Si yo preguntara ahora, cuál es el impacto real y concreto de las llamadas leyes del poder popular, en esta mentira dela democracia participativa y protagónica, seguro, que un distraído, inmediatamente me diría: hay 40 mil consejos comunales organizados y hay muchas comunas. Una respuesta así, que la ofrecen en los altos y bajos niveles políticos, muestra la existencia -en abundancia- de lo pintoresco en la “revolución”.
Mucha gente en las comunidades está segura de eso, muy a pesar del mal estado que presentan los barrios con las calles llenas de huecos, sin alumbrado público y sin el elemental servicio de agua.
No saben distinguir entre un registro de un consejo comunal y una organización. Es bueno decirlo, los CC reciben y entregan las bolsas clap cuando llegan.
El municipio que existía antes de aprobarse estas leyes, es el mismo. No tienen los consejos comunales una competencia del poder municipal. Los consejos locales de planificación que pudieron ser una manera de activar estos consejos comunales, están literalmente muertos. No hay ningún protagonismo en estas organizaciones y en el mejor de los casos, los consejos comunales son mulas electoreras.
No existen consejos comunales haciendo contraloría social. Esa cosa que aparece en la Ley ORGÁNICA de contraloría social, está total y terminantemente prohibida. Ver un Plan Municipal de Desarrollo, es un auténtico milagro. No existen, como lo ordena la ley, Planes de Desarrollo Municipales y así, nada hay que controlar, evaluar y el protagonismo se disuelve.
El poder popular es uno de los más bonitos espejitos que ofrece la "revolución". Es el que tiene más periquitos.
El camarada Maduro, enterado de la inutilidad legal y efectiva de las llamadas leyes del poder popular, pero tal vez muy consciente de su papel como espejito, acaba de entregar a la Asamblea Nacional dos nuevos espejitos para afinar más agudamente ese tan efectivo proceso de exprimir ideológicamente a personas extremadamente ingenuas.(www.aporrea.org/poderpopular/n362782.html ).
Maduro presentó recientemente, el proyecto de ley de ciudades comunales y de parlamento comunal. Hay que ser exageradamente ingenuo para creerse, que unos consejos comunales y comunas que tienen terminantemente prohibido decidir - por ejemplo- una candidatura a concejal o diputado, puedan discutir y DECIDIR de verdad, qué quieren para sus barrios y para sus ciudades.
Hay ingenuos, que seguramente estarán convencidos, que Las Charas, Valle Verde, Valle Lindo en el municipio Sotillo - Anzoátegui- es un desastre, porque falta esta ley de ciudades comunales y de parlamento comunal.
Mientras el camarada Maduro presenta estos dos nuevos espejitos, La Comuna El Maizal, que es una de las pocas comunas del país que intenta ser como lo plasma la ley, vive hostigada y acosada por instituciones del gobierno. Ya son muchas las situaciones conocidas que muestran este hostigamiento.
Este acoso, es como advertencia, que viene diciendo: está terminantemente prohibido tener comunas como El Maizal y otras que se parecen bastante a la democracia protagónica.
(https://twitter.com/ComunaElMaizal/status/1360324752666218505)
dominguezclaudi15@gmail.com
@ClaudioElcuaco
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