Dicen los tomistas en su primer comunicado: “Hoy 12 de Febrero del presente año a las 11 a.m. decidimos hacer una toma indefinida a la sede de la Procuraduría Agraria Zona Sur del Lago (Zulia 3) a cargo de la doctora Herminia Semprum y el Ing. Luís Rivera ya que queremos la destitución de dichas personas. No aceptaremos ninguna comisión sino al Presidente de la República o al Ministro Raúl Isaías Baduel, por los siguientes motivos:
- Se trata de personas firmantes contra el Presidente
- Ordena a los hacendados trabajar ante una medida cautelar del INTI
- Les envió la Guardia Nacional a los Wayuu para resguardar a los hacendados
- En contra de la Misión Vuelvan Caras que es la punta de lanza de nuestro Presidente y uno de los cinco motores de la nueva revolución socialista”.
Esta toma ha sido hecha por un conjunto de representantes de diferentes comunidades indígenas y campesinas (alrededor de 80 personas) asentadas en la carretera Machiques-Colón en el Estado Zulia, quienes desde hace años vienen luchando por conservar sus tierras o recuperar tierras otorgadas legalmente pero que a través de la presión del sicatariato o directamente por los terratenientes de la zona apoyados por instituciones como el INTI y la Procuraduría Agraria, han venido perdiendo sus tierras o quedándose en la ruina sin apoyo de ninguna índole, sin dejar de contar los mas de 80 dirigentes campesinos que han sido asesinados.
Más de 100 mil millones de bolívares supuestamente dirigidos a recuperar la capacidad productiva de esta vasta región a través de cooperativas de base y de comunidades agrícolas indígenas han sido desviados y puestos en manos de estos vampiros de la tierra. Estas denuncias con sus pruebas y detalles según los casos han sido presentadas a cualquier cantidad de instituciones, entre ellas el MAT, Procuraduría Agraria Nacional, Comisión Agraria de la Asamblea Nacional, Comisión Indígena, INTI, Presidencia de la República, Comandancia del Ejército en Casigua, Oficina regional de tierras, etc. Ninguna de estas instituciones se han avocado al caso, mostrando una indiferencia que raya con la complicidad frente a una situación donde no solo están en juego los intereses de comunidades campesinas e indígenas de la zona, sino los intereses nacionales como tal. Tratándose de una tierra fronteriza, son los intereses nacionales los que están en juego, zona de penetración paramilitar y donde es evidente la imbricación de intereses entre estos terratenientes, algunos mandos institucionales y el paramilitarismo. Los compañeros tomistas merecen en tal sentido todo el apoyo de los movimientos populares.