecho muy mal, pésimamente.
Imagínense sí Chávez en lugar de apoyarse en economía de otros países se hubiese afincado en nuestro aparato productivo, en nuestros empresarios y trabajadores, que distinta fueran las cosas hoy. El chasquido "el barril puede llegar a cero dólares y en Venezuela no pasará nada" duró lo que duró el boom petrolero, pero es que ni siquiera eso, el chavismo ha sido una oda al rentismo petrolero que no tuvo el buen resguardo de la otrora tercera petrolera mundial, aunque el precio del barril sigue alto, ahora no se cuenta con producción petrolera, Pdvsa hoy apenas tiene la producción que exhibía en 1948 y cayendo.
Imagínese sí Chávez hubiese hecho de la educación y el trabajo los principales pilares del país, en lugar de las hemorragias de bonos tan populistas como exiguos, que alimentan la hiperinflación, que apenas alcanzan para un cartón de huevos, tuviéramos de nuestras manos, de nuestras universidades, de nuestro esfuerzo el "Hecho en Venezuela" que tanto añoramos en este país desnaturalizado. Imagínese sí Chávez en lugar de politizar las instituciones del Estado las hubiese profesionalizado, colocando en ellas personas capaces, con méritos, la ley regiría nuestras vidas, no un carnet del partido, un fulano contacto.
Imagínense sí Chávez en lugar de etiquetar de escuálidos, majunches y con decenas epítetos más a quienes pensaban (con razón) distinto a él, los hubiese convocado para escuchar opiniones, alternativas, propuestas para poner en marcha al país ¡Que distintas fueran las cosas hoy! Imagínese sí en lugar de copiar el sistema político castrista hubiese tratado de emular lo positivo del sistema educativo de Finlandia, la mística laboral de Japón, el institucionalismo alemán, los sistemas de transporte masivos europeos ¡Qué distinta fuera Venezuela hoy!
Imagínese sí Chávez en lugar de pasar a la historia como un excusólogo que endilgaba la culpa de sus fracasos a terceros, hubiese encarado los problemas del país, se hubiesen resuelto los males tradicionales de la nación, en lugar de ello se empeoraron y crearon nuevos, mucho peores. El chavismo jamás comprendió que al momento en que un gobernante asume su cargo todos los problemas existentes pasan a ser suyos, para eso se eligen, para que los asuma y corrija, el castrismo en Venezuela es una fabrica de problemas. No sabríamos que hubiese pasado sí en el 98 Salas Romer hubiese sido electo presidente, lo que si sabemos es que el país fuera distinto…. Este es un artículo lleno de melancolía.
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