Salom Meza Espinoza fue y sigue siendo un estoico combatiente del pueblo venezolano, un ser humano apasionado, sanguíneo y a la vez racional políticamente, que nació un 21 de agosto de 1919 por lo que se cumplen cien años de una vida intensa que dejó un legado de lucha significativa en la historia política contemporánea de Venezuela y que en sus libros perpetuó el pensamiento socialista libertario.
El próximo miércoles 21 de agosto a las 2 de la tarde sus amigos, hijas e hijos de consanguinidad y políticos conmemoraran esta fecha en la Casa Bicentenario en la Avenida Universidad de Caracas, en un homenaje organizado por el Centro Nacional de Historia para honrar la trayectoria de un campesino que devino en obrero textil, ejemplo de la resistencia contra la dictadura de Marcos Pérez Jimenez y que luego durante los primeros años de los 60s ocupó responsabilidades políticas de alto nivel como secretario de organización de Acción Democrática donde dio batalla contra los sectores del entreguismos adeco-copeyano hasta que fundaron el Movimiento Electoral del Pueblo en 1967 y retoma los ideas originarias de la lucha social en las tesis socialistas.
Salom Mesa Espinoza fue fundamentalmente un sindicalista de intensa y fecunda lucha, de probada honradez y a pesar de las torturas y cárceles tanto cuando Pérez Jiménez lo encarceló entre 1951 y 1958 como cuando lo hizo Carlos Andrés Pérez (1976-1979), nunca guardo rencor contra sus torturadores o carceleros aún por las atrocidades cometidas contra él y de lo cual pueden dar testimonios tanto los adecos honrados o no que lo conocieron, como los socialistas y comunistas con quienes compartió ideas y acciones en las tantas campañas políticas que le tocó organizar y participar promoviendo la unidad de la izquierda en sus tiempos de mepista.
De sus libros como “El Gallo de Machillanda”, y luego “Tres vidas”, “Cartas a Carlos”, “Por un caballo y una mujer” estos tres últimos escritos en la cárcel política del Cuartel San Carlos donde fue prisionero del presidente Carlos Andrés Pérez acusado sin fundamento, primero bajo la falsedad de ser participé del secuestro del agente de la CIA en Venezuela William Frank Niehouse y luego por supuestamente haber ofendido la “dignidad” del presidente Pérez, en tiempos cuando durante su asesinaron a Jorge Rodríguez (Padre).
Su último libro “La vida me lo dijo/Elogio de la anarquía” publicado en 1987, cuatro años antes dejar de pensar en 1991, es un testamento político filosófico en cuyos textos hoy leemos sus postulados que presagiaron lo que el comandante Hugo Chávez Frías resignificó y promovió y que hoy la Revolución Bolivariana tiene como grandes desafíos, Salom Mesa Espinoza lo dijo hace más de 30 años: “El dinero que produzca el petróleo llegará a las Comunas Locales a través de los mecanismo creados como el Congreso General de Comunas y en la proporción establecida por este. Como todos serán trabajadores por el bien de todos, no se malgastará un solo centavo y el dinero rendirá mucho. Toda la burocracia en la industria desaparecerá y con ella los fabulosos sueldos que hoy devengan”1
Por ello y por todo lo que significa Salom como referente histórico revolucionario, ético y moral por su experiencia política vital este hombre trasciende en el tiempo para nuevas generaciones pero especialmente como inspirador moralizante antes las adversidades.
1Mesa Espinoza, Salom (1987) La vida me lo dijo, elogio de la anarquía.Vadel Hermanos Editores. Caracas.p.122