Hemos llegado a un tiempo definitorio en nuestra organización política y muestra de ello es el llamado a iniciar un proceso de reflexión interno en el IV Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela. Al momento de escribir este artículo se están realizando un sinfín de asambleas informativas sobre la metodología a implementar; la presentación de propuestas para los estatutos; y la forma de escogencia de los delegados. La finalidad del encuentro asoma la necesaria posibilidad de reestructurar a la organización, reformar sus reglamentos y escoger una nueva directiva desde lo parroquial, municipal, regional y nacional. Por lo tanto, no cabe duda de que el compañero Nicolás maduro, ha entendido los anhelos de la militancia en torna a: "simplificar las estructuras de militancia, de dirección y funcionamiento, elevar sus niveles de eficacia y eficiencia, porque mientras más simple es la organización, podemos responder de mejor manera a las necesidades sociales". Quedando en evidencia que la presencia de los delegados electos debe ser para elevar el debate hacia formas de organicidad nueva, hacia métodos y herramientas que nos dimensionen y estructuren en la construcción de un Estado Radicalmente opuesto al vigente. No se puede seguir siendo una enorme plataforma electoral, forma en la que viene existiendo el partido, sino una que lleva la vanguardia de la lucha política en lo cotidiano y que direccione a todas las fuerzas populares en pro de la destrucción definitiva de este Estado rentista-monoproductor-dependiente.
Este IV congreso debe sentar las bases para transitar desde la desmoralización-desmotivadora, asociada a la defraudación que genera el actual tiempo coyuntural, que viene retirando las esperanzas de los trabajadores hacia la lucha frontal para derrocar a la burguesía tradicional y a los reformistas-oportunistas que medran sobre los espacios de dirección y poder político dentro del partido, hacia un incentivo en la reorganización como estructura de vanguardia para la clase trabajadora, convirtiendo a los excluidos en incluidos a un nuevo sistema económico-productivo, recordando siempre, que el socialismo es un "modo de producción" que mejora las condiciones de vida. Dando por negado, los planteamientos de reformar al régimen rentista-capitalista con formulas mágicas que devuelvan los niveles de consumismo que teníamos cuando el barril rondaba los 120$, lo que sería engañar a nuestro pueblo.
Donde los militantes nos ubiquemos como reproductores auténticos de las tradiciones revolucionarias independentista, siendo el PSUV instrumento continuador de la trayectoria socialista de nuestro comandante, Hugo Chávez Frías. Y para finalizar, que nuestro objetivo estratégico quede definido para pulverizar el sistema económico dependiente y rentista, reemplazándolo por uno soberano y productivo, dirigido por los órganos del poder popular, germen esté del socialismo bolivariano, que extinguirá gradualmente el Estado actual por uno más democrático y popular dando garantías de una sociedad con mayores niveles en la calidad de vida. Entendiendo que dicha pulverización no se determinara desde las voluntades situacionales del poder institucionalizado, ni muchos menos olvidando el retorno al poder originario sino que se fortalecerá en el reconocimiento hacia los poderes creadores del pueblo y en la direccionalidad política que el congreso imponga a la totalidad de las nuevas estructuras. Avizoramos tiempos de reflexión, tiempos de análisis y discusión, tiempos de dirección y construcción colectiva, tiempos del poder popular, tiempos para la comuna, tiempos para el Estado Comunal.
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