Paradójicamente somos el resultado de la dinámica de un mundo globalizado, donde la estandarización pareciera no tener freno. Aunado a ello lo inverosímil de realidades que se manifiestan cargadas de antivalores que se desprenden de múltiples factores sociales. Aquí estamos los pueblos indígenas alzando la voz por la autodeterminación, reconocimiento y respeto a la diversidad cultural.
Como diría un anciano indígena “somos diferentemente iguales”. Es fácil reconocer que Venezuela lo tiene todo, es palpable y visible la diversidad geográfica que existe en el territorio venezolano. Inclusive es muy fácil reconocer los dialectos y acentuaciones, expresiones culturales y hasta la comida típica de cada región de nuestro país.
Sí recorres las costas venezolanas podrás diferenciar la forma de vida que tienen los lugareños con lo propio de los que habitan en la región andina y así sucesivamente con todas las demás regiones de nuestro suelo patrio. ¿Cómo es que se te hace difícil creer, entender y comprender que los pueblos indígenas tienen una forma de vida propia?
No en vano milenariamente se ha luchado por el reconocimiento ante la avasallante cultura mayoritaria. Sólo en revolución se ha alcanzado logros históricos para los pueblos y comunidades indígenas de Venezuela, reivindicando el sacrificio de millones de hermanas y hermanos que por siglos fueron sometidos por el opresor.
Existe un estamento jurídico venezolano que protege a los pueblos y comunidades indígenas. Sin embargo, corresponde a individualidades en funciones de servicios públicos que reconocerá y aplicará la ley de acuerdo a su formación y principios éticos como profesional y ciudadano. Los derechos de los pueblos y comunidades indígenas deben fortalecerse y será la nueva Asamblea Nacional que blindará al débil jurídico, inclusive de los mismos indígenas alienados.
Un desafío a superar en el 2021 está por asumirse por parte de las tres (03) corrientes indígenas existentes en el País, el poder presentarse ante la sociedad no indígena, como una fuerza monolítica, sin imposiciones, ni desconocimiento a la trayectoria y el trabajo de las organizaciones propias y sus lideres y lideresas naturales.
Se recibe con apremio todo el apoyo de parte de los no indígenas, aliados, colaboradores y amigos de los pueblos indígenas. Sin embargo, se hace necesario y oportuno exigir la no intromisión en asuntos propios de cada pueblo que goza de particularidades socioculturales.
¡La historia la escribe el vencedor!
@PedroRequenaVe
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