Arruinados en sus planes de desequilibrar al país, dirigentes de oposición, aspiraban que el cumpleaños 454 de la capital venezolana el 25 de julio, nos encontrara bajo el dominio del malandraje contratado con dinero proveniente de políticos dispuestos a entregar la soberanía nacional a EE UU y el voraz capitalismo internacional. No necesito abundar en detalles de la fiesta mental que saboreaban los vende patria, basta cualquiera de los conceptos presentados al mundo como prueba fehaciente, por el Presidente de la Asamblea Nacional, en defensa al Estado venezolano.
Desde el Palacio Federal Legislativo, Jorge Rodríguez indicó que líderes políticos de oposición utilizan plataformas de criptomonedas para financiar grupos narco paramilitares. Les dijo a los periodistas "se acuerdan cuando mostramos las ONG de las que John Goicoechea era gerente, dinero enviado vía transferencia a Organizaciones No Gubernamentales y estas lo remitían a Gilber Caro y a Luis Somaza para entregarlo a los terroristas, bandas criminales relacionadas con colombianos en actuaciones típicas de los principales productos de exportación humana desde Colombia, mercenarios vistos y escuchados en videos.
Resulta de una complicidad extrema lo que hace la prensa nacional, y no lo dijo Rodríguez, se lo agrego como autor de esta opinión porque no muestran en TV, no dicen por radio, y no aparecen en nuestros periódicos, titulares de noticias internacionales que (eso sí lo indicó Rodríguez), están en contenidos noticiosos de la BBC de Londres y medios de otros países, relacionando a militares colombianos dados de baja más de diez y otros detenidos por la policía, el DGCIM –Dirección General de Contrainteligencia Militar- y la Guardia Nacional Bolivariana venezolana, colombianos traídos a "La Fiesta de Caracas" a la desestabilización intencionada, unión de jefes opositores con criminales colombo venezolanos, hoy bajo recompensa por asesinos que son y serán combatidos, apresados y expulsados.
Inconcebible, inexplicable y pestilente, que la prensa nacional comprometida como siempre con la oposición radical, le dé más importancia a presuntas violaciones de derechos humanos a los mercenarios extranjeros y criollos, que a las familias de luto por culpa de los homicidas de agentes policiales y de otros cuerpos de seguridad, e inocentes transeúntes y automovilistas víctimas fatales civiles, junto a numerosos heridos ocasionados por integrantes de las bacrim, contratados en forma descarada y desesperada por la oposición, derecha maltrecha y más afrecha que nunca en manifiesta incompetencia política.
El médico psiquiatra estratega político relevante Jorge Rodríguez, explicó que las acciones de esas bandas criminales están relacionadas con mercenarios colombianos a sueldo apresados desestabilizando acá y responsables materiales en Haití del magnicidio al presidente Jovenel Moïse. La vicepresidenta Delcy Rodríguez mostró conversaciones entre dirigentes de oposición ultra radical, que contactaron el malandraje en Caracas, adelantándose a hechos en Colombia y Venezuela, pronosticando en Cúcuta una situación irregular antes de ocurrido un presunto ataque al helicóptero del Presidente colombiano, hecho que 48 horas después desapareció de las reseñas internacionales por escasa credibilidad.
El desempeño opositor inadecuado y peligroso justifica la detención del opositor Freddy Guevara, el gobierno continuará presentando evidencias que lo vinculan con lo que irónicamente llamaron "La Fiesta de Caracas", eventos iniciados entre el 7 y el 8 de julio que iban a comenzar el 5 de julio, en el aniversario 210 de haber decretado recolección de firmas del Acta de Independencia en 1811. Los apátridas, usando extranjeros iban a celebrar con asesinatos operando desde la Cota 905 y otros puntos de la capital venezolana, cubiles de bandidos hoy destruidos.
En fundamento de estas graves acusaciones, Jorge Rodríguez afirmó que gracias al operativo "Gran Cacique Indio Guaicaipuro", en despliegue de más de 3.000 funcionarios de seguridad en el suroeste de Caracas se resguardó a la población. Prensa impresa opositora, radios y televisoras que se "encadenan" en convocatorias fascistas, parecen no querer la paz porque la mantiene un gobierno socialista. Y no me venga con el cuento del peligro a la libertad de expresión, hoy mucho más libre que entre 1959 y 1999.