El presidente de la Comisión Permanente de Finanzas y Desarrollo Nacional de la Asamblea Nacional afirma que el principal responsable de la dramática situación de los salarios es el imperialismo, no es el presidente Nicolás Maduro”, manifiesta el diputado Jesús Farías, sin embargo el Presidente es el responsable de la política económica y social del país, de la política fiscal y monetaria entre otras funciones tipificadas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Quiere decir que quien decreta el salario mínimo en Venezuela, en todo caso “no es el imperialismo” de los Estados Unidos sino el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, por lo que la responsabilidad de encontrar soluciones al problema del salario, los problemas del poder adquisitivo que aquejan a los trabajadores claro está, no es un problema único del presidente, también lo es de los empresarios como de sus trabajadores, sin embargo dado que el gobierno “decreta salarios mínimos” para el sector público y privado tiene la mayor responsabilidad pública.
¿Cuál es el problema que aqueja al salario en Venezuela? Todos y todas compartimos el mismo diagnósticos? No se trata de un simple desajuste fiscal como señala Perdomo, Se trata como dice Giuseppe A., en señalar las causas de “la manipulación cambiaria desde el mercado paralelo de divisas, la devaluación continua del bolívar, la inflación inducida, ….”, del lado de la manipulación cambiaria de la divisa del dólar se esconde la encubierta guerra del dólar contra la moneda venezolana, el bolívar soberano el cual ha sido destruido físicamente mediante las devaluaciones continuas del bolívar a través del mecanismo de los precios, este mecanismo ha creado, otro, la hiperinflación inducida que ha destruido el poder adquisitivo del salario de los trabajadores y erosionado el consumo de las familias así como desajustado el sistema fiscal presupuestario público.
Frente a esta realidad dramática de la situación de los salarios el diputado Farías plantea como solución técnica, “el trabajo productivo” de las empresas como clave para la recuperación del salario, es decir producir riqueza. Según Farías, “el que ha trabajado sabe que lo que se puede repartir es lo que se ha producido, en función de la riqueza existente”, pero el problema es quien reparte le queda la mejor parte. Desde este punto de vista sería interesante saber cómo Farías pudiera dar una explicación de cómo en Venezuela se ha generado una riqueza extraída de la tierra, el petróleo, así como muchos minerales, han generado una riqueza muy superior al trabajo generado, de cómo los precios internacionales han creado una renta en petrodolares, en nuestro caso una renta petrolera muy superior al trabajo, lo cual ha creado un modo de vida artificial pero endeble en cada coyuntura petrolera en la que no se explica de acuerdo a la teoría clásica de la economía considerando los costos de producción que debiendo generar inflación no lo creo por los subsidios al capital, la economía fácil y parasitaria.
Puesto que el petróleo es extraído y vendido, es una materia prima se formó una “economía fácil”, había que ver que durante las décadas del rentismo petrolero como llovían los petrodólares durante determinadas favorables coyunturas del mercado internacional, como se distribuían alegremente los petrodólares, incluso sin aumentar la producción ni la productividad del trabajo, sino las importaciones, de alimentos, bebidas, zapatos, ropas, y todo tipo de bienes para atender una demanda del mercado de acuerdo a la cultura rentista petrolera consumista. Los Gobiernos en ese entonces de la IV República, subsidiaban, emitían dinero inorgánico, condonaban deudas, ampliaban el crédito, se endeudaban, inyectaban dinero a la economía en base a las reservas internacionales que lo respaldaban, todo el mundo sabía de donde venía la riqueza fácil, la riqueza ya existente, del substrato del suelo, los venezolanos jamás habían trabajado en su vida, en particular los empresarios, para ostentar tal nivel de vida, para disfrutar de una riqueza mal distribuida, causante de la desigualdad social y los menos beneficiados eran los venezolanos y venezolanas, problema que todavía se arrastra en revolución.
Volviendo al problema de “la economía fácil”, a la economía de las dificultades, de la economía parasitaria a la economía del trabajo, nos encontramos con el problema de que “el que ha trabajador sabe de donde proviene la riqueza”, de que ha trabajado por su vida, y esos son precisamente los trabajadores, los que viven del salarios mínimo, muchas veces en la mayoría de los casos, de la criminal canasta mínima de alimentos, ellos saben cómo reparten el salario las empresas privadas, y ahora saben cómo lo reparte el Gobierno Chavista, mientras que el sector privado capitalista paga ochenta y hasta más de 130 dólares mensuales, el Gobierno chavista, “protector de la clase trabajadora”, paga menos de cinco dólares mensuales, lo cual lleva a calificarlo como el peor patrón, ni siquiera el peor capitalista maquilador pagaría semejante cantidad de salario a sus trabajadores, los empresarios capitalista debería estarse riendo no solo de la Constitución sino también del presidente obrero, de la revolución bolivariana y sus ideales socialistas del siglo XXI.
De aquí proviene la angustia de Giuseppe A., “….algo hay que hacer para detener los efectos perniciosos contra el poder adquisitivo que EL DÓLAR PARALELO infringe a diario a la clase obrera venezolana……. la inflación inducida por la devaluación del bolívar es el principal causante de la desigualdad de ingresos en Venezuela, situación que nos aleja de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) de la ONU suscrito por nuestro país, a pesar de la Pandemia y del bloqueo criminal imperial…... Que es un grave error seguir insistiendo que hay que esperar que aumenten los ingresos nacionales, el rentismo petrolero o que cesen las hostilidades del bloqueo imperial, para luego poder estimular la producción del aparato productivo, y de lo que vaya "goteando", ir aumentándoles de manera progresiva los sueldos y salarios a los trabajadores, pensionados y jubilados venezolanos…..”.
Farías frente a esta realidad propone una política de producción para generar riqueza, una política productivista, ya se sabe, elevar la productividad para elevar la producción, intensificar el trabajo, él lo plantea asi: “tenemos que aumentar la producción, si no hay producción no vamos abatir la inflación en alimentos, si no hay producción no vamos a generar los ingresos para la inversión en los servicios públicos, y si no hay producción, y por tanto, generación de riqueza no podemos incrementar los salarios”.
Creo que Farías está convencido que quien genera riqueza es la fuerza de trabajo, los trabajadores, hasta ahora no se ha visto en Venezuela que el salario aumenta por elevación de la productividad sino por “decreto presidencial”, por clamor de la clase obrera y lo que aumenta es el salario mínimo, la canasta mínima de subsistencia, la canasta criminal, nunca el salario ha escalado cotas muy superiores al mínimo a no ser por patronos excepcionales, en todo caso confiemos en que Farías considera seguro que la revolución bolivariana hará excepción, sin valernos del restablecimiento de la exportaciones petroleras, dado el país arruinado, aumentando la producción material, generando riqueza privada, el gobierno tendrá mejores recaudaciones fiscales y por consiguiente caerá el crecimiento económico por goteo al trabajador en una mejora de salarios automáticamente. Ingenuamente eso sería esperar los buenos deseos que no preñan, algo hay que hacer, inventamos o erramos.
Al parecer Farías ignora la historia económica, la correlación salario-productividad en Venezuela, puesto que aumenta la productividad y no aumenta el salario, siempre el salario ha estado por debajo del crecimiento de la productividad del trabajo, la ganancia siempre subiendo gracias a la elevación delos precios, de la productividad del trabajo, a la elevación del grado de explotación mientras que el salario siempre disminuyendo toda vez que aumenta la ganancia, aumentando la producción y decayendo el salario, es lo que siempre se ha producido en Venezuela, pero Farías asegura que esta vez no será así, que para aumentar el salario, se necesita aumentar la producción para aumentar la riqueza, solo que no veo como aumentando la producción va a detener la agresión del dólar, cómo a frenar la destrucción social del salario, del poder adquisitivo del trabajador y su familia. Aumenta la producción, aumenta los costos de producción impactados por el dólar, destruyendo el salario.
Farías solo indica que solo produciendo aumenta la riqueza para distribuir pero no señala como se distribuiría sin frenar la elevación del grado de explotación ni como detener la agresión del dólar, cree que produciendo va abatir la inflación, produciendo para quien, para el mercado, para las familias, para los trabajadores, riqueza para quien, para el empresario, el Estado o los trabajadores. Farías ingenuamente por supuesto no aclara estos problemas, se lava las manos de burócrata, cómo hará si se opta por producir, cómo hará para abatir la inflación inducida por el dólar, como haría si generando riqueza económica, aseguraría que el salario no perdería valor mientras sube el dólar, el frenar la destrucción social del salario. Tan solo dice, “producir para generar riqueza”, “distribuir lo que se produce”, pero nada dice como impedir que lo que se produzca, lo que se distribuye como renta, sea desigual y perdiera valor adquisitivo, lo que le corresponde miserablemente a los trabajadores.
Mientras cavila Farías en sus dilemas, si aumentar la producción o el salario, pasemos analizar las propuestas de A. Giuseppe y camaradas Giuseppe, Valdez, Boza y Curcio, la indexación del salario, mejor dicho el ajuste del salario a los cambios del dólar y los precios del mercado. Unos plantean indexación de precios, otros por indexación por el dólar y los otros por indexación del Petro. En todos los casos; representan un ajuste del valor monetario del salario a los cambios monetarios de los precios, del tipo paritario monetario, en nuestro caso del dólar. Pero hay más, todos y todas sabemos de qué se trata de una guerra hibrida, no convencional, económica, social, política, militar, etc., de socavar un modelo político, de empobrecerlo, arruinarlo para obligarlo a mendigar, estigmatizarlo con el modelo cubano, por lo que se trata de establecer nuevas políticas para combatir a la inflación, a los precios especulativos y al dólar para lograr la recuperación del salario.
Este es el problema central, seguir produciendo, producir y producir, el productivismo, como dice Farías, ¿se puede producir con inflación de costos, impactado por el dólar, se pueden vender a precios especulativos del mercado, se puede generar riqueza muy desigual?, pero aun así, aumentando el salario, este no se corresponderá con el aumento de la riqueza económica, con el crecimiento económico, el salario del trabajador en el capitalismo seguirá siendo miserable, muy por debajo a lo que gana una ministro, un diputado, un servidor público, en términos coloquiales, creo que Farías no vive la experiencia como “la clase trabajadora venezolana se rompe el culo laborando todo el día” como dice Perdomo, mientras que los diputados de la Asamblea disfrutan de su status de vida política como servidores del pueblo, ministros, presidentes entre otros no sufren los impactos del dólar, dejémosle al pueblo la ayuda del Clap, cada cierto tiempo cuando se pueda para amortiguar la crisis.
Hay que apuntar entonces de que aparte de la guerra hibrida, hay una crisis sanitaria, pero además de eso, existe un desequilibrio fiscal y monetario que se ha venido acumulando y estallan en forma violenta mediante la depreciación de la moneda, a causa de una devaluación criminal del bolívar por causa del dólar paralelo, de las fluctuaciones de la divisa del imperio de los Estados Unidos ensañados políticamente para desestabilizar la economía, la sociedad y el régimen político de la revolución bolivariana. Se plantea en consiguiente la indexación por los economistas Pascualina, Valdez y Boza, un argumento legitimo pero la interrogante es que de inmediato caeríamos en una espiral de ajustes por inflación, serían muchos ceros, tarde o temprano la burbuja de precios nos llevaría al colapso monetario.
A nuestro modo de ver se hace necesario establecer un nuevo patrón monetario entre el Petro y el Bolívar Digital, un nuevo patrón de valores, una equivalencia, el Petro-oro y su valor en Bolívar Digital, el contenido oro del Petro respaldando el Bolívar Digital, es más sencillo, una revolución monetaria, más o menos sencillo o más o menos complejo que indexar continuamente, sin exponer la unidad de cuenta y de valor al Petro a los ataques del dólar, esto lo amortiguaría el Bolívar Digital, aparte de que el Petro oro realimentaría y re fortalecería al bolívar digital continuamente, haciendo la precaución de que el Bolívar Digital no es canjeable por oro, sino que este es canjeable por Petro. Estamos proponiendo una dualidad monetaria, la Petro critopdivisa como unidad de reserva y unidad de valor y el el Bolívar Digital como criptomoneda para enfrentar la ruindad del dólar de la economía, la especulación cada vez que agreda el dólar ajustando los valores de la economía y sus efectos.
No es nada de “chapucería económica” la indexación, ni el sistema dual de la criptoeconomía monetaria, es el amenos una acción de buena fe económica, solo que el Bolívar Digital ajustaría los precios y el salario, en términos de su valor, no el Petro, éste solo ajustaría como unidad de reserva al Bolívar Digital, no hay que postergar esta iniciativa, hay que inventar o errar, claro, dejemos que se indexe al Petro las pensiones y jubilaciones expresados en bolívares digitales, con ello estimulamos no solo “el buen vivir” sino también la economía productiva y de servicios, con ello contribuimos a una mejor distribución de riquezas, dado que el 400 mil capitalistas se distribuyen el 50 o más de la producción, mientras que 13 millones de trabajadores se apropian del 31% de la renta, distribución insostenible e injusta en revolución bolivariana por actitudes políticas de inercia política, de arrogancia de ciertos diputados, mientras se genera el incremento del grado de explotación de la clase trabajadora en más del 300% por efecto de “la política imperialista”, del imperio en escasear el dólar, especular con el tipo de cambio e implantar la depreciación inducida del bolívar soberano por el orden de más de 3 billones por ciento desde el la intensificación de la guerra económica del 2013 al presente, incrementando la pobreza no solo de la clase trabajadora sino de toda la clase media.
De continuar esta espiral precios, hiperinflacionaria, contrarrestarla con la indexación monetaria, también desataría dicha guerra de monetaria de precios, una espiral de indexación monetaria, al mismo tiempo impactaría con desajustes fiscales, por lo que debemos como dije, crear el nuevo sistema ecosistema monetario, pero también un nuevo sistema eco-socioproductivo capaz de asumir los retos de la producción social para atender la demanda de alimentos para responder al desafío capitalista monetario y productivo, a su modelo destructor, depredador y criminal, de fagocitarse las economías por las vía de la guerra criminal del dólar y sus cómplices, los burgueses comerciales e industriales, en verdad el totalitarismo de los Estados Unidos y su modelo pretende, empobrecer la economía, arruinarla, redependizarla, para que después mendigue al Norte pasta, arroz, azúcar, medicamentos, etc., por la vía de préstamos internacionales para luego clavarle tasas de interés que no pueda pagar convirtiendo la deuda en eterna.
“Lo irónico del caso, --indica Rubén Hernández--es que Venezuela es gobernada por un presidente que se autocalifica como obrerista y humanista, y no obstante la notable crisis socioeconómica, que empeorada por la pandemia de COVID-19 y los criminales bloqueos internacionales han llevado al sector obrero a la ruina total, …….sobre quienes recae en buena medida, el mayor peso negativo de las consecuencias adversas de la grave problemática que afecta a la nación caribeña desde hace varios años…..y se ha permitido de forma cómplice que el dólar impulse la inflación a más no poder, perjudicando mucho a los pequeños comerciantes, a los trabajadores dependientes y en general a los pobres”.
Solo rescatando el valor monetario del Bolívar podemos atender el problema de los precios, y eso lo podemos hacer con Petro-oro, no con “oro en si” sino Petro-oro, dando vida al Bolívar Digital, dándole confianza en el mercado, creando su espacio, su ecosistema monetario, ajustando los precios al Bolívar Digital, asimismo adaptando el sistema fiscal y monetario a los nuevos valores monetarios, en todo caso a futuro indexaríamos al Bolívar digital y no al Petro, tenemos necesidad de sincronizar todo el sistema monetario, salarios, precios, política monetaria y fiscal al nuevo sistema de valores del Bolívar digital, y no con el Petro desataríamos con el una espiral de precios, y solo con ello daríamos inicio a un nuevo sistema de tributos expresados en valores monetarios digitales en bolívares por debajo del valor del Petro, damos origen al Bolívar Digital, con ello, estamos asegurando que cada ciudadanos tenga seguridad en el bolívar digital y el Petro, sosteniendo su capacidad adquisitiva, garantizándole sus derechos y libertades, tenga sus necesidades cubiertas no solo básicas con la canasta mínima, sino una canasta de vida digna que no cubra solo alimentos, sino también ropa, calzado, transporte, comunicaciones, recreación, vivienda, así como mantenimiento y cuidados de vivienda, etc., esto es llevar una vida digna.
Fuente consultada:
1.-Giuseppe, A. "microscópico grupo de personas" que propone la indexación salarial, Aporrea, 07/05/2021 05.
2.-Perdomo, A. Edgar. “El dólar pasó los 3 millones: ¡A mamar, que llegó Tío Rico!”, Aporrea, 14/05/2021.
3.-Hernandez, Rubén. “Los trabajadores en Venezuela sólo tienen derecho a una mísera colaboración”, Aporrea, 10/05/2021
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