En la vida, uno tiene sus amigos. Cada uno de ellos tiene un sentido y un significado para nosotros. Unos son muy del alma. Uno muere y sabe que se muere porque se tiene la certeza, que no vamos tenerlos más. Saber eso, es morirse.
Gabriel García Márquez en sus doce cuentos peregrinos, supo decirlo muy bien. Morirse es dejar a los amigos.
Hay amigos de compromisos, aunque nunca, uno mantuvo con ellos una relación ni una conversa. Fuimos acumulando hacia ellos afectos y mucho respeto y pasaron a formar parte de nuestros amigos. Estos amigos, solemos llamarlos camaradas de la vida.
Muy humana, la gráfica en la cual vimos a Jorge Rodríguez con una foto de Alex Saab, pidiendo para que el negociador con el nombre de los EEUU, que es el actor principal del diálogo y que en esta, como en otras oportunidades, está siendo representado por supuestos venezolanos, dejen de acosarlo y Alex Saab pueda ejercer libremente sus negocios y sus funciones como diplomático.
Uno se solidariza con este gran gesto humano, pero llega a desesperarse y a sentirse muy mal, viendo que una cosa tan humana y hermosa como esta, no alcance a Carlos Lanz. Este amigo merece, que persona como Jorge Rodríguez y un gobierno, cuyos cuadros más importantes sintieron en el corazón, la situación de los desaparecidos en Venezuela, se cuelguen de vez en cuando, una foto de Carlos Lanz.
Ver a altos funcionarios con este gesto tan humanitario y solidario a favor de Alex Saab y no verlo con Carlos Lanz por estas tierras, es sentir al cantor sin un canto auténtico. Se va la idea, de un canto por la vida.
NOTA: En un artículo anterior, coloqué, refiriéndome a la instalación del primer ayuntamiento que se instaló en Cubagua en la época colonial, la fecha 1492. Esta fecha es incorrecta y en un momento intenté decir, que la idea del gobierno local (ayuntamiento) comenzó en esta parte del mundo, cuando en España en 1492, ya venían en declive.