Ante la profunda, peligrosa y explosiva crisis de identidad, ética, moral, de valores, de principios, social, política, jurídica y económica que está padeciendo La Matria Venezolana, la cual impide que sus habitantes pueden satisfacer sus necesidades básicas, fundamentales, esenciales y vitales de alimentación, salud, educación y seguridad, y que se ha profundizado de tal manera, que atenta no solo contra la preservación de los elementos naturales y los recursos que de estos provienen, sino que también amenaza seriamente hasta la misma soberanía nacional, la autodeterminación e integridad territorial del país, sometemos a la consideración de nuestros conmatriotas una propuesta que pueda servir de base para la elaboración de un Programa de Emergencia Nacional, el cual permita enfrentar exitosamente esta crisis estructural que nos mantiene al borde de un enfrentamiento fratricida con riesgo de nuestra extinción como Nación Libre y Soberana.
Esta propuesta contiene una serie de medidas prioritarias y urgentes que contribuirán a transformar estructuralmente la organización del Estado Venezolano, tendentes en el corto y mediano plazos al rescate del legado de nuestro Proceso Socio-Histórico, de nuestra Identidad Integralmente Mestiza, del Proyecto Bolivariano Original, y a la construcción, desarrollo y consolidación de un verdadero PODER POPULAR SOBERANO, mediante el cual el Pueblo organizado, en estructuras de carácter colectivo, asuma directa, participativa y protagónicamente la planificación, organización, dirección, ejecución, supervisión y control de la Administración Pública Nacional.
Las consideraciones básicas y fundamentales de esta propuesta para el programa nacional de emergencia, requiere generar planes de acción apoyados en un marco normativo que fundamentalmente contemple, entre otras, las siguientes: I.- MODIFICACIÓN RADICAL Y FUNCIONAL DE LA ESTRUCTURA DEL ESTADO EN TODOS SUS COMPONENTES CONSTITUCIONALES Y NORMATIVOS: En función de lo actualmente contemplado en la Carta Magna y del Proyecto Bolivariano Original, se impone modificar las estructuras y funciones que caracterizan al Estado Venezolano en general. Esto pasa por adaptarlo -en todos sus niveles- al ejercicio pleno de la democracia participativa y protagónica, bolivariana y directa, de manera que la soberanía popular no pueda ser nuevamente tutelada ni usurpada por el burocratismo estatal ni las camarillas partidistas que puedan formarse a través del tiempo. Con ese propósito se debe construir, desarrollar y consolidar un PODER POPULAR SOBERANO, el mayor de todos los Poderes Constituidos, a cinco niveles: Comunitario, Comunal, Local, Regional y Nacional, bajo cuya soberanía y en un accionar colectivista en cada nivel, se cumplan las actividades correspondientes a cada una de las cinco Ramas del Poder Público: Legislativo, Electoral, Ejecutivo, Moral o Ciudadano y Judicial. Las leyes del Poder Popular, además de otros documentos fundamentales orientados a consolidar el Proyecto Bolivariano, nos exigen terminar con el sistema democrático representativo, eurocentrista y liberal burgués, para acabar con la colonización, la explotación, las desigualdades y la pobreza e implantar la corresponsabilidad ciudadana, la justicia social y la Democracia Participativa y Protagónica, garantizando la participación colectiva y efectiva, en cada nivel del Poder Popular y para cada rama del Poder Público, de las auténticas vocerías surgidas desde las bases de las diversas expresiones (Consejos: comunales, campesinos, obreros, estudiantes, entre otros.) del Poder Popular Soberano, organizado.
II.- RACIONALIZACIÓN SOBRE LAS FUNCIONES DE GOBIERNO EN TODOS SUS NIVELES: Mediante la cultura de una nueva división político-territorial sociobioregional, de nuestro espacio geográfico, la participación permanente de las vocerías comunitarias en los asuntos públicos y la consolidación de la democracia participativa y protagónica.
III.- DESARROLLO ÉTICO Y MORALIZACIÓN DEL EJERCICIO POLÍTICO Y ADMINISTRATIVO EN TODAS LAS INSTANCIAS DE LOS PODERES PÚBLICOS: El Proyecto Bolivariano, expresado en la práctica fundamental de la democracia participativa, protagónica, bolivariana y directa, debe ser construido entre todos, con la participación y el protagonismo permanente del pueblo, unido en lo orgánico, político, ideológico y programático; lo cual debe reflejarse, a su vez, en la idoneidad ética y moral de quienes asuman los diversos cargos de la administración pública, teniendo en cuenta su condición primordial de ser voceros del Poder Popular, surgidos o elegidos desde la base misma de dicho Poder.
IV.- CORRESPONSABILIDAD EN LA SEGURIDAD Y DEFENSA INTEGRAL DE LA MATRIA: La seguridad en el orden interno, vale decir, la sensación de confianza y tranquilidad que deben sentir las personas al interior de los espacios geográficos donde habitan (comunidad, comuna, localidad, región, nación), solo es posible en un país donde los integrantes de su población están convencidos que todas las condiciones existenciales allí presentes, son las adecuadas para que cada uno de ellos pueda autor realizarse y que en colectivo pueden también obtener el Bien Común y el Buen Vivir de sus habitantes. De tal manera, que la sensación de seguridad interna solamente se lograra procurando un desarrollo nacional integral, que nos capacite para disponer de manera sostenida y permanente, de todos los bienes y servicio necesarios para satisfacer las necesidades esenciales, básicas y fundamentales de la población, derivadas de las realidades biológico-materiales, socio-culturales y psico-espirituales colectivas de esa nación. Refiriéndonos ahora a la defensa militar integral, debemos ratificar que esta es responsabilidad de todos los venezolanos, estén o no residenciados en el país, y de todos los extranjeros que estén legalmente viviendo en nuestro territorio; de allí que todos los responsables de nuestra defensa militar deben ser entrenados adecuadamente para estar en capacidad de cumplir con esta responsabilidad.
V.- EN EL CAMPO ECONOMICO: La difícil y peligrosa situación económica negativa, que está padeciendo actualmente Venezuela, exige de nosotros, los venezolanos, la concepción, aplicación y desarrollo de una propuesta económica propia y original, que nos saque de la crisis en que el entrampamiento de las propuestas y procesos económicos de la cultura hegemónica occidental, nos ha sumido durante varios siglos, y que también nos conduzca a la satisfacción de las verdaderas, propias y fundamentales necesidades de nuestro pueblo, con bienes y servicios producidos por nosotros. Este nuevo Estado debe fomentar, diseñar, respaldar y fortalecer un sistema económico diversificado de tres órdenes o áreas: 1) Estatizado, 2) Mixto y 3) Privado, pudiendo ser este último individual, colectivo, social o comunal, pero previendo que se rompa con la lógica de la depredación y la explotación, y crear, en consecuencia, unas nuevas relaciones productivas conscientes, responsables, armónicas y equilibradas, las cuales nos provean de los bienes y servicios necesarios, sin explotar al ser humano, sin afectar el medio ambiente y en equilibrio con los elementos naturales y todos los otros seres vivos que existen en nuestra Pachamama. Siendo que la SOBERANIA AGROALIMENTARIA es vital para los pueblos, naciones y países que deseen disfrutar de una vida independiente, autodeterminada y soberana, dicha soberanía es la primera soberanía que se debe procurar y luchar; de allí, que EL DESARROLLO AGRARIO INTEGRAL DEL CAMPO VENEZOLANO (DAICV) debe constituirse en primera prioridad en nuestra lucha existencial social, política y económica, lo cual exige profundos cambios de mentalidad en la sociedad venezolana sobre lo que debe ser el futuro agrario del país, nuestra agrocultura venezolana, la vital importancia que tiene nuestro compromiso consciente con la Familia Campesina Nacional, su BUEN VIVIR y el papel fundamental que estas familias representan para garantizar la soberanía agroalimentaria de nuestra Matria, entre otros.
VI.- EN EL CAMPO DE LA ALIMENTACION: Debemos realizar todos los esfuerzos que sean necesarios para rescatar nuestros hábitos alimenticios, sustentados en una dieta desarrollada a partir de alimentos de producción nacional, potenciando y desarrollando para apoyar tales fines, la muy variada producción agrícola nacional a todo lo largo y ancho de nuestro país. El Sistema Nacional de Apoyo y Control a la Producción, Comercialización y Distribución Agrícola deberá ser totalmente automatizado y planificado, programado, dirigido, acompañado y supervisado por el Estado. Se establece como de primera prioridad en el Plan de Desarrollo Estratégico de la Nación la formación del potencial humano y la producción de los insumos, herramientas, maquinarias, instalaciones e infraestructuras que son necesarias de emplear directamente en la producción de alimentos.
VII.- EN EL CAMPO DE LA SALUD: Se deberá crear un Sistema Nacional de Salud totalmente planificado, programado, dirigido, ejecutado, supervisado y controlado por el Estado, en cuyos niveles primarios de ejecución, vale decir, medicina preventiva, medicina familiar y atención primaria entre otros, intervengan las comunidades organizadas a través de los Comités de Trabajo Comunitario para la Salud de los Consejos Comunitarios (comunales, campesinos, obreros, estudiantes, entre otros) y los Comités de Gestión para la Salud de las Comunas, teniendo el cuidado de que los empleados del Sistema de Salud en las instalaciones que atiendan estos niveles, pertenezcan a las comunidades que están siendo atendidas. Los sueldos y salarios de las personas que laboren directamente en la prestación de servicios de salud serán los segundos más altos en el País, después de los de aquellas personas que trabajan directamente en la producción de alimentos. Las personas que trabajen directamente en la prestación de servicios de salud, siendo este un servicio incuestionablemente público, harán carrera dentro del Sistema, rigiéndose por la normativa y los manuales de formación, calificación, clasificación, desempeño y remuneración elaborados al respecto; siendo este servicio público un empleo de dedicación exclusiva, solamente compatible con actividades complementarias de docencia dentro del mismo Sistema de Salud.
VII.- EN EL CAMPO DE LA EDUCACION: En el campo de la educación, entre otras, se deben atender dos grandes aéreas: 1) La formación socio-política de la población y 2) La formación científico-tecnológica. Los grupos sociales organizados, las comunidades, las naciones requieren de personas social y políticamente formados para poder funcionar pacifica, armoniosa y virtuosamente. Esta formación socio-política deberá sustentarse en la identidad integral de cada nación, en las características de su medio circundante y en los valores y principios filosóficos, culturales, sociales y políticos que los habitantes de cada nación tengan. En este sentido, los venezolanos debemos tener una formación social y política basada en nuestra identidad integral mestiza, en las características de nuestro entorno tropical, caribeño, andino, amazónico y llanero, y, los postulados filosófico-ideológico-socio-político-jurídico-económico del Ideario Bolivariano y sus raíces Robinsoniana, Bolivariana y Zamorana. Tengamos en cuenta que hasta el presente, nuestra formación social y política ha sido desarrollada en base a una cosmovisión, postulados, planteamientos, métodos, procedimientos, técnicas y bibliografía impuestos por la mentalmente colonizante hegemonía, que la cultura occidental ha desarrollado sobre nosotros y que nos ha impedido conocer quiénes somos y donde estamos, imposibilitando también, nuestro avance en el afianzamiento de nuestro glorioso Proceso Bolivariano Revolucionario. Adicionalmente a la formación socio-política, otra de las grandes urgencias es la atención a la educación moral y cívica de los venezolanos; en tal sentido el Estado deberá acometer un gran programa de formación y acompañamiento para niños, padres, familiares y maestros, que garantice a todos los niños venezolanos un entorno y una formación donde solamente se practiquen y se fijen sentimientos positivos de ternura, amor, bondad, cariño, solidaridad, identidad, reconocimiento, convivencia, sinceridad, laboriosidad y honestidad, entre muchos otros. La formación social y política de la población, muy particularmente la formación moral y cívica, deberá acometerse por todas las vías posibles y los medios disponibles, tanto formales como informales. La formación socio-política del estudiante deberá estar presente continuamente en todos los anos y en todos los niveles (inicial, básico, secundario y superior) del sistema educativo de la Nación, formando parte del pensum oficial y con su correspondiente ponderación y créditos académicos. Se deberá crear la Universidad Nacional para la formación social y política de la población, la cual entre muchos otros programas a desarrollar en el orden socio-político, hará énfasis también, en la formación moral y cívica de la población, particularmente, la formación en el campo de las relaciones humanas y la interacción personal para aquellos quienes vayan a desempeñarse en actividades de servicio, públicas o privadas, que impliquen relacionamiento o contacto permanente con sus conciudadanos, con otras personas o clientes.