Monseñor Jesús María Pellín era el orador más brillante de la Semana Mayor; las mujeres y hombres de todas las clases sociales venían hasta del interior del país a escuchar las siete palabras de Monseñor Pellín.
Las emisoras de radio se peleaban la transmisión de las siete palabras de Monseñor Pellín; lo asaltaban los concesionarios de las estaciones de radiodifusión. Era como una estrella a quien le pedían la exclusiva de sus siete palabras en Semana Santa, hasta que el propio padre fundó su emisora, ¨La Voz de la Patria¨, que pasó a tener, entonces, la exclusiva de las siete palabras de Monseñor Pellín con sintonía total, esto ocurrió siempre el Viernes Santo.
El padre Pellín aprovechaba para hacer una radiografía, un examen de la situación venezolana, no se le salvaba nadie: ni los ricos, ni los borrachos, no se le salvaban las mujeres que llamaban de vida alegre.
Fue director del diario La Religión, por más de treinta años. Era periodista y sus siete palabras estaban llenas de noticias, todo era noticia; podemos decir que periodísticamente las siete palabras de Monseñor Pellín eran siete reportajes, cada palabra era un reportaje. Se hizo tan famoso que las congregaciones religiosas y las iglesias se lo disputaban como la gran atracción de la Semana Mayor; le llovían peticiones dos meses antes; entonces el padre Pellín contrató un chofer, alquiló un automóvil que estacionaba a la puerta de la iglesia; apenas Monseñor pronunciaba la última palabra, salía corriendo del templo, se montaba en el carro y volaba para otra iglesia. Monseñor Pellín llegó a tener un récord de pronunciar en un Viernes Santo, cuatro, cinco y hasta seis veces los discursos de las siete palabras. Cada una tenía una característica distinta, por ejemplo, en el templo de El Valle, en la vieja iglesia, el padre Pellín hablaba de política.
En la Pastora o en las Mercedes se refería al problema de las mujeres que no daban el ejemplo, lo que él llamaba ¨las chicas zafadas¨, que eran una tentación en la calle. Pero las personas cultas preferían al padre Pellín cuando hablaba en Santa Teresa, porque sus discursos en esta basílica eran unos sermones, como diría alguien en un tono pedante, que parecían más bien análisis sociológicos porque analizaba los defectos de los venezolanos. Por supuesto, los fanáticos de Pellín decían: ¨vamos a escucharlo en la iglesia de San Juan, en donde monseñor va a atacar a los borrachos, pero eso sí, vámonos después para El Valle, en donde va a remeter contra el gobierno de López Contreras¨. El cura Pellín se hizo famoso, sobre todo cuando hablaba de política en la iglesia de El Valle, por esto se presentaron muchos problemas, porque muchos tipos entraban paloteados al templo, y cuando el padre Pellín atacaba al gobierno, intervenían; un día dijo: ¨yo soy anticomunista, pero hay ricos que son tan malos que justifican a los comunistas¨; entonces se armó un escándalo porque un borrachito gritó ¨púyalo Pellín, púyalo¨ y de casualidad no metieron preso a todos incluyendo al padre Pellín.
Monseñor Pellín murió en 1969, y está enterrado en la Catedral de Caracas, en una capilla situada al lado derecho del altar mayor.
Este artículo un tanto cargado de humor es para refrescar la mente de nuestro pueblo por los sufrimientos derivados de esa terrible pandemia que azota a la humanidad.
Cuídense y cumplan con las normas sanitarias y de salud.
Utilicen el tapaboca, lávense las manos frecuentemente con jabón y desinféctelas con alcohol, guarde el distanciamiento y salgan de sus casas solo cuando fuera necesario o en caso de emergencia.