Sin duda alguna Venezuela como nunca vive un despertar político, esto incluye a la juventud que en los gobiernos de la llamada Cuarta República eran indiferentes. El motor fue Chávez, desde aquella intentona golpista, con su Movimiento Bolivariano cívico-militar, y el Por Ahora -y para Siempre- hubo una nueva luz donde sectores de Clase Media y Popular se engancharon en una toma de la calle sin retorno.
Chávez obtiene un triunfo contundente en contra de un CNE partidizado, dominado por la oligarquía de entonces, hoy no. En contra de una acerrima campaña xenofobica del Comunismo a las puerta del país o una dictadura militar; a pesar de eso la mayoría electoral sale a votar por el Comandante Chávez, un gran sector lo hace entre la esperanza y la emoción, otro gran sector, el de los pobres, con una profunda convicción de que llegaba el momento de darle un vuelco a la nación que tenía en 1989 un 80% de pobreza.
Así fue; Chávez triunfa, comienza la pesadilla de la oligarquía pero también sus eternos planes de frenar la revolución la cual se han ideado de todo como lo más reciente; un magnicidio frustrado con la permanente campaña xenofobica preparando el terreno para un atentado contra Maduro fronteras afuera.
Lo cierto es para no hacer el cuento más largo, un resultado hasta ahora, después de 20 años re revolución y contrarrevolución, de una nación que sigue en transición de un sistema económico capitalista (Rentista) a uno Socialista, donde existen tres tipos de políticos:
1-El político de convicciones ideológicas (Socialista Chavista)
2-El político Contrarrevolucionario-Neoliberal
3-El político emocionalista
Me referiré sólo al tercero. Es aquel que fundamenta su pasión política en la farándula como la de los medios de comunicación social, en especial las redes sociales. Sin argumentos sólidos, sin una base ideológica en contra clara, este político, que es en sí apolítico, son los que más se dirigen los laboratorios de guerra psicológica donde se van diseñando estrategias de marketing electoral, siempre buscando que una masa de personas esté en contra de cualquier política de Estado y de gobierno por lo más buenas o regulares que éstas sean.
Eso explica porque el antichavista vive en una permanente actitud de odio, miedos y confusión. Aunque se beneficie con las mismas políticas que rechaza, se comportan como autómatas electorales, obedecen los que los medios le dictan: Sal a votar, no salgas a votar, Maduro es antichavista, Este país está quebrado, los corruptos son los del gobierno, el Narcoestado, Es mejor una invasión Militar a seguir con este régimen castro comunista...y una larga jerga de mentiras que asumen como absoluta verdad.
Este sector tóxico es el que más daño le ha hecho a la nación porque crea un clima permanente de insatisfacción, critica, pesimismo y violencia cuando se les da la oportunidad de salir a manifestar.
La juventud es la mayor víctima de la campaña mediática porque una gran parte de la juventud de ahora nació en revolución y muchos desconocen por falta de información y análisis critico la historia política de Venezuela en los 50 años de una democracia representativa que era la dictadura bipartidista que atrofió el futuro de una de las naciones más ricas del mundo, gracias a sus enormes riquezas minerales y petroleras.
Lo cierto es que en 20 años jamás la participación política había sido tan fuerte y evidente como en ninguna parte del mundo. La meta es cómo unificar toda esa fuerza en una sola en pro de la nación. Hoy el Chavismo sigue vigente y consolidado mientras los contra están en su peor oscuridad donde a una ausencia de liderazgo opositor la oligarquía internacional han asumido el rol de dirigencia política.