¿Hasta dónde somos Chávez?

Es parte de mi naturaleza la política, más en teoría que en práctica, es decir que no aspiro a cargos públicos. Me encanta el área social, de servir a la gente y ayudar pero lamentablemente no he vivido en estos últimos 10 años en sectores donde la revolución sea el factor predominante donde uno realmente vea la acción, el compromiso, la actividad en pleno, me ha tocado son lugares donde el chavismo no ha madurado como tal, donde la gente es muy ambiciosa pero del lado negativo, divisionismo, apatía y critica.

Aun así me afinco donde el Chavismo lo hace bien, donde se solucionan los problemas, donde la comunidad se organiza, donde se forma y se informa. Creo profundamente en la revolución, estoy muy consciente de los mil logros en todas las áreas que se han dado y de eso siempre muy informado, no me detengo en el chismero politiquero de que sí Diosdado Cabello miro raro a Maduro, de sí tal Ministro se embolsillo unos churupos, no pierdo mi tiempo en eso; más bien muy pendiente cuando el Fiscal de la República informa cuando se le echa el guante a los infiltrados en el gobierno.

Mucho antes de Chávez ya venía conociendo lo de la izquierda, fue con Chávez que entendí más, me informé mucho y leyendo más comprendí lo que sucedía. Hoy apoyando estos 22 años de revolución estoy plenamente convencido que el socialismo es la esperanza del mundo; el capitalismo es un sistema decadente que debe desaparecer pero eso dependerá de cada habitante en este planeta.

Considero que el chavismo es parte de nuestra cultura, espero que siempre sea para bien, aunque debe haber más conciencia y formación ideológica; el problema es que leer e investigar es un tema que requiere mucha disciplina y determinación; la gente se educa, se forma e informa según su interés. La Cuarta República nos hizo mucho daño, nos deformó demasiado, aunque hay esperanzas de enderezar el camino, la esperanza está en las nuevas generaciones.

Cuando Chávez declaró que éramos él nos hacía un llamado a la consciencia, nos pedía imitar lo bueno de él, su pasión por la patria, su amor por la gente, su determinación en abolir el capitalismo y levantar como bandera en la conquista el socialismo. Miles aún no lo entienden; será porque no comprendieron al Comandante, sea porque se olvidaron de sus enseñanzas y reflexiones.

Ser Chávez no es tarea fácil como ser Cristo mucho menos, requiere mucha reflexión y consciencia, requiere mucha revisión honda, de saber si realmente lo estamos haciendo bien o seguimos siendo obstáculos al proceso. Lamentablemente el ser humano está muy atado a la codicia, a una mala conexión con el dinero, a la viveza, son cosas que debemos renunciar y ser mejores. Se han necesitado muchos modelos y aquí el llamado es a la dirigencia Chavista; si no son como Chávez vamos a ser ¿Cómo quién?

Por 14 años escuché a Chávez, lloré con él, reí con él, aprendí amar a mi nación, a mi bandera, entendí tanto de lo que nos enseñaba. Respeté a Chávez como nunca, lo consideré como un Padre. Realmente pensé que si él se moría se acabaría la revolución pero no ha sucedido y menos que la han vapuleado tanto. Ser chavista no es ni fanatismo ni un capricho es un ideal que debemos tener de pecho en pecho. Allá los que son Guaido, los que son Julio Borges, María Corina, Leopoldo López, Rafael Ramírez, es preferible ser como Chávez por eso cabe la pregunta: ¿Hasta dónde lo somos?



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Julio César Colmenares

Comunicador alternativo.

 juliocesar1221@gmail.com

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