Vuelta al trigo y el molino de piedra

En los años sesenta, para quienes hoy son adultos contemporáneos, era un verdadero placer visual, contemplar los bellos sembradíos de trigo en los campos del paramo de Mucuchies, de Gavidia, Mocao, donde las espigas del oro agrícola recreaban la vista de propios y extraños; nuestros abuelos lo cultivaron por años así como la mayoría de nuestros laboriosos campesinos.

Dichos sembradíos de la espiga dorada, se mantuvo hasta que un mal día, los interese económicos presionaron a los gobiernos de entonces para que a través de los Ministerios de Agricultura y Cría, el de Fomento, el Instituto Agrario Nacional (IAN), establecieran-contra los intereses del campo-la prohibición de sembrar el preciado rubro de la espiga de trigo, ya que supuestamente este era el causante de la erosión de la tierra paramera.

Con el tiempo, se pudo comprobar, que si bien la siembra del trigo causa acción erosiva, a los empresarios les motivó sólo el mezquino interés de verse beneficiado y aprovecharse de los dólares que el gobierno servil les entregaba a los grandes capitales, obteniendo y haciéndose de esta forma de un capital con el cual han obtenido excesivas ganancias con el negocio de la importación del la harina de trigo; así nacieron cuatro o mas empresas que hasta el día de hoy controlan el monopolio de la harina de trigo.

Si bien, el trigo es una gramínea y por consiguiente la cobertura del suelo es poca lo que facilita la acción erosiva de la lluvia y el viento que combinado con las fuertes pendientes del paramo la erosión se agudiza, por consiguiente la altitud de los paramos compensa la latitud de los sitios de origen.

Hoy, ante la escasez de la harina de trigo, ante la merma de los dólares, a la especulación y escalada de los precios, nuestro campesinos de Mucuchies vuelven a la siembra de trigo, y lo mas importante es que han recuperado lo que podría llamarse la técnica del molino de piedra para la molienda del trigo, pues han puesto en funcionamiento la antiquísima herramienta del molino de trigo con sus dos muelas la solera y la superior, que muelen el trigo para obtener la harina criolla.

Teniendo en cuenta que la producción de trigo se viene incrementando en los últimos años, también es muy cierto que el proceso de "maquila" sigue en manos privadas, aunque se recomiencen a utilizar los molinos de piedra, éstos son propiedad privada, cuyos dueños se quedan con un alto porcentaje de la cosecha perjudicando en consecuencia a los productores.

Ante esta situación, desde hace cierto tiempo algunos investigadores del área para tratar de ayudar al campesino vienen realizando propuestas para lograr organizar e instalar las trilladoras (anteriormente se hacían en las denominadas ERAS) y molinos de piedra comunales, con la finalidad de que el productor no victima del despojo de su producción.

Muchos son los que hacen críticas malsanas a nuestros campesinos, olvidando que los mismos tienen sus conocimientos heredados de muchas generaciones en la cordillera de los andes, desde el tiempo de las antiguas sociedades indígenas, sus antepasados y conocen mejor su ambiente, su suelo que los ingenieros universitarios.

Nuestros antiguos indígenas inventaron sin necesidad de teoría la mejor tecnología agraria y de riego para las zonas de montañas. Lo que fue abandonado luego que los españoles ignorantes que se trajeron los grandes inventos de ellos como, por ejemplo, el arado de bueyes, y así fueron lentamente erosionando las montañas.

Además de recuperar la memoria de nuestros pueblos andinos, dichos molinos de piedra-que son un icono de nuestra cultural ancestral- son una significante muestra del ingenio de nuestro pueblo, siempre dispuesto a salir adelante en momentos de dificultades; además, hoy contamos con el programa de rescate de semillas de papas y de otros tubérculos del páramo desconocidos por el mercado capitalista.

Si bien, se sabe que la producción de trigo que se hace hasta ahora, no cubre la necesidad a escala nacional, su producción artesanal es una medida que puede satisfacer la demanda de las localidades del páramo merideño para la elaboración de la sabrosa y nutritiva arepa de trigo la cual tiene gran demanda de los lugareños y turistas.

En al actualidad, hay alrededor de quince molinos de piedra en las distintas comunidades del Municipio Rangel del Estado Bolivariano de Mérida, que están siendo repotenciados para colocarlos de nuevo para la molienda del trigo.



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Heriberto Rivera


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