Venezuela es un desastre ya no aguantamos más

Parece mentiras. Preferimos leer artículos “amarillistas” o con títulos rimbombantes que aquellos que van al fondo del asunto o que tienen algún contenido más riguroso. Ya me lo había advertido, hace algún tiempo, nuestro apreciado amigo, Juan Veroes – a quien aprovecho para desearle pronta recuperación y larga vida – cuando me señaló: “Hugo tus artículos son un deleite pero los títulos son un fiasco. Escribe a favor del proceso y del gobierno pero como si los estuvieras atacando” No recuerdo qué título experimenté, en esa oportunidad, y me dio resultado. El artículo lo leyó mucha gente. Lo he hecho cantidad de veces. Ha resultado. A veces me cuesta hacerlo, pues la gente se confunde conmigo. Incluso me ha traído algunos problemas porque muchas personas se limitan a leer el título y no el contenido y sacan sus propias conclusiones: “Ya Hugo se nos volteó” o que se yo. Ayer, casualmente, le envié uno de mis artículos a una de mis primas, aprovechando que se acerca el aniversario del fallecimiento de mi hermano en Chile. El título es: “Me voy a Chile y no regresaré más a Venezuela” E inmediatamente, pensó que era yo quien se iba, por supuesto se alarmó y al no leer el artículo sino quedarse sólo con el título en su memoria, no se percató que está dedicado a mi hermano Gustavo quien, antes de partir a Chile, me expresó esa “profecía” personal: Y, se le cumplió, no volvió.

Ver: https://www.aporrea.org/venezuelaexterior/a270204.html

Por eso, voy a hacer otro experimento para ver qué ocurre y “medir” y/o “evaluar” variables como: día, hora y fecha de publicación, título del artículo, articulistas del día, hora de envío o de recepción, miembro del equipo editorial de Aporrea que lo revisa…

Ayer, por ejemplo, publiqué un artículo que apenas han leído –aproximadamente– en un día, unas 300 personas. Me pregunto: Si coloco el mismo contenido o parte de él, y le cambio sólo el título ¿Qué pasará? ¿Lo leerán muchos más lectores? Vamos a ver. No dudo que este artículo, a pesar de ser apenas una aparte de aquel, lo lean muchos más personas, entre otras razones y, fundamentalmente, porque tiene un título “amarillista” o llamativo.

Ayer el título fue: “Nuestro futuro común” y hoy, para experimentar, sólo repito parte de su contenido que, incluso, pensé en publicar de nuevo con este otro título:

VENEZUELA ESTÁ MAL PERO EL PLANETA ESTÁ PEOR

“Venezuela está mal. Y, punto. Ya lo sabemos. Pero, peor está el planeta Tierra. Y aunque parezca extraño el mundo y el futuro común de toda la humanidad depende de lo que pase en la patria de Bolívar y Chávez. Venezuela – como país, como nación, como pueblo y como esperanza – está obligada a liderar, junto con otros Estados-Nación, una Revolución Mundial. Si no lo hacemos, ahora mismo, estaremos destinados, como habitantes del Planeta Tierra a desaparecer. No es un invento mío. Yo sólo recojo –entre líneas– lo que muchos textos e informes científicos y ambientales, así como rigurosos estudios sobre el futuro y miles de reclamos de movimientos sociales, políticos y espirituales vienen señalando, desde hace muchos años. Sólo me atrevo a decirlo y alertar, públicamente, al liderazgo del PSUV y del gobierno del Presidente Nicolás Maduro, así como a todas las fuerzas progresistas y progresivas del mundo, para que asumamos, de una vez por todas, esta bandera: ¡Revolución Mundial! Definitivamente: No es posible hacer revolución y construir una sociedad más justa y humana en el contexto nacional como si fuéramos seres aislados sin conexión con la totalidad que nos afecta y a la cual afectamos. La realidad nos lo ha demostrado no pudieron Rusia, Albania, Yugoslavia, China, Cuba ni aún la férrea Corea del Norte. Hoy, más que nunca, esto se evidencia en Venezuela. Las fuerzas del mal y quienes controlan los “hilos del mundo”, los que se consideran los únicos hijos de Dios y el “pueblo elegido”; quienes aún dominan el planeta, no nos lo permitirán. Todos nuestros esfuerzos colectivos y las miles de buenas intenciones irán siempre a naufragar al sacrificio y la derrota sino procedemos con urgencia. Requerimos iniciar la Revolución Mundial y comenzar a construir una Civilización Ambientalista y Espiritualista. Ese es nuestro futuro común como Humanidad.” Ver: https://www.aporrea.org/actualidad/a282270.html

NO SÓLO DEL PAN VIVE EL HOMBRE Y…LA MUJER

¿Leerán mucho más personas este artículo de hoy que el que salió publicado ayer teniendo sólo una parte del contenido y unas aclaratorias iniciales y finales?

Ya veremos. Tal vez, el título del artículo de hoy atraiga más lectores (el autor es el mismo) o, tal vez, dependiendo del día, la hora, el título de otros artículos o articulistas, tenga algún efecto sobre el número de lectores. Tal vez, sea el efecto de su divulgación en las redes sociales (que no manejo, salvo el whatsapp) o quién sabe, sencillamente, que así corresponde por Ley divina ¿Quién sabe?

Lo importante es: Verificar mi presunción o hipótesis y, sobre todo, que otras personas lean y reflexionen, aunque sea sobre este sólo párrafo del artículo de ayer.

Si usted ya lo había leído y llegó hasta aquí, saque sus propias conclusiones y muchas gracias por acompañarnos. Tal vez, ayer no le dio tiempo leerlo: Y ¡lo hizo hoy!


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Hugo Moyer Agostini

Ing. Químico (1975). Postgraduado en Macroeconomía, Planificación y Creatividad Aplicada Total. Profesor Titular jubilado de LUZ (1997). Presidente Honorario de la Escuela Latinoamericana y Caribeña de Ciencias y Técnicas de Gobierno (ESCOLAG). Ha sido el primer Director del Instituto Zuliano de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (IZEPES) y del Centro Latinoamericano de Altos Estudios de Gobierno (CELAEG) Ha sido asesor de Rectores de varias universidades, Alcaldes y Gobernadores, así como de la Presidencia de PDVSA y PEQUIVEN. Vive para la POLÏTICA y se resiste a vivir de la política.

 escolagzulia@gmail.com

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