Hay humanos que hacen la historia y otros las escriben para ser plasmada en los libros, y así quedar perderme a los ojos del lector.
Los años han demostrado que es necesario interpretarlo lo escrito en acontecimiento real, porque muchas veces, no todo se ajusta a la verdad de los sucesos.
Los historiadores de nuestra patria, muchos de ellos no cumplieron con la ética de divulgar al pueblo venezolano, los defectos y virtudes de nuestros Héroes, Mártires y Libertadores, que en nada desmerece a quienes se sacrificaron por la Independencia de Venezuela.
Cuando Simón Bolívar viajó a España se enamoró de María Teresa del Toro, existió entre esos dos seres un amor apasionado e irresistible y que en corto tiempo contrajo matrimonio con su adorada dama, retornando de inmediato a Venezuela su patria natal.
En su corto tiempo de permanencia en el país, falleció su esposa, a quien juró al lado del sepulcro jamás volverse a casar, lo cual cumplió.
No fue fácil para Simón Bolívar soportar aquellos días de soledad, sin su amada esposa, que lo llevó a una determinación: viajar a Francia. Donde le tocó ver el desarrollo una revolución que se estaba realizando en ese país dirigido por Napoleón Bonaparte, por la que Bolívar tenía simpatía y en ciertas forma creyó conveniente estar cerca de ella, la que veía como faro de luz para emprender la revolución Venezolana, y acariciar sueño en ver libre a su patria.
Mientras Simón Bolívar permaneció en Francia soportando el sufrimiento de la pérdida de su esposa, conoció en ese país a su prima Fanny Du Villares con quien cultivó una gran amistad que en pocos días, se convirtió en un romántico amor entre esos dos seres. Hasta la llegada de su mentor y maestro Simón Rodríguez quien lo acompaño a Italia para hacer el juramento del Monte Sacro y jurar la Independencia de Venezuela del yugo Español.
Desde el primer día que partió de Francia, con su maestro Don Simón Rodríguez, jamás volvió a ver a su prima Fanny Du Villares, con quien solo se comunicaba por medio de sus misivas cartas de amor.
Los historiadores nos hicieron creer que la mujer más amada Bolívar, después de su esposa, fue Manuelita Zaen. No fue así, Manuelita, fue el amor de su infortunio, de la guerra, del combate y la paz, pero por encima de ella, estaba su prima Fanny a quien el 10 de Diciembre de 1830 en el penúltimo artículo de su testamento le envió su carta de amor despidiéndose de ella con gran sentimiento de tristeza y dolor.
Mujer con quien tuvo un hijo que jamás llegó a conocer, con el nombre Simoncito Biffard.
Otros hijos del Libertador que no reseñan los Historiadores la niña de Achagua, que llevó por nombre Clorinda García de Sena y Toro. Doña Flora Tristán, hija de Teresa Lainey de Tristán, José Costa hijo de Joaquina Costa.
Don Miguel Camacho: nació en pie de cuesta Socorro Norte de Santander, quien vivió toda su vida en Ecuador y murió el 10 de Julio de 1898. Cultivo una gran amistad con el Presidente de ese país General Eloy Alfaro, quien lo acompañó el día de entierro hasta la última morada.
Varios de los hijos nombrados fueron reconocidos por su hermana María Antonia, nunca le dieron el apellido por no provenir de origen matrimonial, con quienes compartió varias veces con ellos en su hogar.
A continuación la última carta de Simón Bolívar a su prima Fanny Du Villares.
"QUERIDA PRIMA;
¿Te extraña que piense en ti al borde del sepulcro?
Ha llegado la última aurora: tengo al frente el Mar Caribe, azul y plata, agitado como mi alma por grandes tempestades: a mi espalda se alza el Macizo gigantesco de la sierra con sus viejos picos coronados de nieve impolutas como los ensueño de 1805; por sobre de mí, el cielo más bellos de América, la más hermosa sinfonía de colores, y el más grandioso derroche de luz… Y tú estás conmigo porque todos me abandonan, conmigo en los postreros latidos de la vida y de la última fulguración de la conciencia.
Adiós Fanny.
Esta carta llena de signos vacilantes la escribe la misma mano que estrechó la tuya en las horas del amor, de la esperanza de la fe; esta es la letra escritora del Decreto de Trujillo y del mensaje al Congreso de Angostura. ¿No la reconoces verdad? Yo tampoco la reconocería si la muerte me señalara con sus dedos despreciando la realidad de este supremo instante.
Si yo hubiera muerto sobre un campo de Batalla dando frente al enemigo, te daría mi gloria la gloria que entreví a tu lado, a los campos de un sol de primavera, muero miserable, proscrito, destetado por los mismos que gozaron mis favores, víctima del intenso dolor, presa de infinitas amarguras. Te dejo mis recuerdos, mis tristezas y las lágrimas que no llegaron a vestir mis ojos. ¿No es digna de tu grandeza tal ofrenda? Estuviste en mi alma en el peligro; conmigo presidiste los concejos de gobierno tuyos fueron mis triunfos y tuyos mis reveses; y tuyos serán también mis últimos pensamientos y mis penas postrimerías.
En las noches galantes del Magdalena vi desfilar mil veces las góndolas de bairón por los canales de Venecia, en ellas iban grandes bellezas y grandes hermosuras pero no ibas tú: porque tú has flotado en mi alma mostrada por nieves cantidades.
A la hora de los grandes desengaños, a la hora de las últimas congojas, apareces ante mis ojos moribundos con los hechizos de la juventud y de la fortuna; me miras; y en tu pupila arde el fuego de los volcanes, me hablas y en tu voz, oigo las diana inmortales de Junín y bombonas:
¿Recibiste los mensajes que te envié desde la Cima del Chimborazo? Adiós Fanny. Todo ha terminado juventud, ilusiones, sonrisas y alegrías se hunde en la nada; solo tú quedas como visión seráfica señoreando el infinito, dominando la eternidad.
Me tocó la misión del relámpago rasgarme un instante la nieves fulgurante apenas sobre el abismo y tornar a perderme y hundirme en el vacío"
SIMON BOLIVAR…
PATRIA SOCIALISTA VIVIREMOS Y VENCEREMOS