- Ante todo hemos aprendido a pensar, a ver todo diferente, a ser críticos y auto-críticos de cuanto nos rodea, a no depender tanto del Estado. A darnos cuenta de que estamos en el centro de la lucha social del mundo y que todos los ojos están sobre nuestra revolución. Nos hemos volcado más hacia el estudio y la investigación de nuestra historia. Hemos empezado a ser más nosotros mismos.
- Hemos dejado de tragar toneladas de "medicinas" que realmente no necesitamos, y que más bien nos estaban creando severos daños o deterioros a nuestro organismo, a nuestro cerebro.
- Cada vez nos dejamos engañar menos por lo que corre en las redes sociales y esto es un logro tremendo en este mundo estupidizado, envilecido, por la mentira y los fakes news. Hemos estado viviendo en carne propia el horror del capitalismo, el robo inmenso que nos hace el comercio todos los días, y de cómo todo se planifica desde los Estados Unidos. Así, reconocemos claramente las visiones terribles que tuvo el Libertador Simón Bolívar en relación con la canalla gringa y con sus planes homicidas contra nosotros.
- Hemos dejado de tragar toneladas de insecticidas que se nos vendía como exterminadores de alimañas.
- Hemos dejado de tragar toneladas de azúcar refinada que era una plaga para nuestros hígados, pancreas y riñones.
- Hemos dejado de tragar millones de litros de licores importados y también nacionales, nosotros que éramos el primer importador de whisky del mundo.
- Nos hemos volcado más hacia el campo. Hemos comenzado a darnos cuenta de que tenemos que producir, de que tenemos que sembrar para tener nuestros propios alimentos.
- Hacemos mucho más ejercicios físicos, porque en cierto modo evitamos pagar transporte o porque éste, en su afán de embanderarse con la derecha no funcionan como se debe, y son además bien ladrones.
- Ya no comemos tanto en la calle, en restaurantes o comida llamada chatarra.
- Cuidamos mucho más lo poco que tenemos, y nos hemos hecho más solidarios con la familia, con el pobre, con el vecino.
