Con relación al artículo que da cuenta que "la Fiscalía boliviana ha decretado detención contra Evo Morales por sedición y terrorismo", debo decir lo siguiente:
Tanto la "sugerencia" para la renuncia de Evo Morales, como el "golpe" contra su gobierno se instrumentalizaron fuera de la ley, arrasando con ella y con lo que quedaba de la nueva institucionalidad instaurada por el estado plurinacional para su establecimiento y cumplimiento.
Esto se hizo al más puro estilo de la sedición y el terror de las instituciones estadounidenses encargadas de estos oficios en el mundo entero desde fines de la segunda guerra mundial.
Los encargados de su puesta en práctica en Bolivia son los fantoches locales de un poder militar, judicial, eclesiástico y burocrático que la revolución no terminó, e incluso ni siquiera empezó, de erradicar.
Expulsar a la USAID en 2013 estuvo bien y saludé esta acción advirtiendo al mismo tiempo que dejar operando a las ONGs y a las iglesias judeocristianas de distinto pelaje pero igualmente bárbaras, a las que amamanta, era un error de previsibles consecuencias, más temprano que tarde.
Algo para tener presente: Cuando de hacer una revolución se trata lo que queda como desafío inmediato luego de tomar o alcanzar el poder del Estado, es sustituir la institucionalidad del orden económico, social, político, militar e ideológico precedente.
Este no es un deseo, ni algo que se puede dejar al azar. Lo corrobora la historia. Lo ilustra el propio imperio estadounidense. Una vez que se alzó con la hegemonía del mundo occidental tras su participación en la segunda guerra mundial, lo primero que hizo fue crear la institucionalidad del Nuevo Orden Mundial Capitalista que a partir de entonces quedaría instaurado hasta el día hoy y del que no estaría dispuesto a ceder ni siquiera en parcelas. Menos a los indios esclarecidos. Los otros no cuentan.
Lea aquí el artículo que comento.