El que se mete con el presidente de la paz, Nicolás Maduro Moros, se mete con millones de revolucionarios que estamos dispuesto a dar la vida por el máximo líder de la revolución bolivariana, por ese férreo defensor del proyecto socialista que inició El Gigante Hugo Rafael Chávez Frías.
El sábado en la noche, durante el aniversario de la GNB, la ultra derecha criminal y terrorista se fue para lo hondo, rebasó cualquier límite de lo tolerable, al intentar asesinar a nuestro Primer Mandatario Nacional, pero fracasaron como siempre han fracasado cada vez que intenta una acción terrorista o algún acto de violencia en contra del Gobierno, eso sí, no se dará por vencida. De eso no hay duda.
El pueblo ahora debe estar atento al próximo paso que darán los intelectuales que están detrás del intento de magnicidio; porque descubiertos y derrotados apelarán a las viles de maniobras de siempre; tratarán de desvirtuar y subestimar el repudiable caso.
Lo hicieron con el golpe de estado en contra de Chávez el 11 y 12 de abril de 2002. Recuerden que esa vez, después que el pueblo regresó al Comandante Eterno a Miraflores, se activaron con la ayuda de la canalla mediática nacional e internacional, para intentar sembrar en las mayorías que no hubo golpe, sino vacío de poder, renuncia del Presidente, buscaron cualquier mentira y falso pretexto, con el objetivo de descalificar los hechos y evitar alguna condena al respecto.
Con esa misma estrategia, actuaron cuando iniciaron los hechos terroristas que provocaron la muerte de más de cien personas. Convocaban a marchas bajo el argumento de que eran pacíficas, y después ordenaban dispararle a la gente, sobre todo a los jóvenes. Así asesinaron a muchos incautos que lograron seducir.
Como no podían derrotar al Gobierno, en colaboración con los mismos medios de comunicación social al servicio del golpe en Venezuela y el exterior, pretendieron sembrar la especie, según la cual, el presidente Maduro, era quien ordenaba disparar en contra del pueblo.
Nunca han podido con las mentiras, sin embargo, tengan por seguro que, con este magnicidio fallido, volverán a poner en práctica la misma estrategia; intentarán desmentir y restarle importancia a uno de los hechos más repudiables que se haya registrado en los últimos años en Venezuela, como querer asesinar a un Presidente.
Ya dirán que el propio Maduro orquestó la operación en su contra, y surgirán “expertos” en la materia con verbo enérgico, poses intelectuales, apuntadores y mapas de la avenida Bolívar de Caracas, donde ocurrió el atentado, explicando el por qué esos hechos se tratan de una maniobra del Gobierno. Ya nadie les cree, pero siempre es factible que alguien se deje enredar por sus viles falsedades. Así que hay que estar preparados, para cerrarle el paso a esos criminales. Ellos con las mentiras y nosotros con la verdad a través de las redes sociales y medios de comunicación social posible.
No nos enfrentamos a nada fácil, nos enfrentamos a terroristas venezolanos articulados con el imperio gringo y, por ende, a sus lacayos como los paramilitares Juan Manuel Santos, Alvaro Uribe Vélez y su cachorro, Iván Duque. Tres de los peores criminales de Colombia, capaces de cualquier bajeza, barbarie, más si es ordenada por el psicópata Donald Trump.
No olvidemos, además que, si se trama algo en contra de Venezuela, la oligarquía de Colombia siempre estará presta a colaborar; tienen un dio muy grande en contra de Venezuela. No perdonan que los hayan gobernado dos venezolanos, Simón Bolívar y Rafael Urdaneta. Eso les corroe el alma, les duele, nunca lo han podido superar. Pasaron a la historia como unos traidores representados en Francisco de Paula Santander, quien intentó asesinar a nuestro Libertador.
La oligarquía santandereana tampoco perdona, que Venezuela haya decidido ser un país libre, soberano, antiimperialista, y ellos tengan que bajarse los pantalones cada vez que al criminal Donald Trump, le da la gana; hasta dejar que los militares gringos le violen las mujeres en sus narices sin poder hacer nada. Los yanquis son los que mandan en Colombia, para ellos no hay ley.
Pero ni esos serviles, arrastrados, ni los terroristas de la ultraderecha en general, pueden ni podrán con Maduro; ese intento de magnicidio es reflejo fiel de que el máximo líder de la revolución bolivariana les está dando en la madre. Y ahora con todo ese apoyo que ha recibido del pueblo revolucionario de Venezuela y de la comunidad internacional, van tener que calárselo por siempre.