"Nicolás, hoy decidiste y demostraste que cuando se quiere se puede".
El Presidente llegó hoy como esos noveles toreros que se lanzan al ruedo, a darle pases largos y tendidos de verónica a un Miura enfurecido y desafiante.
En efecto, para sorpresa de propios y extraños, seguramente atacado, como era de esperarse por las personas que lo apoyamos a él, y antes a Chávez, por los 110 indultos que pusieron en la calle a buena parte de esa oposición terrorista y extrema que tanto daño le ha hecho a la República, se decidió hablar y tocó por lo menos tangencialmente el asunto de Carlos Lanz, a más 24 días de su extraña e inusual desaparición forzada, porque hasta ahora, nada muestra ni prueba, que él haya prestado su voluntad para desaparecer como por arte de magia y crear tamaña angustia, no solamente a su esposa e hijos, sino a miles de compatriotas y compañeros de lucha que se han unido a la campaña 'Dónde está CarlosLanz."
Aúnque Nicolás no dió detalles; pero por lo que dejó de decir, se colige la esperanza de poder recuperar sano y salvo al Camarada Carlos Lanz.
Y por si fuera poco, de tanto insistir los compas y familiares de Aryelis Torrealba y Alfredo Chirinos, quienes desde más de seis meses vienen denunciando graves irregularidades, de las que por cierto, desde un principio, yo me hice eco, resuelve solicitarle al Fiscal General que los reciba y oiga sus denuncias, aún cuando no dejó de recordar los hechos delictivos por los que están presos que, por cierto, no son más ni menos graves de los que cometieron la extensa lista de hombres y mujeres (110), sin incluir a Requesens, a quienes el Presidente Nicolás Maduro ordenó poner en libertad mediante un indulto; muchos de ellos, por cierto, confesaron publicamente sus delitos a diferencia de los ingenieros de Pdvsa presos, quienes se han declarado publicamente INOCENTES.
Es decir, el Presidente se dejó de vainas y a capotazo limpio se quitó de una sola vez, dos pesadas cargas políticas, bien llenas de críticas, y que a mi juicio, daban razón suficiente para haber sido atendidas, apenas aparecieron, y no esperar tanto tiempo para darse por enterado y buscar desde la Primera Magistratura respuestas y soluciones.
¿Era mucho pedir? No lo creo.
Estimado Camarada Nicolás Maduro, la moraleja de todo lo ocurrido y que sorprendió a muchos, pasa por que hay que acostumbrarse, no sólo a oír loas, agradecimientos, reconocimientos y gratificaciones, por la labor desempeñada. Sino que también, hay que oir las palabras, los reclamos, las denuncias y las críticas así sean virulentas, y hasta a veces ingratas, y a lo mejor injustas como parecieran.
Hay que hacer como predicaba y trataba de cumplir Chávez; gobernar/ obedeciendo.