Ciertamente. Ahora que ya sabemos que esa cuerda de opositores desleales a su país, que hicieron y deshicieron los que les vino en gana, perjudicando al pueblo venezolano hasta más no poder, tienen el tupé de presentarse, y creer que ganarán, en las elecciones regionales del próximo 21 de noviembre.
Me refiero a que tienen la mesa servida, con manteles bordados, cubiertos de plata, vajillas de Limoges, copas de cristal de Sevres hechas en Francia y hasta un centro mesa repleto de flores, pero no las nuestras venezolanas, criollitas, no, flores de la high, seguramente con claveles españoles, amapolas nativas del mediterráneo europeo, muchas rosas de todos los colores como estados tiene, pues son las flores nacionales de los Estados Unidos, y también colocarán las dalias de Canadá.
Con cierta desazón descubro que la orquídea también es la flor nacional de Colombia, por lo que presumo que, a pesar de ello, no la colocarán pues todos aquí sabemos que pudiese confundirse con nuestra flor nacional, la orquídea venezolana originaria de la Cordillera de la Costa. Por cierto, fue declarada así el mismo año de mi nacimiento.
En octubre de 2017 escribí un artículo también sobre las elecciones, www.aporrea.org/oposicion/a254574.html, titulándolo "Porque saben que no ganarán", donde me refería a la oposición cuyo vocero era precisamente Ramos Allup, aún crítico de los lechuguinos y petimetres, con los cuales al rato se unió, sin ninguna vergüenza.
En ese tiempo, el PSUV había ganado diecisiete de los veintitrés puestos para gobernadores, mientras que la oposición los otros cinco. Esto a pesar de la tremenda inflación galopante, aún con nuestra moneda, escasez de alimentos y medicamentos, y la pérdida gigantesca del poder adquisitivo de los venezolanos. Lo cual me llevo asegurar que, con esa victoria tan sufrida y significativa, la revolución bolivariana se había vuelto irreversible.
Pero en las siguientes elecciones municipales ya Ramos Allup, renunciaba a presentar su partido, y afirmé, exactamente, porque saben que no ganarán, aduciendo ellos miles argumentos tratando de engañar, como siempre, a sus seguidores.
Es el mismo político que hace pocos días anda diciendo ahora que sí van, en el 2021, pero atentos, van con el permiso y bendición de Estados Unidos, Canadá y Unión Europea, no vayan a pensar feo.
¿Y por qué ahora la P.U.P.U, que agrupa aquella oposición que tanto daño nos ha hecho, entregando al país a las potencias extranjeras (hay que repetirlo una y mil veces) si se anima a ir a estas elecciones?
Existen varias razones, pero para mí, la principal es que ahora si se atreverán, porque ya el país, ya lo que llaman despreciativamente pueblo, (pero, recuerden ¡no en los mítines políticos!), está en las últimas: sin gasolina, sin vacunas suficientes, con los alimentos y las medicinas a precio de lechuga verde, mucho más costosos que allá, en el extranjero, donde imprimen los billetes verdes sin descaro, sin respaldo.
Porque ya los agrupados en P.U.P.U. la tarea la hicieron, y diríamos, que hasta lo lograron. El Informe de Alena Douhan, febrero 2021, habla muy claro, para quien lo quiera ver. La relatora no es chavista, ni siquiera sé si sea proclive a la izquierda. Pero la envió la ONU. ¿O es que tampoco le van a creer?
Asegura este informe que el declive de la economía comenzó en 2014 con un desplome de los precios del petróleo, justo cuando Estados Unidos desarrollaba sus técnicas de fracking para aumentar la producción y bajar los precios del barril de petróleo. Así como se ha hecho otras veces, incluso desde Arabia Saudita y la OPEP, lo que se conoce como la manipulación geopolítica de los precios del petróleo, nuestro principal rubro de exportación, sobre el cual vive la economía de Venezuela.
Sigue Alena Douhan señalando que mientras los salarios en 2015 oscilaban entre 150-500 dólares, en 2020 disminuyeron entre 1-10 dólares. Además de mencionar, como factor clave, la escasez de personal calificado de mantenimiento a causa de la fuerte emigración inducida por esta situación.
Se describe en dicho informe, además, que los impedimentos causados para la importación de alimentos, que representa más del cincuenta por ciento de lo que se consume, han resultado en un aumento creciente de la malnutrición en los seis años anteriores (desde 2014), en una disminución del número de comidas de una o dos, pero ya no tres, e incrementándose el riesgo de una grave inseguridad alimentaria.
Lo anterior no aplica para un sector muy minoritario de venezolanos, quienes andan felices y contentos, no echando vaina pues, con múltiples bodegones y exquisiteces cuyo poder adquisitivo les permite comprar. Esos mismos que votarán por P.U.P.U o quizás, ojalá, por la oposición verdaderamente democrática, la que ellos insultan llamándolos alacranes.
Todo esto, apreciados lectores, la mesa muy bien servida, es consecuencia directa de las sanciones, más bien, del BLOQUEO, que esta oposición P.U.P.U, pidió con gritos desgarradores, que aplicara el imperio a Venezuela. Y lloraron mucho, claro viajando por el norte, por la Europa, haciendo lobbies a más no poder, y hasta pidiendo sin éxito, la intervención militar. Como siempre engañando, diciéndole a su gente que eran medidas solo para altos personeros del reeeegimen, y achacando, con mucha astucia, toda la responsabilidad del desastre económico que vivimos al Gobierno de Nicolás Maduro. Y los medios de comunicación los ayudan mucho, enfocados a devolverle al imperio el petróleo que perdieron, la mayor reserva del mundo.
Ahora que el gobierno bolivariano está reinventándose ante esta situación anómala, y con gran responsabilidad intentando vencer la adversidad causada por estos connacionales, títeres de los Estados Unidos, entonces llegan los otros tontos útiles para la derecha, pero ahora son figuras de izquierda, progresistas, anti imperio, en algún momento muy asociadas al chavismo, que empezaron hace poco también a gritar, y a llorar, queriendo ser más papistas que el Papa, según y que en defensa de la Constitución y del legado de Chávez.
Para la mesa, serían estos izquierdistas con anteojeras, las delicadas y exquisitas copas para el postre, puestas en un ladito, haciendo presencia, haciéndose notar.
Pero les aseguro que no podrán, el pueblo ya los conoce, el alias que los define como grupo le asienta a la perfección, el venezolano resiste, es digno, entiende. Y porque Chávez nos enseñó a pensar y eso no se olvida.
¡Venceremos! ¡No volverán!