¡Evangélicos al poder!

Seguimos echando lápiz para entender lo que paso en Brasil, a quién se le puede achacar las culpas, si a una izquierda moderada, a un pueblo con falta de conciencia, o a una rancia oligarquía que cumple al dedillo todo un libreto que podría llamar "El Nuevo Plan Condor" para Latinoamérica. También se está señalando mucho a los movimientos religiosos en el Brasil, en especial, las Iglesias Evangélicas. Quiero hacer ciertas reflexiones con respecto a este tema donde puedo hablar con cierta autoridad porque estuve por dos décadas dentro de ellas.

Todo ser humano tiene derecho a la Fe, a confesar un credo, creer o no en un ser Divino y consagrarse a la religión que más crea y sienta. Nuestro país en pro de los plenos derechos humanos contempla en la constitución la libertad de culto, es decir todos los que viven bajo el techo de esta patria tienen la plena libertad de manifestar sus creencias siempre y cuando no viole las leyes de la República.

Confesé la fe cristiana evangélica por muchos años, desde los 18 años si más no recuerdo, 28 años anduve en esos caminos del cual estoy agradecido porque debo mucho de mis fundamentos espirituales y éticos, donde tengo una concepción de Dios muy cercano y un gran valor por los seres humanos y la vida.

Nunca he cuestionado la fe evangélica por su moralidad, espiritualidad, formación y celo religioso. Las cientos de vivencias hermosas que allí experimenté fueron muy profundas, las enseñanzas y tantas cosas. Pasaría horas enumerando los beneficios personales, los momentos más excelsos como las desilusiones más profundas.

Estuve desde iglesias bien sencillitas aunque muy conservadoras, también estuve en una iglesia que podría denominar revolucionaria, a esa principalmente le debo mi formación literaria y critica en la fe y en la política; tuve buenos líderes y maestros que me motivaron mucho a la lectura y el estudio, también estuve en una de las Iglesias de la nueva Ola como la de la prosperidad capitalista.

Si alguien me preguntara cuál es mi opinión con respecto a la Iglesia y la política, mi opinión podría variar mucho porque eso depende de lo que se busca cuando una Iglesia como tal pisa ese barroso terreno de la política; lea bien "Iglesia" pero como personas e individuos es ya otra cosa, cada quien sea evangélico, santero, masón, Testigo de Jehová, etc. como ciudadano está en su derecho de aspirar en la política cualquier cargo público; sea desde concejal hasta la primera magistratura.

Hasta el momento todo está bien, no quiero ahondar en la individualidad política, pero si deseo hacer ciertas reflexiones en la actitud de líderes evangélicos con sus iglesias a la hora de asumir la política como un medio de redención nacional.

En cierta oportunidad representé a una de estas iglesias en una serie de reuniones para una programación masiva evangelística en el país. Bien interesante las estrategias, los métodos, la logística y las metas a alcanzar. Todo hasta ahí estaba bien, hasta que uno de los guías del proyecto se le ocurrió decir que una de las metas para dicha evangelización era frenar el avance comunista en el país.

Ya sabrán cómo me puse por dentro, el chavista más radical que en la reunión tenían pero no lo sabían, tampoco podría hacer un frente de defensa al comunismo porque no me representaba a mí mismo sino una organización religiosa.

Años después me topé, no sé cómo, con un libro en la Internet que se titula: "¿Será Protestante América Latina?" del sociólogo David Stoll quien me hizo llegar en físico una de las 8 copias que quedaban en la imprenta en el continente, libro que más cuido de mi biblioteca personal, una obra de análisis bien interesante y profundo, escrito desde la experiencia en una investigación objetiva donde entre tantas cosas toca el tema del crecimiento evangélico, la actitud de la Iglesia Católica y el entramado norteamericano detrás de mucho de estas organizaciones religiosas.

A la verdad este libro es un veneno para la inocencia evangélica porque las cosas que allí se plantean son terribles, de saberse cómo los gobiernos de Estados Unidos infiltran sus agencias secretas anticomunistas en dichas iglesias, cómo les inyecta dinero disfrazado de servicio social o crecimiento evangelístico para ganar a líderes y pastores como agentes de inteligencia.

Durante los 27 años que estuve dentro de la fe evangélica que recuerde la relación política de la Iglesias fueron algunos casos como cuando se postulaban adecos evangélicos a cargos públicos, aunque muy pocos ganaban, los que sí llegaban era decepcionantes por la conducta adeca que asumían después en contra de los valores espirituales.

El otro caso que viví muy de cerca en lo político fue cuando nace el partido político O.R.A. (Organización Renovadora Auténtica) –hoy perteneciente al Gran Polo Patriótico, teniendo al Ing. Godofredo Marín como candidato presidencial. Fue mi primera experiencia consciente en política. Cuán emocionado estaba para entonces, creí hasta en los huesos que era el hombre para gobernar este país por ser primero uno de Dios, ya eso era plena garantía que si Dios estaba con él todo marcharía de mil maravillas.

Me decía que hay posibilidades de triunfo porque si en el país hay 5 millones de evangélicos y estos el día de las elecciones invitan a sus amigos y familiares a votar podríamos ganar por mayoría.

De hecho O.R.A. fue el batacazo electoral al ser el tercer partido más votado; hoy NUVIPA otro partido confesional busca eso y más pero sin éxito alguno en las ya distintas oportunidades de participación, siendo hasta candidato Presidencial uno de los pastores que me formó en la actitud crítica en el estudio de la Biblia, el primer pastor Chavista que conocía y que hoy ni pendiente. Tener el primer presidente "Evangélico" en la historia es siempre la meta y siempre se está echando los números de cuántos evangélicos hay en el país.

Aunque usted no lo crea…SI SE HACE CAMPAÑA POLITICA EN LAS IGLESIAS, uno de los sutiles métodos es invitar al candidato para que predique, oré o se ore por él, así se va convenciendo al voto evangélico. Es mejor tener a un redimido en el poder que a un impío, con ese pensamiento se va acondicionando ideológicamente al feligrés, te sacan versículos bíblicos como ese que dice: "Cuando los justos gobiernan el pueblo se alegra, pero cuando gobierna el impío el pueblo gime" con esa máxima bíblica es más que suficiente para salir a votar y mucho más si el líder principal lo manda hacer.

Otro de los argumentos por la cual se apoya candidatos evangélicos es en la promesa de limpiar al gobierno de toda brujería, santería y hechicería, en romper con todo pacto que se haya hecho con las tinieblas el cual tienen a la nación bajo maldición, este argumento es el que más cala en la conciencia de estas congregaciones, es como la determinante.

Y qué decir de la defensa a ciegas por el pueblo de Israel actual que es como si fuera el Bíblico, recordando aquella vez en que Chávez en uno de sus arranques de indignación maldijo al Estado de Israel el cual trajo mucha molestia de que había ofendido al Pueblo de Dios y esto le traería condenación, el cáncer fue una de esas respuestas, según las distintas interpretaciones y profecías de manipulación religiosa tanto en las iglesias como en la redes sociales.

A esto podríamos añadirle otros argumentos que son los jurídicos. Se puede contextualizar con lo apocalíptico como por ejemplo que la tierra llegaría a los tiempos de Sodoma y Gomorra en esa etapa del libertinaje sexual por la cual esa ciudad fue arrasada con fuego del cielo.

Si a esa profecía la contextualizas políticamente ya por ahí puedes ganarte el voto de millones de evangélicos, adventistas y hasta Testigos de Jehová (no importa que esta tres corrientes no se sienten juntos a orar a causa de sus conflictos doctrinales) pero pueden hacer causa común para evitar que una nación caiga el juicio divino por sus pecados.

Sería muy extenso hablar sobre los derechos homosexuales tanto de hombres como de mujeres que vienen a nivel mundial pidiendo reconocimiento jurídico a los Estados. Mi postura personal es que no estoy de acuerdo con el matrimonio igualitario, pero en algo si estoy claro, no voy a votar por un candidato que represente grupos religiosos porque me prometa que evitará como concejal, diputado o presidente que ese derecho jurídico que exige este segmento de la población se materialice.

No puedo sacrificar un proceso revolucionario por un interés particular de una religión por lo más bueno que éste sea, porque sencillamente en la revolución hay cavidad para discutir dichas leyes y llevarlas a consenso sin necesidad de usar la Biblia y el Castigo Divino.

La oligarquía busca por todas las formas mantener su sistema de control y dominio, esto lo logran a través de la política con sus partidos, los Medios de Comunicación Social, los Medios de Producción Social, la banca, sindicatos, entre otros tantos sin dejar de señalar las religiones; primero la Católica y ahora la evangélica, y no quiero detenerme en el Sionismo.

No sé si porque era muy ingenuo pero en 27 años de fe evangélica decirles de alguna charla, dentro de los templos, sobre reivindicaciones sociales del pueblo, el sionismo, la lucha de los Pueblos, el Estado Genocida de Israel, socialismo y capitalismo, etc., nada de esto fue tema. Sí hay oración por los problemas del país, se ora por el presidente y demás, se fortalece la fe del pueblo ante las necesidades; hay organizaciones eclesiástica que dentro de sus programas evangelísticos hay de alimentación tipo Bertucci, jornadas de peluquería, salud, orientación familiar, etc.

Pero el avance y crecimiento de las iglesias evangélicas como de otras corrientes como los Testigos de Jehová causa mucha preocupación al catolicismo porque las masas en busca de un aliciente espiritual, éstas iglesias se las ofrece, son muy cercanas en el trato con la gente, un refugio seguro donde gran parte de las personas ya no se sientan solos.

La Esperanza es como la palabra que concentra el fin de cada miembro de una iglesia; esperanza de vida eterna, de bien terrenal, de paz, de amor. Pero cuando ya la esperanza no está más allá de las estrellas sino más acá en nuestro propio país la cosa toma otro tono y es ese giro que el mensaje evangélico viene cambiando desde la década de los años 60 hasta hoy donde crecer es sinónimo de poder.

Ya no basta el que mi vecino conozca la verdad, mi verdad, la de mi iglesia, sino que para cambiar la sociedad hay que alcanzar a personas de mayor influencia como son los que gobiernan. Si la fe, la santidad y el amor llega a un gobernador, un diputado y un presidente hay garantía de que un "Justo" gobierne bien y en esa alianza divina sea favorecido una nación. Ese siempre ha sido el pensamiento cristiano… "llevar el evangelio hasta los confines de la tierra, aunque también a los centros de poder financiero y político".

Este ha sido el fenómeno de estudio en sociología, Iglecrecimiento y demás que tanto se ha escrito y llama poderosamente la atención de sociólogos, políticos y teólogos. Pero que desde hace una década viene preocupando por esa influencia política en la decisión de voto vienen teniendo millones de evangélicos en el Continente latinoamericano.

Lo acabamos de ver en Brasil, donde un gran porcentaje de la población es de fe protestante gracias al auge mediático poderoso que tiene una de las sectas más influyentes como es la Iglesia de Dios Universal., la que acaba de influir positivamente en la elección del actual presidente sin importarles la actitud y cosas que ha prometido y que cumplirá más allá no por obediencia divina sino por mandatos de la oligarquía mundial siendo un fiel títere político económico para los intereses norteamericano.

En un cercano futuro los gobiernos progresistas deben tomar muy en cuenta esta realidad y de cómo regularlas a través de leyes donde las confesiones religiosas no sean manipuladas para determinadas metas políticas.



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Julio César Colmenares

Comunicador alternativo.

 juliocesar1221@gmail.com

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