Monotemáticos y majaderos (II).

Para vivir cerca de la verdad, para pensar con libertad se requiere fuerza, el miedo al dolor, a la muerte, a la realidad nos vence y no ayuda a pensar, tampoco ayuda a la conciencia, al control del presente, para eso se requiere un quantum de fuerza, que si no se tiene seremos presas de la ignorancia, o más bien de la voluntad de ignorancia, del instinto de ignorarlo todo por cansancio, sentirse "concluido". Cualquiera puede decir que escogió ser ignorante, que de la vida sabe todo lo que tiene que saber, pero nadie elige ser o no sabio, o valiente, ni siquiera cobarde; la acción lo es todo – dice Nietzsche –, no hay un sujeto detrás de la acción que elija ser o no valiente, por ejemplo, se es lo que se puede llegar a ser, hasta donde alcance ese quantum de fuerza que poseemos cada quien. Hay que acumular fuerzas para pensar, para adquirir conocimientos y para tener conciencia de lo que somos, para superar el dolor de vivir o de morir.

Todos somos monotemáticos, pero algunos somos más bien majaderos. No todos somos negadores y complacientes con las supuestas bondades del capitalismo, creyendo que así somos libres, de pensar y tener todos los puntos de vista que queramos. Algunos hacemos resistencia a la lógica capitalista parados en la tierra, sin esquivar el presente. Hasta ahí llega nuestra fuerza y nuestra libertad

Cómo puede ser libre un individuo que se cansa tan rápido. Esa es una pregunta fundamental. La libertad es un compromiso de vida, depende de obedecer a nuestros proyectos e ideales, sean cuales sean los obstáculos a vencer. No se es libre hoy y mañana no, por "prudencia". Si no aceptas ese reto, ¡confórmate a ser esclavo de tus circunstancias! Ser libre significa conciencia y compromiso, lo otro es entregarse a la voluntad de otro o de otros, más "libres" que tú, o más fuertes que tú. La libertad no existe, sino como conciencia de lo que somos y podemos llegar a ser. Solo los humanos podemos ser libres si somos conscientes de nuestra realidad, de nuestra verdad, o sea de que estamos atados a ese quantum de fuerza que caracteriza, y asumiendo las consecuencias de nuestros actos, como el rebelde Sísifo con su piedra.

La otra libertad, la que otorga el poder, esa libertad negativa, que aparece solo si otro te la concede, no existe, no es libertad, es una trampa, una entelequia para manipular a tontos. El que no tiene fuerza para romper una norma, para cambiar, para crear, o fuerza para decir algo distinto a lo que todo el mundo ya sabe, no es libre de nada, solo obedece a un rebaño: si te adaptas a este sistema con facilidad no eres libre. Reclamas libertad de expresión cuando no tienes qué expresar, la libertad no se exige, se asume en la acción, si no puedes porque no tienes fuerza confórmate con llevar tu vida de siempre, simple y confortable. El rebaño nunca es libre, nunca será libre, y los humanos, como las vacas, también padecemos del instinto de rebaño; reforzarlo y encausarlo para llevarnos al matadero es la tarea más esforzada del capitalismo, de la burguesía, y de cualquier poder que se funde en privilegios, eso es lo que llaman libertad en el capitalismo, libertad de ejercer la esclavitud.

Los humanos somos libres solo en la acción rebelde, y para eso se requiere de fuerza, solo el hombre rebelde es libre. Libertad para ser lo que ya somos no tiene gracia.


 



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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