Hace pocas horas se produjo un atentado fallido contra la vida del Mandatario de la Patria hermana de Venezuela NICOLÁS MADURO MORO, ideado por fabricantes de odio y violencia de la extrema derecha vil y corrupta interna, en alianza con la colombiana, que cumplen directrices de la bestia (666) imperialista.
La consigna de siempre ha sido, es y será, ante todo y sobre todo, destruir la paz construida por la Revolución Bolivariana, anular la armonía, el diálogo y el consenso que guía en su gestión patriótica al Presidente Obrero, y principalmente, fomentar luchas intestinas, para justificar lo que siempre ha hecho desde siglos pasados el auto nombrado policía del mundo: Intervenciones militares genocidas para apropiarse de recursos estratégicos de países con gobiernos progresistas.
Pero, una vez más, les salió el tiro por la culata y golpeó su nauseabundo rostro, en clara demostración de que la verdad y la justicia humana y celestial están del lado y favorecen la gestión oficial profundamente humana, equitativa, sustentable, de quien sigue al pie de la letra directrices patrióticas del Comandante Eterno Hugo Chávez Frías y de todos los próceres de la Patria Grande Bolivariana y Universal.
Este magnicidio frustrado forma parte del programa desestabilizador e intervencionista del imperio hegemónico, contra gobiernos y pueblos progresistas, que dejaron de ser su patio trasero, como el que padece, entre otros, la Patria Hermana de Nicaragua y lo sufre hace década la vertical e insobornable Patria nuestra cubana, paradigma de patriotismo neto, trabajo fecundo y solidaridad concreta.
A nadie debe extrañar este magnicidio frustrado, si lo sufrió muchas veces el Padre de la Patria, el Constructor de Repúblicas, el Libertador Simón Bolívar, el caraqueño genial, desde el primero ocurrido en la hacienda en Yare, en septiembre de 1807, frisando los 24 años de edad, hasta el último, el 25 de septiembre de 1828, complot liderado por el general Santander, su principal enemigo en Colombia, salvado el Paladín de las luchas libertarias por la valiente intervención de Manuelita Sáenz, quiteña, “Libertadora del Libertador”.
Cáusanos horror la violencia fratricida y el consiguiente intervencionismo militar imperialista en la tierra de esa Patria nuestra, que pudo desencadenar el asesinato del Presidente Líder Nicolás Maduro, como el que le produjo a Bolívar esa larga cadena de atentados frustrados.
Por eso, solo, atormentado por los recuerdos, rodeado de enemigos de Colombia y Venezuela, Bolívar falleció el 30 de diciembre de 1830, no sin antes hacer un llamado a la concordia, al final de los partidos y a la unión, como si ello pudiera ocurrir en ese “nido de alacranes” que se había vuelto Colombia (y que hoy lo es más todavía), sentencia firme y verdadera del general venezolano Mûller Rojas.
Clarinada de alerta Planeta Solidario, dispuestos todos a enfrentar, combatir y derrotar los nuevos intentos que se producirán con el fin de eliminar físicamente al Presidente Nicolás Maduro Moro, anular su gestión nacionalista y dejar sin efecto sus grandes objetivos y metas de crecimiento equitativo y consolidación de la democracia, en un clima de paz y hermandad, a pesar y por encima de la permanente guerra económica y mediática, engendrada por corporaciones desinformadoras al servicio de apátridas, fieles mandaderos internos y foráneos del auto proclamado “campeón de la democracia y de los derechos humanos”, la genocida bestia (666) hegemónica imperialista.
Fraternal saludo y adelante, siempre adelante, desde el Corinto Bolivariano: Panamá.
indoame08@gmail.com
(Periodista y Escritor)