O se quiere diálogo o se quiere guerra

O se quiere diálogo o se quiere guerra

La Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución ante la instalación de la Mesa de Diálogo Nacional entre el Gobierno del Presidente Maduro y los partidos opositores Cambiemos, Movimiento al Socialismo (MAS), Soluciones, Avanzada Progresista, Esperanza por el Cambio y Bandera Roja:

1.- Para quienes venimos trabajando desde hace años por la construcción de un multidiálogo nacional como punto de partida para detener y revertir el proceso de deterioro hacia el desastre que llevamos como país, el diálogo que se anunció el lunes 16 de septiembre, por parte de representantes del Gobierno del Presidente Maduro y de los partidos opositores arriba mencionados, es un intento que reconocemos como un hecho político significativo cuyo devenir seguimos con atención e interés en tanto su continuación podría constituir una fuerza contra la perspectiva de violencia.

Para quienes hemos venido propiciando y participando del diálogo como conducta y como actitud en diferentes eventos de los últimos meses: los organizados por las Academias, los que tuvieron lugar en espacios de la UCAB y el CELARG, y el que tuvo lugar en la Sala San Monseñor Romero de la Parroquia Universitaria, el proceso de diálogo que se anunció el pasado lunes 16 es uno más, entre otros muchos esfuerzos, para lograr que entre venezolanos y venezolanas seamos capaces de comprender en toda su complejidad lo que nos está pasando y encontrar la ruta para salir –entre todas y todos- del atolladero trágico en el que nos encontramos.

No hay UN Diálogo Nacional. Hay un esfuerzo múltiple y diverso por acercar a una nación rota y desvencijada. Para que, aferrándose a los valores que nos dieron el ser como República, seamos capaces de encontrar el rumbo que nos sea propicio a todas y todos.

Ese mismo lunes 16 de septiembre en que se anunció la instalación de la mencionada Mesa de Diálogo Nacional, trabajadores y trabajadoras de la educación, en el día del regreso a clases, manifestaron a las puertas del Ministerio de Educación su necesidad de que el Gobierno dialogara con los gremios de la Educación sobre las condiciones reales para un regreso a clases y un inicio adecuado del año escolar, pero a pesar de que solo encontraron la represión de los cuerpos policiales y, más singularmente, los parapoliciales que encubren los mal llamados "colectivos", uribismo puro practicado por el oficialismo madurista, ese también era un intento de diálogo, de legítima y constitucional iniciativa popular, que espera todavía ser urgentemente atendido.

2.- Para descarrilar el esfuerzo liderado por el Gobierno de Noruega con el apoyo del Gobierno de Barbados, en el sentido de lograr negociaciones y acuerdos entre el Gobierno del Presidente Maduro y el sector opositor liderado por el Diputado Juan Guaidó, al Gobierno de Donald Trump le bastó con llevar las sanciones económicas contra el gobierno y el pueblo venezolano casi al nivel de bloqueo naval. Como era de esperarse, los representantes del Gobierno del Presidente Maduro se levantaron de la mesa de diálogo utilizando como pretexto esa agudización de las sanciones por parte del gobierno de Donald Trump, y los representantes del Diputado Juan Guaidó festejaron el fin de "los diálogos de Oslo", a pesar de que, y esto no es sólo una muestra de buenas maneras, sino una intención decidida a contribuir para impedir una Guerra Civil en Venezuela, el Gobierno de Noruega ratificó su disposición a seguir mediando para lograr acercamientos entre las partes.

Trump parecía querer decir al gobierno de Noruega, y no de muy buenos modos, que si él no estaba, entonces no estaba nadie. Y eso que Juan Guaidó lo representaba cumplidamente en ese proceso de diálogo.

Tras la aparente disolución de ese esfuerzo auspiciado por Noruega y Barbados, el gobierno del Presidente Iván Duque en Colombia se esforzó por darle al gobierno de Nicolás Maduro las coartadas bélicas necesarias para cerrarse a cualquier asomo de negociación. Con el juego trancado, sin horizonte alguno de diálogo, la presión del deterioro acelerado y continuo de las ya precarias condiciones de vida de la mayoría contundente de la población, depauperada por un proceso hiperinflacionario indetenible causado por el desfalco al tesoro público por parte del gobierno de Nicolás Maduro, por una muy demostrada incapacidad técnica y administrativa y, desde luego, por las sanciones económicas decretadas por el gobierno de Donald Trump, solo presagiaba violencia.

Es en ese contexto que se anuncia al país esta otra Mesa de Diálogo Nacional entre el Gobierno de Nicolás Maduro y varios partidos opositores tanto a su gobierno, como a los sectores de la oposición liderados por Juan Guaidó y su amenaza constante de una invasión militar extranjera para "resolver" la situación venezolana. Esa postura soberanista es la seña distintiva de los partidos que dialogan con el gobierno sobre tópicos tan relevantes en la vida política nacional como la reestructuración del Consejo Nacional Electoral, la reinstitucionalización del país como resultado del regreso del PSUV a la Asamblea Nacional, con la posible suspensión de su condición de desacato y su recuperación como el espacio institucional del diálogo nacional cotidiano y plural que prevé la Constitución Nacional, la liberación de privados de libertad considerados como presos políticos y elementos tan esenciales a las bases de la reconciliación nacional como lo significa el haber colocado en la agenda de discusión de esa Mesa de Diálogo Nacional la restitución del principio constitucional de la Representación Proporcional, para ser consistente con otros aspectos contenidos en el texto del acuerdo firmado igualmente importantes, debe mencionarse también como relevante la apertura de la agenda hacia los temas de los derechos políticos y socio económicos, tal como lo señala el texto del acuerdo firmado: "la consecución de medidas que garanticen los derechos políticos y socio económicos de los venezolanos y que permita una solución política enmarcada en la soberanía y la Constitución Nacional".

Con la restitución de ese principio constitucional expresamente violado por la actual legislación electoral, al distorsionar a favor de la mayoría la composición orgánica del Poder Legislativo, la cual fue diseñada inicialmente por el PSUV cuando era mayoría, y con la que, en diciembre de 2015, resultó medido con la misma vara con la que otrora midió a los demás, se reduce sustancialmente la condición democrática de una sociedad. Ojalá sea ésta una señal de que se comienza a entender que dicho principio constitucional propicia sociedades plurales, no polarizadas, mientras que su omisión, tiende a generar sociedades inconvenientemente polarizadas. El hecho de que eso esté en la agenda de discusión ya es ganancia respecto de la situación anterior, que era la de la resignación a la violación del precepto constitucional.

Así mismo, saludamos que uno de sus acuerdos sea la reafirmación y defensa de los derechos históricos y legítimos sobre la Guayana Esequiba, mediante la negociación política que contempla el Acuerdo de Ginebra de 1966, y el rechazo de las sanciones económicas contra el país, por parte del Gobierno de Donald Trump, violatorias del Derecho Internacional.

3.- La lamentable conducta exhibida por la oposición liderada por el Diputado Guaidó ante esta posibilidad de diálogo abierta entre el gobierno del presidente Maduro y estos partidos está guiada por un sentimiento infinito de rencor ante cualquier objeción al autoritarismo guaidoísta y sus pretensiones hegemónicas aupadas por EE.UU. y la Unión Europea. Se podría admitir la suspicacia en relación a que la liberación del Diputado Edgar Zambrano, Vicepresidente de la Asamblea Nacional, obedezca a la intención del Gobierno del Presidente Maduro de "posicionar" a un sector opositor que no reconoce al Diputado Guaidó como líder, sino tan sólo como Presidente de la Asamblea Nacional, pero negar su condición de señal política de distensión con el argumento de que esa detención nunca tuvo que haber ocurrido, es una conducta que sólo puede ser calificada de miserable. Es sostener que en la situación de secuestro que vivimos, la liberación de un rehén no puede ser celebrada porque más rehenes siguen secuestrados. Por supuesto, no estamos conformes y menos los trabajadores que mantienen una exigencia y lucha permanente por la liberación de Ronny Álvarez y Rubén González.

Este desencuentro debe servir, sin embargo, para poner de relieve cuán distantes estamos todavía del profundo y complejo Diálogo Nacional que necesitamos para garantizar la paz y la posibilidad de la acción conjunta en el proceso de reconstrucción nacional que la realidad de este sufrido país le impone a las ciudadanas y los ciudadanos de la República Bolivariana de Venezuela. En tal sentido nos llama la atención la declaración del diputado guaidoísta Carlos Berrizbeitia, quien luego de despotricar contra ese proceso de diálogo, le reconoció el hecho positivo del retorno del PSUV a la Asamblea Nacional como un paso para recuperar la institucionalidad perdida. Pero también llama la atención, la reacción injerencista de EEUU y entreguista de Guaidó de convocar el TIAR a raíz de la instalación de la mesa de diálogo junto a la posición de la Conferencia Episcopal de rechazar ese diálogo de plano porque es con el gobierno dictatorial, quienes se colocan en el otro extremo.

La oposición guaidoísta debe estar en el diálogo que se anunció el pasado lunes tanto como la oposición no-guaidoísta, debió estar en el que auspició el gobierno de Noruega. El hecho de que hayan sido unos y no otros, en vez de todos, los que retomaron la iniciativa de diálogo ante la perentoria necesidad de avanzar en una negociación y llegar a acuerdos no debe condenarse. Debe tomarse como punto de partida para desarrollar un verdadero multidiálogo nacional en el que se exprese de diversas maneras la sociedad venezolana en toda su pluralidad y diversidad. Es necesario recordar siempre que el sector madurista y el sector guaidoísta sumados son menos que el sector país que no está con ninguno de los dos.

4.- Desde la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución habíamos hecho a grupos y personalidades con los que participamos habitualmente en los encuentros por el diálogo y la negociación, la propuesta que en su momento recibió la denominación de "Oslo en Venezuela" y que consistía en determinar un conjunto de ejes temáticos considerados no solo críticos, por el estado en el que se encuentran, sino además necesitados de una mirada de consenso y no de competencia para poder ser resueltos. El tipo de problemas que unas elecciones no sólo no resuelven, sino que ni siquiera tocan. Buscar para cada uno de estos ejes temáticos una representación oficial del Gobierno y convocar a las disímiles voces que se le oponen a discutir temas como el Servicio de Agua Potable y Saneamiento, Alimentación, Energía, Transporte, Salud, Educación, situación causada por el Decreto del mal llamado Arco Minero del Orinoco, entre otros.

Intentar así que la noción de Diálogo Nacional tenga que ver con la vida del pueblo, con la vida de las ciudadanas y los ciudadanos, particularmente, el problema del Presupuesto Familiar que ha mermado como nunca por su insignificancia y que se constata en esa trágica y alarmante relación Precios vs. Salarios.

Sin demeritar de ninguna iniciativa, anunciamos que perseveraremos en la que habíamos iniciado conscientes y satisfechos de contribuir al ambiente de multidiálogo necesario para salir del atolladero. Consideramos pertinente afirmar que la instancia facilitada por los gobiernos de Noruega y Barbados debe mantenerse pues es una mediación internacional no injerencista que facilita las negociaciones. Así mismo es necesario exigir al gobierno de Nicolás Maduro el cumplimiento de los acuerdos a los que ha llegado en esa Mesa de Diálogo Nacional.

5.- Para quienes hemos levantado la bandera estratégica del Referendo Consultivo como elemento básico de la reconstrucción del piso constitucional, las iniciativas de diálogo y negociación forman parte de una sumatoria que encontrará la forma de expresarse y visibilizarse y que, cuando necesite legitimarse como acuerdo de un proceso verdaderamente nacional de diálogo y negociación, tendrá que pasar por el escrutinio del pueblo, por el voto en Referendo Consultivo de las ciudadanas y los ciudadanos. Como fue dicho en la Sala San Monseñor Romero de la Parroquia Universitaria, ¡que los dialogantes sigan dialogando! Los perros de la guerra se identificarán por sus acciones para descarrilar cualquier intento de salir en paz del atolladero en el que nos encontramos y en el que la vida ya no es posible.

Ana Elisa Osorio          Edgardo Lander          Esteban Mosonyi             Oly Millán 

Gustavo Márquez Marín         Héctor Navarro            Juan García                Santiago Arconada



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