Notas de campaña

La recta final y la amenaza guarimbera

Estamos a tres semanas del crucial evento electoral del 3 de diciembre, convertido en un hito histórico y político de la nación y la cultura bolivariana. Los perfiles están claramente trazados. Imparable el triunfo del Presidente Hugo Chávez. Gobernará en adelante con apoyo popular y legitimidad revolucionaria´para profundizar con seriedad los rumbos y las materialidades del Socialismo y el humanismo. Inevitable otra derrota de la oposición escuálida. En esta coyuntura su desempeño fue mediocre y aburrido. Su discurso ha sido una mueca retorcida de oligarcas privilegiados en desbandada por la presión y emergencia popular. Da asco su oportunismo y falsedad ideológica y conceptual. Estan en su plata. El barco a la deriva y sin rumbo, es la metáfora que mejor los retrata. Son la resaca del neoliberalismo, el cogollismo y la depredación de lo público. Definitivamente no volverán. Harán parte del museo que coleccione los iconos de la derecha reaccionaria y delincuencial.

Ha sido intensa la agitación política y la controversia ideológica en estos tres meses. Hay que destacar varios eventos de amplia significación. Veámoslos:

La consolidación y madurez del liderazgo del Presidente Chávez. El jefe de la revolución bolivariana ha mostrado pericia, destreza y maestría en la conducción del Estado y del curso político, garantizando la sostenibilidad de los cambios en favor del pueblo. Su recorrido internacional, la interlocución con otros jefes de Estado, el multilateralismo, los acuerdos de diversa índole con otras naciones, su firmeza frente al imperialismo, su voz solidaria con la movilizacion popular latinoamericana, su valentía en la ONU, le dan dimensiones históricas a la revolución bolivariana. Eso ya es un patrimonio de las tradiciones revolucionarias y proletarias.

La organización y apoyo real a los Consejos Comunales han sentado las bases de un nuevo Estado y del poder popular revolucionario. Alli está la semilla de una institucionalidad alterna y avanzada que debe ganar mas espacios frente a la inercia de la vieja maquinaria burocrática que conserva enclaves fundamentales y es fuente de corruptela, distorsión, manipulación. contrarevolución y perversión del sentido de la Constitución bolivariana. Barrer la vieja institucionalidad burguesa e imperialista, con sus podridas formas políticas, ideológicas, mediaticas, es uno de los mayores desafios hacia el futuro inmediato.

La concreción de obras de infraestructura para la movilidad (trenes, metros autopistas, puentes) dibuja nuevos esquemas de organización urbana, territorial y de distribución de la pobación con enormes potencialidades en la construcción del Socialismo.

El debate y la propuesta sobre el Partido Unico de la Revolución sugiere nuevos rumbos en la organización de las masas y los cuadros responsables de profundizar el proceso. Un comando único de la revolución, una infraestructura política bolivariana coherente, será el fruto de un ambiente franco de confrontación de ideas y prácticas políticas. Hay que trascender la ambiguedad, la inconsistencia, el oportunismo, la corrupción y el burocratismo de aquellos que especializados en intriga y arribismo se han infiltrado, cambiando viejos rótulos y lemas, en las redes centrales de la dinámica transformadora de nuestra sociedad.

La ampliación de las competencias sociales del Estado a través de las misiones sociales y estrategias públicas son un hecho incuestionable. De eso dan cuenta los informes de importantes entidades internacionales que registarn el formidable progreso humano de nuestra sociedad en alfabetización, salud, seguridad alimentaria, movilidad, protección ambiental, saneamiento básico, recreación, democracia, tecnología, reforma agraria, identidad, soberanía y cultura.

La materialización de un modelo democrático alternativo que se refleja en la impresionante libertad de prensa, en garantias para los opositores y candidatos, en la realización misma de las elecciones, en la participación ciudadana, en un registro electoral transparente, en la ciudadanización de millones de seres humanos antes marginados, en la cedulación para dar identidad, en el funcionamiento de un poder judicial profesional, en el protagonismo de un nuevo parlamentarismo que incluye la voz ciudadana en sus labores. Hechos todos que desmienten el supuesto militarismo, inventado por las eminencias grises de la derecha como una de las características centrales de nuestra organización política.

Por supuesto que este coyuntura ha permitido identificar más claramente la pobreza de los grupos opositores y sus jefazos, que más que eso son una banda de resentidos y conspiradores a sueldo de los poderes imperialistas. Su único proyecto es devolver el curso de la história, argumentando tésis desgastadas y obsoletas, derrotadas y fracasadas como las de Mister Danger, su mentor político, ahora en desgracia por el contundente veredicto de las urnas el pasado 7 de noviembre.

La caida de Bush, de Rumseld; el triunfo sandinista en Nicaragua; la degradación del conflicto armado colombiano, por el inexorable derrumbe del régimen narcoparaco de Uribe Velez, no le augura nada bueno a los escuálidos y su candidato, el disparatado señor Rosales, que da pena ajena y a quien obviamente hay que organizarle desde ya el revocatorio en su enclave contrarevolucionario del Zulia, como una manera de defender nuestra soberanía.

Lo que sigue es profundizar la revolución bolivariana y eso solo lo traerá la movilización de las masas con todo su potencial. Son las masas las que hacen la historia. Las que construyen nuevas formas de articulación social acordes con los paradigmas más progresistas aportados por el pensamiento científico avanzado. En este caso me refiero al Socialismo como modelo social superior. Verdadera alternativa al desastre neoliberal, imperialista y capitalista que arruina a la humanidad y la naturaleza.

Vamos con todo al 3 de diciembre para que no quede ni sombra de la vieja y podrida maquinaria oligarquica que pretende revivir la pandilla escuálida. Su anunciada guarimba será otro fracasado plan contrarevolucionario porque se estrellará con la voluntad y el puño cerrado de obreros, trabajadores, mujeres, jóvenes y revolucionarios, dispuestos defender sus conquistas y derechos.



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Horacio Benitez


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