El día que peleamos en Carabobo

-Parece que fuera ayer. Pronunció José Delgado, moviéndose para acercarse a la fogata, ya que al transcurrir la noche el clima se iba poniendo más frío.

- Si, ya hace 20 años que estuvimos aquí, ripostó Gregorio Salvatierra. Echándose un largo trago de la botella de aguardiente que recorría las manos de cada uno de los cuatro hombres que sentados en el suelo; alrededor de un gran fuego; evocaban lo que había sucedido hace dos décadas en ese sitio.

Los cuatro hombres eran combatientes de los ejércitos de Bolívar que pelearon en la batalla de Carabobo. Los unía una amistad que al pasar los años se había fortalecido.

De la misma forma se conocía que todos los años el general O´Leary se reunía todos los días de San Juan con varios veteranos de esa batalla entre ellos los generales Piñerez, Briceño, Wuer y Acevedo, el capitán Calderón y el sargento Smith.

A pesar de las promesas que les habían hecho de entregarles tierras por los servicios prestados a la Patria no les habían cumplido, con todo y el sabor amargo que les embargaba se sentían orgullosos por haber sido soldados del ejército libertador.

Los viejos soldados habían estado aquí en la famosa jornada del 24 de junio. Junto a Delgado y Salvatierra se encontraban Alberto González y Martin Sellers, ambos combatientes; igual que sus dos amigos; habían peleado en esa jornada. González en la Segunda División, comandada por el General Manuel Cedeño y Sellers en el famoso batallón de Cazadores Británicos, dirigidos por el Coronel Tomás Ferriar.

Los otros dos hombres habían peleado; Delgado con los llaneros de Páez de la Primera División y Salvatierra en la División comandada por Plaza, que era la Tercera de las tres que llevó Bolívar a esa jornada memorable.

Los cuatro combatientes se habían reunido para recordar lo que habían vivido en esa magna epopeya que fue la guerra de independencia venezolana, que tuvo como clímax decisivo el combate de Carabobo, en donde un grupo de soldados de Bolívar derrotarían a un ejército mejor organizado y entrenado como lo eran los hombres comandados por el general La Torre, con los Batallones Basbastro, Hostalrich y Valencey, protagonistas de las guerras napoleónicas en la España de principios del siglo XIX.

Los hombres se encontraban en el cerro Buenavista, desde ese cerro se domina casi toda la región y hacia el este se ve la sabana despejada.

El día de la batalla se sitúa allí El Libertador junto a su Estado Mayor con su jefe; el Gral. Santiago Mariño, Sub Jefe el Gral. Bartolomé Salón, Secretario de Guerra; Coronel Pedro Briceño Méndez y los edecanes de Bolívar; capitanes Daniel O´Leary, Juan José Conde y habían dirigido las fuerzas patriotas que derrotaron al imperio español.

Los amigos; que se habían conocido; a pesar de ser de diferentes cuerpos del ejército libertador; al ser heridos en la batalla memorable; recorrían los diferentes sitios en donde se realizó la hazaña patriota.

Para ellos era un deber estar en el sitio hoy 24 de junio y recordar lo que había pasado; recorrer cada lugar en donde se registró la gran pelea; que dio la libertad a nuestro pueblo. Con sus caballos atados cerca, los cuatro soldados brindaban por los compañeros que cayeron en esa batalla.

Ellos mismos llevaban en sus cuerpos heridas que habían recibido en la conflagración, Delgado en las cargas que realizaron los llaneros en contra del batallón "Valencey", Salvatierra cayendo con la descarga que mató a Plaza; recibiendo los tiros en el pecho; pero del lado derecho, González al finalizar la batalla al ser desbocada la gente de la Segunda y Tercera División Patriota enterrándose en contra del Batallón Barbastro que se retiraba en formación de cuadros protegiendo al Mariscal La Torre y Sellers siendo alcanzado por los disparos españoles cuando rodilla en tierra se habían atravesado para defender la gente de Páez que caían combatiendo y estando a punto de ser derrotados.

Los ingleses serían los que más bajas tendrían; muerto su jefe al inicio del combate; siendo remplazado por su segundo Davy, que igualmente muere a los pocos minutos, tomando el mando el Comandante Minchín; jefe de la primera compañía.

Delgado, apoyándose en el codo y echándose un largo trago a la botella de aguardiente comentó:

-Parece que fue ayer, cuando salimos junto a mi general Páez de Achaguas, el día 10 de mayo. Íbamos como 1.500 jinetes y 1.000 infantes, con 4.000 novillos y 2.000 caballos que sabíamos que no sería fácil transportar ya que muchas de esas bestias, estaban sin domar.

-El Libertador había enviado al general, instrucciones para que la acción principal de la operación estaría a cargo de la Guardia y el Ejercito de Apure. Antes de pasar el rio Apure debíamos distraer a los españoles que teníamos al frente y para eso debíamos realizar movimientos y enviar informaciones falsas.

-La infantería pasaría por el Apurito y haría creer al enemigo que tomaría una dirección distinta y la caballería por el San Fernando pero según ordenes de Bolívar no podíamos estar fatigados para prepararnos para el día señalado.

-Sabíamos que muchos no regresaríamos y a pesar de lo serio del momento, lo que hacíamos era echar bromas y muchos hasta cantaban, de todos ellos sobresalía la voz de mi general.

-¡Ahh carajo, el Taita si cantaba bonito! Otro que trataba de apagar la voz de nuestro jefe era el Negro ese llamado Pedro Camejo.

Era un hombre de gran valor, que había sido esclavo de un tal Vicente Alfonso y servido en el ejército realista, a las órdenes del español Yáñez, que le decían Ñaña.

-Cuando vino el Libertador a encontrarse con nosotros, Pedro tenía miedo que el jefe supremo supiera que había servido con el enemigo, pero como es de imaginarse, alguien se los sopló a Bolívar. Evocó.

-El general se le acercó con cara de mamarle gallo al negro coño e madre ese; que lo veíamos todo confuso y apenado; causando risa en nosotros, ya que muchos habíamos sido blancos de las bromas de ese hijo de p….

-Le preguntó que le había movido a servir en las filas de Ñaña y el carajo ese todo cortado respondió con la cara baja y avergonzada que lo que le había motivado era la codicia, ya que creía que a la guerra se podía llegar limpio y salir con dinero en el bolsillo y un buen uniforme, pa´ que las mujeres lo vieran bonito, pero que al conocer al taita este le había enseñado lo del valor de tener una Patria y por eso se había unido a las filas patriotas.

-Ese hijo de puta era un mamador de gallo de nacimiento y profesión y con todos se metía. Ni siquiera mi general se salvaba, muchas veces hasta metiéndole la mano en el plato y llevándose un buen trozo de carne.

-Un día me voy a arrechar y voy a dejar sin cabeza a ese negro desgraciado, comentaba mi general cuando el negro lo hacía blanco de sus bromas pesadas.

-Pero todos sabíamos que el general hablaba en broma, ya que conocíamos el afecto que le tenía aquel que le decía "primero" por ser él que junto a mi general estaban en las cargas que tanto nos habían hecho famosos.

-Por eso cuando Morillo regreso a España y el Rey le reclama que perdió la guerra, un veterano de las guerras contra Napoleón. El Mariscal le contesta que con el taita y cien mil llaneros de Guárico, Apure y Barinas, le ponía a Europa a sus pies.

-El traslado nuestro no fue nada fácil, todas las noches se presentaban estampidas y debíamos perseguir al ganado; continuó; muchas veces no bastábamos los que nos tocaba la guardia. Pero para eso teníamos al Taita que siempre nos dio su ejemplo, buen jinete si era el gran carajo.

-Unas horas antes de que partiéramos para San Carlos; el Taita; se acercó ante la imagen del Nazareno de Achaguas pidiendo protección divina ante el combate que se avecinaba.

El general Páez era un gran devoto; también; de las ánimas del purgatorio y se decía que era protegido por ellas y no sería tanto exagerado ya que se aseguraba que un batallón de animas lo habían liberado cuando estaba prisionero de los realista.

-Los que duermen cerca del fuego del campamento deben mantenerlo casi apagado ya que cualquier reflejo fuerte podría espantar al ganado. Al ocurrir eso los vigilantes de la manada deben perseguirla por muy accidentado que sea el terreno, avanzando para contener la estampida.

-Estábamos claro que si un hombre caía del caballo, era hombre muerto. A pesar de que muchas veces debíamos montar caballos a medio domar. Calmábamos la estampida cantándoles a los animales y eso los aquietaba, pero en cualquier momento podían desembocarse de nuevo.

-El Taita era buen coleador y así servía para amansar el ganado que se ponía rebelde. Pero como el ganado había sido creado en potreros nos era fácil seguirlos por las huellas que dejaban en la tierra ya que estábamos en temporada de lluvias…….

-Ustedes estaban preparados para eso, no hacen alardes a cada rato de tumbar un toro, Interrumpió Sellers con su español chapuceado a pesar de haber llegado hace casi 23 años.

-Desde que se formaron los primeros hatos en nuestros llanos, se atrapaban por la cola a los toros que se escapaban de la manada y esa "suerte" es criticada por algunos tenientes de justicia de esas épocas. Manifiesta el llanero.

-No solo era para agotar los toros rebeldes, lo usábamos de igual forma en forma de recreación, sino para entrenarnos en la lucha a caballo y entre nosotros teníamos excelentes coleadores; al Taita, José Tadeo Monagas, Vicente Campo Elías y Boves; a pesar de ser los dos españoles.

-Sí; pero no dejaba de ser agotador eso de andar tras las reses toda la noche, porque por cualquier vaina se desbocaban y recuerden que para esas tierras era estación de lluvia, cualquier trueno los asustaba y se producía la estampida. Respondió Delgado

Páez nos apresuraba, él quería estar lo más rápido posible al lado de Bolívar, todos estábamos seguros que esta sería la batalla final. En los momentos de descanso afilábamos nuestras lanzas y puñales, como hombres machos que éramos sabíamos que nos tocaba en ese combate lucirnos.

-Le teníamos miedo al miedo, rompió el silencio Salvatierra. Queríamos lucirnos en esa pelea y creo que esa era la necesidad de todos lo que peleamos a las órdenes de Bolívar.

-Nuestros jefes eran hombres bragados y nosotros no nos podíamos quedar atrás de ellos. Comentó González.

-Nos dirigimos a San Carlos; continuó Delgado; donde sabíamos que estaba Bolívar. El Taita tenía información que El Libertador tenía pocos caballos y dejó a la infantería con el Coronel Miguel Antonio Vásquez y con nosotros los de caballería avanzó a donde estaban las tropas nuestras.

-Estando ya reunidos con Bolívar se acercó un parlamento enviado por el Mariscal La Torre para proponer otro armisticio, pero las condiciones de los españoles pedían que perdiéramos un territorio que ya habíamos obtenido.

El parlamentario enviado por el jefe español según nos lo dijo El Taita era un español de apellido Churruca.

-El emisario fue invitado por El Libertador a su mesa y el español preguntó por el Taita y como ya nosotros estábamos en ese campamento; el jefe máximo; llamo a Páez. Churruca manifestó que el objeto de su venida era enviado por La Torre para proponerle a Bolívar un nuevo armisticio.

-Proponía el soldado español, que nuestros ejércitos se retirarían al margen derecho de la Portuguesa, cuyo río sería la línea divisoria entre los dos ejércitos enemigos pero se tuvo que retirar fracasando en sus gestiones ya que era inaceptable porque perderíamos terreno que habíamos ganado, pero obteniendo la información que la gente del llano se había unido a Bolívar y su tropa.

-El Libertador llega a Guanare el 22 de mayo, precedido por el Batallón Anzoátegui, el Batallón Boyacá se encuentra en Boconó de Barinas, Remigio Ramos se situaba entre Nutrias y Guanarito y había recibido órdenes para reunirse con el Ejercito de Apure y marchar a Tucupido a incorporarse a La Guardia. Evocó González imponiendo sus recuerdos Delgado que como buen llanero era dicharachero y hablador.

-¿Remigio Ramos no era el carajo ese que fue realista? Pregunto el británico con su español pintoresco.

Clarooo, no solo él se unió. Comentó González

¿Recuerdan al indio Reyes Vargas? Preguntó.

¿No fue aquel que cuando se acercó a Bolívar para unirse a nuestras tropas le dijo: "¡Yo fui su mayor enemigo y ahora seré su primer defensor. Viva Colombia. Morir por ella será mi gloria!"? Respondió con una pregunta Salvatierra.

-Pues sí, había sido condecorado con la Cruz de Carlos III por sus servicios a España. Abrazó la causa nuestra un año antes de la batalla y fue aceptado por El Libertador con el mismo grado que tenía en las fuerzas españolas. Terminó González.

-Nuestra gente se dividía en la primera división, al mando de Páez, compuesta por el Batallón Británico; donde estaba Seller; comentó González y del Bravo de Apure, comandado por Juan Torres y quince escuadrones de lanceros, en donde se encontraban Muñoz, Juan Gómez, Mellado, Laurencio Silva, Carvajal, Bravo y Camejo entre otros, sin olvidarme del brasileño que era ayudante del Estado Mayor de tu jefe que se llamaba Abreu de Lima , que fue herido de unos tiros en el pecho. Corrígeme si no es cierto Delgado.

-Ustedes, a los de la Legión Británica, los llamaban los "zamuritos", por tener el uniforme verde oscuro y de lejos parecían negros, ya que estas unidades usaban tácticas de combate irregular o de guerrillas, desplegándose en zonas boscosas y utilizando accidentes del terreno para ocultarse Replicó el llanero.

-La segunda división, integrada por la brigada de La Guardia, el batallón de Tiradores; dirigido por Heras, el escuadrón Sagrado, al mando de Aramendi, los batallones Boyacá; siendo sus jefes Flegel y Smith; que se había lucido en la batalla del mismo nombre y Vargas; en honor de la batalla del Pantano de Vargas, toda esta gente comandada por el general Cedeño; el bravo de los bravos, como lo llamo Bolívar y el coronel Judas Tadeo Piñango; de la cual tuve el honor de pelear junto a ellos. Refirió González.

- Recuerdo; como si fuese ayer; los doscientos jinetes del Escuadrón Sagrado, dirigido por ese gran valiente que era el Coronel Aramendi, que montaban todos caballos blancos y el uniforme era encarnado desde la gorra hasta las botas.

Este escuadrón era compuesto en su totalidad por jefes y oficiales sobrantes en el ejércitos, a quienes no podían darles mando de tropa pues había demasiados oficiales para tan pocos soldados. Comenta González.

-La tercera comandadas por el general Plaza; Manrique su segundo y Woodberry; jefe de su Estado Mayor, compuesto por la primera brigada de La Guardia, con los batallones Rifles, dirigido por el coronel Arturo Sanders y Granaderos, liderizados por el coronel Juan Uslar, Vencedores de Boyacá, Anzoátegui y un regimiento de caballería al mando de Rondón. Dijo Salvatierra.

-Estábamos claros que los españoles no eran un hueso fácil de roer, venían veteranos que se habían destacado peleando contra las tropas de Bonaparte. Siguió comentando Salvatierra.

Delgado se había levantado acercándose a su caballo y buscaba un cuatro, se fue acercando y manifestó:

-Claros estábamos que el combate no sería fácil y le recomendábamos los veteranos; a los más novatos; que no cometieran imprudencias, que pelearan con valor pero si realizar acciones a lo loco. Ya lo que había pasado en la Batalla de Semen nos había dado una enseñanza, donde después de tener la batalla ganada por desbocarnos y perder la disciplina fuimos derrotados.

La lucha sería cruel y el enemigo no había dado ni pidió cuartel. Los amigos seguían comentando los pormenores de la batalla que hace 20 años se había escenificado en esta llanura.

-La vida es arrecha interrumpió Salvatierra, pareciese que nuestros jefes; amigo González, presintieran que morirían en esta jornada. Ellos desayunaban y el jefe de Delgado hablaba hasta por los codos, pero Cedeño y Plaza se encontraban en silencio.

-Claro; ahora recuerdo; Plaza le dijo a Cedeño que si estaba arregladito, que haría un muerto muy bonito.

-Cedeño le respondió a Plaza, que con todas las loqueras que hacía, lo más seguro fuese que lo matarán, finalizó Salvatierra. Quedándose callado como si lo embargarán los recuerdos.

Delgado como buen llanero que era tocó una de las melodías que cantaban los llaneros preludio de la gran batalla. Los otros tres hombres enmudecieron y cada uno fue embargado por sus recuerdos de esa magna epopeya que nos dio la libertad en Venezuela.

Por varios minutos se escuchó solo el sonido del cuatro del llanero y los demás se intercambiaban de vez en cuando la botella que iba de mano en mano, siendo interrumpido el silencio por la agradable melodía que les traería tantos recuerdos.

-Ese día pasaron cosas raras; interrumpió el silencio Delgado; me refiero al ataque de epilepsia que le dio al Taita y como se salvó de chiripa, cuando el caballo desbocado lo llevo al territorio enemigo.

-Para nosotros no era un secreto que al general le daban ataques de epilepsia y lo sujetábamos fuertemente durante el combate, ya que si no el Taita hubiese muerto, ya que los ataques son demasiado violentos y cae del caballo, que está bien entrenado y no se mueve del sitio……

-¿Cómo es eso? Pregunta González.

- El taita le da el ataque y cae hasta que alguno de nosotros lo levantamos y lo llevamos a la retaguardia y le hacemos volver echándole agua fría en la cara, quedando muy débil. Replica Delgado.

- El general era tan "macho" que se sobreponía al ataque y se mantenía sobre el caballo y con su gran lanza y la boca llena de espuma atacaba al enemigo……

-Muchos pensarían que era el mismo diablo que se les echaba encima. Reconoció Sellers.

-En el enfrentamiento de Chire un compañero pincha una tragavenado con su lanza y se la muestra a Páez diciéndole: "Aquí esta; jefe; el primer enemigo muerto en el campo de batalla", indica el soldado llanero.

-El Taita; es víctima de la epilepsia, a escuchar la primera descarga se recupera y eso no es excusa para pelear y al terminar el combate, anda por la llanura sonámbulo, buscando enemigos con quien pelear. Continua

- En el agua; el Taita; no sufre el ataque y en la batalla del Yagual le dan fuertes convulsiones y Urdaneta que solo cuenta con un barrilito para enfriar el cañón, tiene que utilizar un tricornio para rociar la cabeza de nuestro jefe.

-En la batalla de Carabobo; el Taita; sufre otra vez los ataques y se salva de vaina ya que cae del caballo, rodeado de enemigos. En ese momento un realista; llamado el Comandante Antonio Martínez; lo salva tomando las riendas del caballo y enviando a un prisionero patriota llamado Alejandro Salazar para sostenerlo en la silla hasta llevarlo hacia las filas patriotas.

-Nunca se supo la razón porque este hombre; que era conocido como la lanza más terrible de Morales; realizara este hecho. Finalizó Delgado.

-Si amigo; pero sigue contando como se la vieron ustedes los llaneros cuando llegaron a donde estaban la gente de Bolívar. Señaló Sellers

-Si amigos, hicimos el recorrido en treinta días los 400 kilómetros que nos separaba de Achaguas a ese sitio donde nos reunimos con las tropas de Bolívar. Llegamos a San Carlos el 7 de junio, como ustedes lo saben. Habíamos cruzado el río Apure por el paso Enriquero.

-Ese río es difícil, sobre todo lleno de caimanes como estaba. Las bestias se asustaban cuando se acercaban los caimanes, pero con nuestras lanzas los matábamos, sobre todo a los más audaces. Nadábamos por debajo del agua y los lazábamos por la panza.

Había que moverse rápido para que estas fieras no te hirieran con los coletazos que tiraban.

-Muy satisfecho se encontró Bolívar al reunirnos a todos, después de nosotros llegó La Guardia.

-El general Bermúdez, destacó 500 soldados al mando de Agustín Armario; que era coronel para que hostilizase a Cumana y salió con una fuerza de 1200 hombres de Cumaná. A los días cruza el río Unare y se interna en territorio enemigo.

-Mientras La Torre se dirige a Barinas para combatir a ustedes, pero mi general Bermúdez se lanza a invadir los valles de Barlovento; interrumpe Salvatierra; derrota a los españoles en el sitio del Guapo y se apodera de la capital en donde se reorganiza y se repliega hacia Aragua y luego en el Consejo derrota al Brigadier Correa.

-Sí, alarmado La Torre por el ataque de Bermúdez y al encontrarse entre dos amenazas deja en Araure la tercera y la quinta división, para cubrir sus movimientos y observar los del Libertador, retrocediendo a Valencia. Replica González

-La Torre envía a Morales sobre Aragua junto al segundo batallón del "Valencey"; junto a 2.500 soldados pretende ataca a nuestra gente en La Victoria, pero mi general Bermúdez; que no era nada tonto al ver la superioridad de los españoles retrocede……..

-Bermúdez lo espera en la cuesta de Las Cocuizas pero el parque se le agota en el combate y se ve forzado a retirarse. Contesta Salvatierra……

-Claro imagino que le costó un mundo la retirada ya que Bermúdez, era muy arrecho. Comenta Delgado.

-El Libertador del Libertador; como lo llamaban……

-Sí, pero se dice que hasta un duelo iba a tener con Bolívar. Replica Salvatierra.

-Claro eso es conocido por todos, pero después se convierte en su más dedicado colaborador. Aclara seriamente Salvatierra que no pierde el hilo de la conversación.

-El general Bolívar era muy arrecho y sobre ese duelo, se comenta que si no es por Mariño, Bermúdez fuera historia……..Dice Delgado.

-¿Cómo es eso? Preguntan los tres hombres al mismo tiempo.

Claro cuando los dos hombres se enfrentaron, se metió Mariño y le recordó a Bermúdez que Bolívar mataba a la primera estocada. Respondió el llanero.

- ¿Epa y con todo y que Bermúdez media como dos metros y era muy corpulento? Interrogó el inglés.

-Arrecho si era Bolívar, además había sido entrenado en esgrima cuando vivió en España. Replicó Salvatierra.

-Bueno para imponerse a todos esos hombres arrechos que tuvo la revolución, no debió haber sido precisamente un mangas miadas. Aseguró González.

-Como dos meses antes el general Urdaneta empieza a mover tropas desde los Puertos de Altagracia, junto con los coroneles Escalona, Justo Briceño y Rangel en Ancón, se reúnen con los batallones Maracaibo y Tiradores y el escuadrón Cazadores Montados para cumplir con lo encomendado por Bolívar que no era otra cosa que unirse a la Guardia y llamar la atención al enemigo, aclara Salvatierra continuando el tema de los preparativos de la batalla.

-Recibe las buenas nuevas de que había sido evacuada Coro y el alzamiento de Josefa Camejo en Paraguaná y el 11 de mayo llega a Coro y otro soldado de los realistas se une a nuestro movimiento como lo es el teniente coronel Pedro Luis Ichauspe, convencido por el indio Reyes.

-Llega Urdaneta con su gente a Barquisimeto habiéndosele unido el batallón Rifles; que se encuentra maltrecho por los ataques que había recibido entre Rio Hacha y Maracaibo, realizado por unos guerrilleros comandados por el coronel Miguel José Gómez.

-Entran en Carora y Urdaneta se enferma por antiguas dolencias……

-El general Urdaneta sufría de un cálculo que le producía dolores muy fuertes.

-En ese momento; el mando es asumido por el coronel Antonio Rangel quien junto a Reyes Vargas se une a Cruz Carrillo para con una columna marcha por Nirgua a San Felipe para amenazar Valencia. Habiendo recorrido 590 kilómetros y venían vestidos desde Maracaibo con casacas de lienzo azul y pantalón blanco. Comenta González

-Estas tropas harán creer al enemigo que son más numerosas y que son una vanguardia de Urdaneta. Termina.

Nosotros sabíamos que entre los españoles había disputas, fuertes rivalidades entre La Torre y Morales. Comenta Salvatierra.

-Ese Morales era un hijo de puta. Expresa el llanero que siempre interrumpe a sus amigos.

-Te quedas corto. ¿Bueno, no era el segundo de Boves? Pregunta cándidamente el inglés.

-Jodio bastante después de Carabobo. Respondió con sorna Salvatierra.

-Dos meses después de la derrota española fue ascendido a mariscal, el cabrón ese. Dice Delgado.

-Según tengo entendido derrota al general Soublette en Dabajuro siendo jefe un mes después de las fuerzas realistas en Venezuela que trataban de tomar el poder, después de Carabobo. Aclara el inglés.

-Por supuesto con ese cargo, reinició operaciones para reconquistar el territorio perdido. Indica el combatiente de Cedeño.

-Un año después de la gran batalla; el español; fue derrotado por el Taita en Sabana de la Guardia y retornó a Puerto Cabello, realizando la "campaña de Occidente" en Coro, Maracaibo, Trujillo y Mérida, logrando el control del Zulia….

-Con la derrota del Lago de Maracaibo; ese hijo de puta; capitula en Maracaibo y se marcha, dicen que para Cuba. Ese carajo no ayudó en la batalla mucho, se puede decir. Finaliza.

-Eran conocidas la rivalidades que habían aumentado entre estos dos militares españoles; La Torre y Morales; agravándose en esos días debido a que la numerosa caballería de Morales había sido trasladada dos leguas a la retaguardia de la llanura de Carabobo, por no haber supuestamente pastos para sostenerla y Morales tenía que proporcionar víveres para el ejército de La Torre, y como fueron muchos los abusos cometidos por estas tropas en beneficio propio se tuvo que buscar las provisiones en Valencia y en Maracay.

-La Torre había llegado a Venezuela, con el cargo de subalterno de Morillo y se puede decir que se destacó muy poco, no tenía méritos relevantes y fue derrotado en Mucuritas, San Félix, Angosturas y las retiradas de Ortiz y sabanas de Cojedes, en cambio Morales tenía en su hoja de servicio grandes triunfos en su batallar de ocho años.

La gente venida de España despreciaba a estos herederos de Boves por eso fue escogido por el Mariscal; para sucederlo; el segundo al mando que era La Torre.

-Claro, recuerdo que se comentó que cuando Morillos los vio hizo un comentario burlón:

"Si así son los triunfadores como serán los vencidos". Eso no lo perdonó Morales. Comentó González, prendiendo con las brasas de la fogata un negro tabaco.

-Bueno es que en estas guerras. No se puede decir que peleamos muy elegantes. Hasta esta batalla no contábamos con uniformes, ni siquiera nosotros ya que los de utilería que trajimos de Europa lo que quedaba eran harapos. Dijo Sellers con su español tan característico

-¿Dime algo Delgado, competíamos con ustedes por la elegancia? Soltando una estruendosa carcajada.

-Andaban tan desnudos como nosotros, la vaina era que los harapos de ustedes eran de colores vivos, respondió el ex soldado llanero.

- Hasta nos copiamos de sus cotizas, que terminó sustituyendo como calzado a las botas de charol que trajimos, que terminaron tiradas en el camino. Aclaró Sellers.

-Para nosotros su escenario rural es agreste y duro, teníamos por campamentos ranchos de bahareque, comíamos tasajo y casabe. El traslado de la infantería se hizo en forma primitiva.

-Los ríos hay que vadearlos y no existen puentes y rapidito los uniformes se deterioran. Nos toca llevar el atuendo llanero, pantalón hasta la rodilla y sombrero de paja…….

Jajajaja, ustedes se convirtieron en más salvajes que nosotros. Parecían ranas plataneras todos estos "musiues" con el pantalón arremangado, con las patas blancas. Aseguró Delgado riéndose estruendosamente.

-Si amigo, nos adaptamos a su tierra, replicó Sellers, ya era imposible estar en Inglaterra, habíamos sido reducidos después de la batalla de Waterloo y muchos cesantes del ejército y de la marina poblábamos las calles de mi país. Ya se producían motines por la situación económica, siendo los irlandeses los más afectados.

-Reconozco que El Libertador y sus oficiales trataron de suavizarnos nuestra situación, pero la de ellos no era diferente. Siempre la preocupación del general Bolívar era mantenernos alimentados y en perfecta salud, pero la pobreza y la inactividad de las zonas que atravesábamos nos afectaba. Refirió el inglés.

-Sabíamos que dos años antes el jefe máximo había encontrado en Bogotá un millón de pesos del tesoro de Nueva Granada, dinero que empleo en reorganizarnos y de dotarnos de nuevos uniformes.

-A pesar de que mi país había sido aliado de Inglaterra la opinión pública veía con simpatía la lucha por la libertad que tenía las colonias suramericanas.

Desde 1811 López Méndez en representación del gobierno patriota se encontraba en Inglaterra con una tremenda campaña de propaganda y era respaldado por un periodista del "Morning Chronicle" y despachaba desde el número 27 donde había vivido unos años antes el paisano de ustedes Miranda.

-Nos ofrecían paga igual al grado que tuviésemos y 200 pesos por gastos de viajes y 80 pesos fuertes, además contábamos con uniformes muy llamativos. Todo se prepara con bombos y platillo. Muchas tiendas ya lucen en sus escaparates los llamativos uniformes y muchos oficiales ya visten en sitios públicos los uniformes.

-El ministro de España en mi país empieza a protestar por la forma tan descarada que se prepara el traslado de armas, municiones y voluntarios para la guerra en Venezuela. Sigue comentando el ex legionario británico.

-Yo estaba pasando un mal momento, mi novia de toda la vida; Jacke Turner; se había casado, cansada de esperarme, ya que yo me había alistado para combatir a Napoleón……

¿Y cómo fue eso compadre; nunca había contado nada?

-…Lo que paso era que no le gustó que me fuera a pelear y como se da siempre, un tipo; hijo de un político influyente del pueblo, que burló el reclutamiento; aprovecho que yo me había ido para llenarle la cabeza a Jacke, de que yo no regresaría. Prosiguió el antiguo legionario.

-Debido al despecho que sufrí, decidí sacarle provecho a lo que sabía hacer……

-Pelear, compadre, eso lo hace muy usted. Respondió riéndose a carcajadas el llanero.

-No éramos un desecho de disciplina y debido a la poca posibilidad que tenía el teniente coronel Donald Mac Donald de imponer disciplina en nosotros y el capitán del barco que nos llevaba a Venezuela harto del desastre que ocasionábamos, hasta que algunos bajaron en un puerto para seguir la borrachera y el capitán zarpó dejándolos abandonados y llegó a Margarita, donde Arismendi no nos recibió de muy buen agrado ya que necesitaba soldados y no puros oficiales como éramos….

-Se dirige hacia Haití, donde naufragamos. De ahí llegamos a la Guayana, nos mandaron dirigirnos a Apure y a los llanos de Calabozo en donde se encontraba Bolívar. Mac Donald fue muerto por unos piratas de río al ver los vistosos uniformes los confundieron con soldados realistas.

En el hato de San Pablo, somos presentados a Bolívar por Urdaneta y nos encontramos; recuerdo; a Wovel, Grant, MacMullin, uniéndose a nosotros quien iba a ser luego nuestro jefe en Carabobo el coronel Ferriar. Fuimos los primeros contratados López Méndez para unirnos al ejército libertador.

-Quien iba a pensar que en esa zona iba a conocer a Delgado y pelearíamos en la misma división. Concluyó el inglés.

-Hasta compadres seriamos y nos herían a los dos casi al mismo tiempo. Reconoció el llanero.

-Pero en Carabobo estábamos de los más elegantes, el batallón de Guardias de Honor del Taita vestían una chaqueta roja con puños amarillos y azules vueltos hacia arriba, capa corta o esclavina y pantalones azules.

-Jajajaja, rio con fuerza Sellers, ustedes cuerda de negros e indios se veían de lo más bonitos, sudando a mares, por la poca costumbre de cargar ropa……

-Sí uno pata en el suelo, se sentía raro en botas; compadre. Respondió el llanero

-La Guardia de Honor del Libertador estaba de rojo encarnado y con alamares y puños amarillo con gorro de húsar Ya no podían comentar que éramos una banda de malhechores. Replico González.

Salvatierra interrumpió comentando:

-Cuatro años antes nuestras fuerzas contaban con cuatro jefes, que trataban de organizarnos a pesar de la desorientación que teníamos. Bolívar, Mariño, Páez y Piar eran los que enarbolaban las banderas de la liberación en Venezuela.

-Bolívar, , no tenía territorio y era el más desafortunado de los cuatro. Lo que había tenido eran puros fracasos y ya se corría el rumos de que estaba empavado…. Continuó González

- Recuerdo un día que pasábamos un río; irrumpió Sellers; y el viento le quitó al Libertador una gorra que decíamos que era la causa de su pava. Todos los legionarios gritamos de felicidad, exclamando un "Hurra".

-Mariño pretendía crear un Estado con objeto de legalizarlas acciones bélicas de su ejército y de esta manera obtener ayuda del exterior. Sigue González

Para eso había convocado el Congreso de Cariaco, dándole carácter legal a un gobierno presidido por tres miembros que gobernarían por turnos como serian; Francisco Rodríguez del Toro, Francisco Javier Mayz y Bolívar.

-Nosotros en el bajo Apure, contábamos con combatientes y con un territorio desértico que cada vez que el enemigo entraba, no le dábamos ninguna ventaja, acosándolos hasta derrotarlos, alejándonos de nuestras tierras. Dijo Delgado

-Otro de los jefes patriotas; refirió González; era Piar, tenía a cargo a los patriotas en Guayana, donde estaban las Misiones de Caroní, territorio de gran abundancia.

-Claro desde el punto de vista militar el territorio mejor para nosotros era Guayana, por el norte y el oeste si había un ataque, debía ser superado un gran obstáculo como lo era el río Orinoco, por el sur se tenía la selva impenetrable. Recordó.

-Además la zona disponía recursos de todo tipo que provenían de las misiones del Caroní, que eran verdaderos graneros y disponían gran cantidad de caballos, mulos y ganado vacuno. Aclaró.

-El Orinoco era un obstáculo para los realistas pero en nuestras manos era una vía de comunicación de gran valor. Acotó Sellers.

-Otro de lo que favoreció a nuestro movimiento fue el alzamiento de Rafael del Riego, que era el que comandaba la expedición que zarparía con el propósito de destruir la rebelión en la América. Continuó.

-Nos hubiera sido difícil enfrentar a otra expedición de veteranos que nos mandaban desde España. Afirmó el inglés.

-No lo creas inglesito, no somos hombres fáciles de dominar, Bolívar era un bragado combatiente.

-Pero sin lugar a dudas fue definitivo lo del alzamiento de los españoles para el Armisticio, ya que Morillo recibe la orden para negociar la paz con Bolívar. Interrumpe Salvatierra.

-Nosotros ya no éramos una partida de bandoleros rebeldes, estábamos organizados, Bolívar creo los Estados Mayores desde el año 1817. Se habían formado batallones de tiradores, granaderos, rifleros y de cazadores, comenta el combatiente de la III División.

-Bolívar nos había organizado copiando la estructura del ejército español y la gente que había llegado con Morillo las unidades de infantería estaban organizadas en regimientos de dos batallones; dos regimientos que estaban formados por una brigada y dos brigadas una división. Luego se eliminaron los regimientos y quedando batallones y divisiones.

-El Libertador había sido enfático en la organización médica desde el año 18, designando a John Roberton en la sanidad militar y cada batallón tendría un cirujano, un ayudante y un botiquín de guerra.

-Era necesario ya que los soldados teníamos que enfrentar enfermedades como el escorbuto, el paludismo, picadas de culebras y la diarrea por el agua de las charcas y cuando la campaña de los llanos fue muy cuidadoso de llevar tropas progresivamente para que se acostumbraran al clima y suministrarles aguardiente quinado al amanecer para prevenir el paludismo.

-Nosotros usábamos en la Legión Británica; pronuncia Sellers; el rifle Baker modelo 1802, que había sido usado por el ejército ingles antes de la guerra con Napoleón. El cañón de hierro era de 30 pulgadas; reforzada en la parte posterior y cerrado por un tornillo del mismo metal, la bayoneta media 23,5 pulgadas. Era un arma utilizada no solo por los ingleses, sino por los franceses y españoles.

- Este modelo era más fácil y seguro el movimiento del gatillo y la piedra de este iba a chocar contra la parte acerada del rastrillo abriéndola y lanzando las chispas producidas por el choque sobre el cebo.

- Lo malo de este fusil, era que la llave no daba fuego en un 10 a 13 por cien tiros, la chispa no inflamaba siempre la pólvora, la llave no funcionaba en tiempo de lluvia, la piedra había que cargarla para que produjera chispa……

-El cañón terminaba por retorcerse, por el calentamiento y cuando el paso de los Andes se dañaron muchos por la humedad. Intervino González.

-Habían llegado a finales del 20 y principios del 21, 10.000 fusiles desde Angosturas, comprados 4.000 a los norteamericanos y los demás en las Antillas.

-Bolívar había dicho al general Bermúdez que el enemigo contaba más con la disciplina que con el valor, más en la sorpresa que en los ataques regulares…..Refiere Salvatierra.

-Nos suponen incapaces de obrar, según las tácticas militares, están seguros que no sabemos movernos y por eso El Libertador decía que debíamos tener táctica, disciplina y valor. Comenta el llanero.

-La vigilancia, los espías y la disciplina en las tropas y la exactitud en el servicio, nos salvaría de una sorpresa o un descuido y eso nos enseñó mi coronel Salom. Señala González.

-La táctica del fuego en línea compacta a 300 metros y avanzar a asalto con la bayoneta desde 50 metros, buscando los flancos.

La formación de guerrillas que atacaban para iniciar el combate y nuestros jefes comandados por Bolívar, no podían evitar imitar las tácticas europeas, pero de igual manera supo; sin ser innovador; utilizar en el terreno los principios de estas tácticas, adaptándose a las circunstancias especiales que se le presentaban. Apostó con seguridad el soldado del general Cedeño.

- Los ataques de frente y contra los flancos los utilizamos aquí, igual como lo hicimos en Boyacá. Finalizó.

-La táctica de Bolívar en Carabobo; anunció Sellers; se asemeja con la de Federico II, llamada orden oblicuo y recuerda de manera especial la batalla de Leuthen; el 5 de diciembre de 1757; donde los prusianos, mediante desbordamiento del flanco izquierdo, destrozando los batallones que se opusieron.

-Tengo entendido que el Rey de Prusia había desplegado una fuerza a la localidad de Borna, frente al flanco derecho austriaco que tenía como propósito fijar al enemigo y hacerle creer que el ataque principal sería en esa dirección y ese esquema es el que realiza Bolívar en Carabobo.

-El éxito no fue casual, ni de audacia. Se había estudiado con meticulosidad el más mínimo de los detalles. La estrategia se definió sobre un plan fijo. El plan de campaña había sido trazado por el Mariscal Sucre, ya el caraqueño adivinaba el genio del cumanés.

-La táctica de Sucre fue apartar de Carabobo al mejor general español, que era José Pereira y el general Bermúdez fue el encargado de hacer una campaña de distracción avanzando desde la costa de Barcelona hacia la capital atrayendo a Pereira por los Valles de Aragua hasta el Calvario de Caracas.

-Ya no se podía contar con valor solamente, combatir a ciegas como unos tigres, colocando todo solamente en el arrojo eran conceptos de otro tiempo.

-Nuestros soldados mayormente eran reclutados forzosamente y debían ser jóvenes y vigorosos, aunque por mi parte me uní al Taita cuando asesinaron a mi papá los hombres de Boves y anduve con él desde los llanos de Casanare, con nosotros se hallaban soldados de diferentes partes y no solo llaneros. Muchos eran granadinos y merideños, fíjate que hasta un trujillano teníamos; el tal Arraiz; que llego a Teniente Coronel de Estado Mayor de Páez; peleó en las Queseras y murió aquí en esta batalla. Relató Delgado.

-La mayoría de nuestros soldados de La Guardia provenían de las provincias del centro y del norte de Cundinamarca que eran hombres fuertes y robustos ya que al llegar a las regiones de Apure y Barinas se morían diezmados por el paludismo.

-Nosotros; fuimos los encargados de hacer las instrucción de los cuerpos de infantería de tu ejército, Delgado. Interrumpió Sellers

-Ahí donde conocí a este desgraciado, le manifestó el inglés a los demás combatientes.

-Recuerdo que su jefe máximo envió a Páez dos libros gruesos con las nuevas tácticas para lograr mayor preparación en las tropas y les ordenaba hacer tres horas diarias de instrucción. Los reclutas hacían ejercicios de tiro de fogueo al principio y después disparando balas de guerra.

Lo que si no podían estos "musiues" era enseñarnos como montar a caballo, ya que teníamos animales que eran los más útiles y resistentes del mundo.

-Ustedes atacaban en repetidas cargas con ferocidad penetrando en las líneas enemigas hasta poner en desorden la formación enemiga. Refirió González.

-Los llaneros usábamos la lanza de fabricación rudimentaria, de tres metros de longitud; dice el soldado de Páez; esa era nuestra más querida compañera; era más larga que la que usaban los españoles; que median nada más que 2,5 metros, tiene la figura de una gran cuchilla y sus cortes son tan afilados como una navaja de afeitar.

-Asegurábamos el hierro con correas de cuero, que se ciñe fuertemente al asta, desde el punto de encaje hasta ocho pulgadas más abajo.

- Esa arma nos acompañaría en todas las acciones en las que participamos y con ellas nos destacaríamos en Mucuritas y las Queseras del Medio. Pronunció.

-El llanero daba a sus hijos desde muy pequeños una lanza corta para acostumbrarlos a manejarla y antes de que fuésemos admitidos en los soldados del Taita, era preciso que supiéramos manejar la lanza con mucha pericia y domar un potro salvaje, montando a pelo.

-Claro éramos buenos jinetes, ya que antes de caminar aprendíamos a montar. Nuestra experiencia y agilidad nos permitía maniobrar con la lanza eficientemente a la vez que se llevaban espaldas, machetes y pequeños sables, que eran curvos que eran más adecuados a la caballería irregular tipo guerrilla. La herida que ocasionábamos con la lanza solía ser mortal.

-¿Desde cuándo peleabas con Páez, compadre? Preguntó el legionario británico.

-Como les dije desde que mataron a mi padre en el año 14, acompañe al taita en muchas acciones, entre ellas la de las Queseras……

¿Cómo fue ese combate Delgado? Continuó preguntando el inglés.

-Morillo está preparado para recuperar lo territorios que se encontraban en nuestras manos, para eso tenía una fuerza de 8500 soldados equipados y seis piezas de artillería. En el año 19 cruza el río Apure en busca de nosotros que contábamos solamente con 2000 hombres. Contesta el llanero

-El español se había fortificado en Achaguas y Bolívar que estaba en los llanos fue a enfrentarlo. El general tenía confianza en nosotros, pero el mariscal se adelanta situándose en una situación privilegiada y acampa en el margen izquierdo del rio Arauca.

-Los ejércitos están frente a frente, pero ninguno ataca. Ustedes saben cómo era de nervioso e impaciente mi general Bolívar y le pide al Taita que haga un reconocimiento en la otra orilla del enemigo a dos millas de distancia.

-Ahí saliste de metido vos como siempre a ofrecerte; el primer chicharrón. Comenta irónico el legionario.

-Seguro. Nos preparamos con nuestras lanzas y atravesamos el río arrojándonos al centro de la línea de los españoles, que sorprendemos ya que no esperaban este ataque suicida.

El jefe enemigo pensó que era un engaño de nuestro Libertador para distraerlo y sitúa dos batallones que ocupan la orilla para evitar que nos retiremos.

-Supuestamente huimos del ataque de los españoles.

-El Taita con nosotros rompe las filas realistas y fingiéndonos derrotados por la brecha huimos. Al ver esa acción Morillo ordena a su gente que nos acabe. Los dirige contra los siete grupos que huimos.

-Nos reunimos en un solo grupo y los españoles con tremenda arrechera nos persiguen, imagino que todos teniendo en mente el prestigio del hombre que mate o capture a Páez. El deseo de lucirse hace que el enemigo no vea que se están retirando mucho del grueso de la tropa.

-Al estar la distancia entre perseguidores y perseguidos en escasos metros, el Taita grita:

¡Vuelvan carajos!

Y todos como uno solo hacemos frente al enemigo que se estrella contra nosotros, rodando la primera línea de los jinetes españoles e igual pasa con la segunda y tercera fila. El centro de los cazadores cazados se repliega en desorden atropellando a los que vienen detrás creando una tremenda confusión.

-Huyen a la desbandada y a riesgo de que arrollen a su ejército; Morillo ordena que disparen contra ellos ayudando a los llaneros en la destrucción de los españoles, teniendo que irse a ocultar en un bosque cercano.

-Perdí la cuenta cuantos españoles atravesé con mi lanza. Estábamos eufóricos y como no estarlo.

-Matamos 400 españoles y de nuestro lado tuvimos solo dos bajas. El Libertador felicitó al Taita y a nosotros con esas palabras que se le daban tan fácil expresar al jefe supremo diciendo: "Acabáis de ejecutar la proeza más extraordinaria que pueda celebrar la historia militar de las naciones. Lo que habéis hecho no es más que un preludio. Contad con la victoria que lleváis en las puntas de vuestras lanzas y de vuestras bayonetas".

¿Cómo fue la toma de las flecheras, compadre? Continuó preguntando el inglés.

-Loqueras del Taita; como siempre; pero nosotros lo seguimos. Fue cerca de la ciudad de san Fernando de Apure; en la campaña del centro, cuando el ejército rebelde se hallaba a la orilla del río Apure contando con 4000 combatientes.

-Esperábamos la llegada de la cuadrilla que navegaba por el Orinoco para cruzar el río y atacar Calabozo, pero del otro lado se encontraba Morillo y su gente defendiendo el paso Diamante de 700 metros de ancho.

-El Taita al oír al Libertador diciendo que lastima que no tenemos barcas para atacar al enemigo. Le dice que él mismo y sus hombres tomaran las flecheras, respondiéndole irónico Bolívar que si las tomara con caballería de agua.

-Recibe la autorización de Bolívar y nosotros seguimos al Taita para cruzar el río y tomar las flecheras artilladas que tienen los españoles…….

-Si eran ustedes locos; compadre. Comenta el inglés.

-Locos no, arrechos. Responde el llanero con una gran risa.

- Páez selecciona a 50 jinetes de lo mejor de su Guardia de Honor; modestia aparte; organizándonos en dos columnas al mando de los coroneles José de la Cruz Paredes y Aramendi quienes nos lanzamos al río, bajo la mirada asombrada de los realistas.

-Después de un corto pelear tomamos las flecheras….Finaliza el soldado de Páez.

-Unos locos es lo que fuimos los soldados de Bolívar, en este trajinar hubo mucho valor de ambas partes. Comentó el soldado de Ferriar.

-Recuerdo, continuando con el tema de Carabobo; que a principio de mayo marchamos los de la Guardia; comandados por el Coronel Rondón; el vencedor de Pantano de Vargas; por Obispos hacia Boconó en donde nos unimos al Libertador el 13 de ese mes. Irrumpe Salvatierra

-Ya ustedes; Delgado; estaban en plena marcha y desde allí el general Bolívar le escribe a tu jefe para reunirse en Guanare, en donde llegamos entre el 25 y 30 de mayo.

-Mi jefe había ocupado la ciudad con los dragones, Bolívar se encontraba confuso ya que existían miles de rumores y no se sabía la verdad. Llegaban rumores de que Morales se había retirado de Calabozo, que Bermúdez había ocupado Caracas y Urdaneta tomó a Coro.

-El general Bolívar conocía a La Torre, desde su reunión con Morillo, sabia el caraqueño que sería el sucesor del jefe de las tropas españolas y como era de zorro El Libertador lo estudió para conocer sus capacidades y carácter, por eso fue que se le hizo relativamente fácil imponerle sus iniciativas. La Torre a pesar de su valor a toda prueba tenía un carácter conciliador y generoso.

Era pariente de Bolívar al haberse casado con una prima suya: Doña Concepción Vegas Rodríguez del Toro y por ese parentesco llamaba a Bolívar "hermano", pero no por eso iba a hacerle el trabajo fácil al Libertador.

- Los rumores situaban a La Torre en Araure en donde se había reforzado las de San Carlos y la 3° y 5° división, otros aseguraban que en Barquisimeto habían colocado uno de su más destacado batallón.

Días antes de esta batalla, el Libertador ordena dos maniobras de distracción que son la diversión de Cruz Carrillo hacia occidente y la de José Francisco Bermúdez hacia oriente.

Éramos 6.500 hombres más o menos…… refirió Delgado

Sí, nosotros éramos 339 entre británicos e irlandeses, que habíamos sido contratados por Luis López Méndez en Londres……. Interrumpe Sellers;

-Además de un brasileño; De Lima, un canadiense; Carlos Eloy Demarquet, Adjunto al Estado Mayor General; un polaco; Ludwig Flegel, dos alemanes Julius Augustus Reinboldt; 2do. Comandante del batallón Tiradores de la Guardia, cuyo primer comandante era el teniente coronel José Rafael de las Heras y Juan Uslar; Comandante de Vencedores de Boyacá y un italiano; Carlos Castelli, Oficial de Instrucción de los Bravos de Apure. Continuó el llanero.

-El enemigo contaba con 4.279 soldados, pero el hecho que nosotros tuviéramos más tropa que los españoles no era decisivo para nuestro triunfo, ni lo fue…..

-El éxito de una batalla, amigos; y ustedes lo saben; se decide a favor del ejército que logre aplicar mayor poder de combate en el momento exacto sobre el enemigo. Tiene una gran probabilidad de triunfo el que ataque y ese día fuimos nosotros lo que primero atacamos. ¿No es así Delgado? Pregunto el ex legionario.

- Aunque tengo la idea; respondió el soldado de Páez; que el fracaso de los realistas se produjo por lo que habíamos hablado, la arrechera entre La Torre y Morales.

La decisión de La Torre como fueron el repliegue desde Araure, envió de fuerzas hacia Caracas y San Felipe y hasta la selección de la llanura de Carabobo como campo de batalla y eso fue recomendado por Morales destinadas a dañar a La Torre……

- Recuerden también que al Mariscal la Torre fue vencido por nosotros por muchas razones, entre ellas el poco apoyo de España a sus tropas, no tenía buenos caballos y sus fuerzas se le habían dispersados demasiado. Dijo lacónicamente Salvatierra.

-La caballería española era un promedio de 2.864 hombres y 2.642 caballos; según anunciaban nuestros espías; que se encontraban en muy mal estado para esa batalla. Los habían recogido en Caracas, Puerto Cabello y Valencia, en ese momento contaban con escaso forraje, no pudiendo resistir una marcha fatigante.

-Su infantería era excelente igual que sus soldados de caballería, pero ganamos simplemente porque teníamos la decisión de ganar, queríamos ganar la libertad. Ripostó Delgado;

-Ese día de la batalla, el mariscal de Campo Miguel de la Torre, distribuyó a su ejército en el campo de Carabobo cubriendo por el oeste, el camino de San Carlos y por el sur, el camino de El Pao. Siguió narrando el llanero.

-Los españoles esperaban el ataque por la vía de San Carlos o por el Pao, debido a eso nos advirtieron nuestros espías que colocaron dos piezas de campaña y dos compañías del Batallón Valencey flanqueaban las colinas, mientras el Hostalrich estaba listo para reforzar al Valencey y el Barbastro cubría el camino del Pao.

-Bolívar estaba convencido que el lado débil de los españoles era su flanco derecho, planeó envolverlo destacando al efecto por su izquierda a la Primera División y encomendó a la tercera y segunda División la tarea de avanzar para sujetarlos por su frente.

-El Taita comandando a los Bravos de Apure; con el coronel Francisco Torres como primer comandante y el teniente coronel Juan José Conde, seguido por el Batallón de Cazadores Británicos, comandados por el coronel Ferriar y de segundo el mayor Devis , inicia el ataque. Cuenta el soldado llanero con emoción en su voz.

-Manejábamos las riendas con los dientes ya que con los brazos manteníamos la lanza, estábamos dispuestos a ganar y nos acompañaba la seguridad de ser conducidos por un hombrazo como lo era mi general Páez.

-El coronel Remigio Ramos, sugiere bordear al enemigo por una pica conocida como de La Mona y el mismo con un baquiano guía e irán abriendo paso con los machetes por donde transitaran nuestros muchachos.

- A la entrada de esa pica se dirige el fuego español, O´Leary con gran sangre fría daba órdenes sin importarle los disparos del enemigo.

-Al darse cuenta el jefe español del movimiento nuestro se colocó en seguida a la cabeza del Burgos y nos enfrenta ordenando al Barbastro y Hostalrich seguir sus movimientos a las distancias.

-No podéis negar que estábamos alegres; a pesar de que muchos de nosotros no terminaríamos el día; con la música de cuatro bandas militares.

-Al salir del atajo estábamos bajo el fuego enemigo pero nuestro ímpetu fue mayor y al poco tiempo atravesamos el espacio, pero con grandes bajas de nuestras tropas.

-Se veía al taita cubierto de alamares de oro, con un gran penacho blanco en el sombrero sobre un hermoso caballo blanco que se encabritaba con frecuencia.

-Fue tan duro el contraataque enemigo que los Bravos de Apure nos vimos en la necesidad de replegarnos por dos veces consecutivas. Nuestro bravo coronel intento el último esfuerzo de llevarnos hacia adelante, pero el fuego enemigo diezmaba a nuestras tropas.

-Lo peor fue que el Hostalrich y el Barbastro reforzaron al Burgos y tuvimos que volver a replegarnos acosados por el enemigo, refirió el llanero con emoción.

- Allí es donde hacemos la entrada nosotros formándonos al otro lado de la quebrada; pronunció el antiguo legionario; interponiéndonos entre los Bravos de Apure y los realistas.

-Avanzamos a banderas desplegadas, recibiendo el fuego enemigo, hasta que nos formamos en batalla delante de las guerrillas que los atacaban por su frente y por flancos. El coronel Ferriar se baja del caballo y nos ordena rodilla en tierra, botamos los morrales cumpliendo las órdenes de nuestro superior.

-Parece que fuese ayer, recuerdo perfectamente; hasta lo que sentí ese día. El teniente Ashdown clava en el suelo el asta de nuestra bandera y resistimos las rabiosas acometidas de los españoles que nos van matando uno a uno con sus descargas de fusilería y las acometidas de su caballería.

-Como un bloque de granito resistimos las cargas en posición de firmes y van cayendo nuestros soldados, cae nuestro jefe Ferriar y toma el mando su segundo el mayor Devis, quien igual es dado de baja, tomando el mando el capitán Scott, muerto también.

- El Comandante Michin; nuestro más joven capitán; toma a cargo el batallón después de recibir la orden del Taita de atacar a bayoneta calada…..acota el inglés y todos los integrantes del batallón Cazadores Británicos fueron condecorados con la Orden de los Libertadores de Venezuela y la unidad es bautizada como Carabobo, perdemos 17 oficiales y 119 soldados en 15 minutos……. Siendo interrumpido por el llanero.

-En este momento ayudamos los bravos de Apure que nos hemos recuperado, junto a dos compañías de Tiradores que envía El Libertador.

Nuestro primer escuadrón; a cargo del coronel Cornelio Muñoz; junto a la plana mayor del Taita habíamos pasado la quebrada uniéndonos a los cuerpos mencionados y pudiendo desalojar al enemigo ya que peleábamos con arrechera al saber que en ese triunfo nos ganábamos la Patria. Volvió a referir Delgado.

-El Taita ordena a Laurencio Silva salir al encuentro de los húsares españoles y el guariqueño divide a sus hombres que son solo 90 en tres filas para enfrentarse contra 300 enemigos.

Las tres columnas son comandadas; la primera por Cornelio Muñoz, la segunda por Cornelio Muñoz y la tercera por el "Primero" que atacan con sus lanzas, pero la tercera columna es la que lleva la peor parte pero disuelven al enemigo en la sabana.

-Yo a las órdenes del Coronel Muñoz y con un grupo de lanceros hacemos frente a los húsares, dragones y carabineros del rey de España, que el jefe español había enviado en un número de quinientos atacan nuestras líneas.

-Los llaneros de Morales en vez de ayudar a la infantería española huyen descaradamente al ataque de 100 jinetes nuestros y el enemigo pensó solo en salvarse. Concluye relatando el llanero.

-Al ver Bolívar los daños que estaban ustedes sufriendo; aclara Salvatierra; ordena a Plaza y a Cedeño penetrar al campo de batalla y La Torre se ve envuelto y su gente empieza a retroceder aunque el militar español trata de frenar sus soldados, siendo el Hostarlrich el primero continuando el "Burgos" que no obedece las órdenes de sus jefes, desordenándose.

-El Libertador entró al campo y al ver que nuestros hombres se desbocaban tratando de detener a los españoles, saca su sable y a todo galope se acerca a poner orden gritándonos que nos acordemos de Semen

-Si al ver el ejemplo de los llaneros. Muchos de los que estamos sin pelear todavía, al no poder contener las ganas; nos desbocamos. Entre ellos recuerdo a mi jefe, a Ibarra, Figueredo, Rondón, Flores, Carbajal y Mellado entre otros. Asegura González.

- En la quebrada de Barrera es donde el general Cedeño da contra una masa de infantería y murió en medio de ella y más adelante caen Mellado, Arraiz, Meléan y Olivares.

-Cuando cae Cedeño; el coronel Tomás García, jefe del "Valencey", admirado por su valor le coloca un tambor en su pecho, hasta que llegan los soldados patriotas en honor a la valentía del "bravo de los bravos de Colombia".

- Recordemos a Mellado que le dice a Rondón: ¡Compañero, por delante de mí, la cabeza de mi caballo! Comenta Delgado

-Murió cerca de la quebrada Las Manzanas con seis disparos y una baqueta incrustada en su cuerpo.

- Cuando cae el general Cedeño; herido de muerte; le grita a Plaza que llegó primero. Señala Salvatierra.

-Por otro lado; continúa Salvatierra; el regimiento "Infante "del enemigo que casi no ha entrado en combate es atacado por Uslar y por Sanders que junto a sus batallones "Rifles" y "Granaderos" logrando hacerlos huir.

-Nosotros atacamos al "Barbastro" y "Valencey" que nos resisten y yo, junto a un pequeño grupo de jinetes, nos enterramos contra sus filas, allí es muerto mi jefe Plaza y de igual forma a mí me meten un tiro en el pecho que me hace bajar la carga y de vaina no me caigo del caballo y soy pisoteado por los demás jinetes.

-A mi jefe tratan de socorrerlo, pero con su valor a toda prueba dice que le da alegría haber llegado donde Páez no había llegado. Lo sacan del lugar y el doctor ingles Murphy hace esfuerzos para detener la hemorragia; contando con la ayuda de Tavera y de Juan Manuel Manzo. Concluye Salvatierra.

- En ese momento hieren al Negro Primero; señala Delgado; este agonizante se dirige hacia donde se encuentra el general Páez. El Taita al verlo le reclama la cobardía de retirarse en pleno combate, quedando sorprendido al responderle el lancero que viene a despedirse porque está muerto, culminando una vida de sacrificio por la Patria.

- El Libertador que estaba a la cabeza de la infantería en la persecución se da cuenta de las grandes bajas que se producen en sus tropas. Él había dirigido la batalla desde el cerro donde estamos y ve la persecución de los españoles acosados por los jinetes de Muñoz, Vásquez, Silva, Farfán.

- En esos momentos es cuando me hieren, dice impaciente Delgado. Un disparo me da en el brazo y pierdo el control de la lanza, con la que voy dando muerte a quien se me atraviesa.

- El Taita nos dirige en nuestro ataque al Valencey, que se defiende con valor abriendo grandes bajas en la gente de Páez, que aprovechan para organizarse los españoles en cuadros y continuar la retirada.

-En la refriega el Capitán Ángel Bravo recibe 14 lanzazos sin ser herido, como sería su bravura que el Libertador comentó que merecía un uniforme de oro.

- A pesar de que la batalla está decidida, el batallón Valencey no se rinde, Bolívar se impacienta y lanza en su persecución los batallones Rifles y Granaderos; alrededor de 500 hombres; con instrucciones de exterminarlos y ordena a los soldados de montarse en las grupas de los caballos y continuar con la persecución.

Las bayonetas enemigas se clavan en nuestros caballos y un fuego incesante nos atraviesa. Los españoles llevan al general La Torre y a los otros jefes.

- Tienes razón; Delgado; la persecución de los españoles se hizo difícil por la lluvia que se desató, los caballos resbalaban en el terreno. Comenta Salvatierra.

-Cuentan que la lluvia fue tan fuerte que debido a los muertos y heridos se hizo un rio de sangre que se deslizó por el monte y se perdía en los barrancos. Refiere González.

-Al entrar a la ciudad parte de las tropas españolas se atrincheran para cubrir a los que huyen, la persecución se pone fin al terminar el día con la oscuridad, los realistas son perseguidos por 40 kilómetros. Dice Salvatierra.

-El triunfo nuestro, alegra la ciudad de Valencia en donde son velados los jefes patriotas caídos en combate. La batalla había durado 45 minutos.

-Dicen que fue el edecán Ibarra anunció la llegada de su Excelencia y las calles que se encontraban desiertas se vieron llenas de gente, que aclamaban la libertad, las puertas se abrieron y El Libertador hizo su entrada entre las aclamaciones del pueblo que se realizaron hasta las doce de la noche que fue cerrada la puerta de la casa en donde se encontraba Bolívar para poderse este ocuparse de los asuntos oficiales.

-El enemigo continuo su retirada hacia la costa y La Torre se refugia en Puerto Cabello y lo primero que hacen es un expediente; se comentó; con el testimonio de los jefes u oficiales españoles para solicitar una orden llamada de San Fernando para el batallón Valencey por su disciplina y valor, Finaliza.

-Le deben al Valencey no ser totalmente destrozados, dice Delgado. Eran muy valientes y honor a quien honor merece.

- El jefe del Valencey es un coronel de nombre Tomás García; indica Sellers; de carácter áspero y altivo.

Después que el ejército español se retira en desbandada hace alto a los mil veteranos de su batallón, resistiendo el ataque de los llaneros, formándose en cuadros y comenzando una bien organizada retirada. Detrás del "Valencey" se parapetan los derrotados para huir en grupo.

-Ese Tomas García era bien jodido. Comenta.

-Si bastante; contesta Salvatierra; se cuenta que un día en una práctica de tiro fue víctima de un balazo en la pierna, en un batallón que existían bastantes reclusos venezolanos, el coronel se coloca de carnada al situarse de una manera contraria para que los soldados no vean que está herido en la pierna y pasa revista a los soldados y encuentra un arma descargada y de una vez ordena el fusilamiento del que atentó contra él.

-El Libertador, como hombre previsivo que era, se dedica a tomar acciones con el fin de destruir totalmente las pequeñas partidas de realistas que quedaron rezagadas, para eso desde Tocuyito había ordenado al coronel Heras con tres batallones y al día siguiente ordena al coronel Rangel estableciera un sitio en contra de Puerto Cabello.

-Este sitio duro tres años, hasta que el batallón "Anzoátegui" a las órdenes del teniente coronel Cala, atravesaron los arrecifes con el agua al pecho y el fusil en alto tomando la fortificación, escapando su comandante en armas coronel Carrera y se rindió al día siguiente.

-Bolívar cuenta con varios caudillos para asumir el poder en Venezuela, entre ellos Páez demostró siempre poder para manejar ciertos sectores del ejército; que había sido ascendido a general en jefe, Mariño que había sido su adversario, pero es inteligente y saca al Taita de su territorio para que gobierne en Caracas y a Mariño lo pone en occidente apartándolo del oriente.

-Él marcha a Nueva Granada y organiza la Republica en tres destacamentos militares; las provincias de Coro, Maracaibo y Trujillo a las órdenes de Mariño, Caracas, Barinas, Apure Barquisimeto y Valencia que como dijiste comandadas por Páez y para Oriente el general Bermúdez.

-Cuentan que Bolívar se estuvo en Caracas y pasa por San Mateo que se encuentra en ruinas, quedándole 3 esclavos a quienes liberó. Comentó González.

-El general Bolívar entra a Caracas acompañado por tu jefe; Delgado; además de un escuadrón de Lanceros. Siendo recibido por sus habitantes con grandes manifestaciones de alegría.

-El jefe militar de Caracas; que según tengo entendido se llamaba Pereira; había huido de la ciudad y se había llegado hasta La Guaira…….

-Hasta allá llegó Bolívar en donde Pereira se rinde bajo una honrosa capitulación, en donde se le permite embarcar con doscientos hombres y resto de sus hombres toma el servicio en las filas republicanas. Concluye.

-Al día siguiente, cuando estábamos en el hospital, empezándonos a recuperar de nuestras heridas, me entere; que las perdidas nuestras eran de 200 muertos, doloroso, ya que habían caído muchos amigos, que ya volveríamos a ver. Indica Delgado

-Compadre; explica el británico; la mayoría de los muertos los pusimos los Bravos de Apure, Cazadores británicos y Tiradores, siendo los ingleses los que tuvimos mayor cantidad de muertos en oficiales.

-Pero jodimos a los españoles, solo pudieron escapar 400 infantes del Valencey y un 40 por ciento quedo prisioneros y el resto huyo, fue disperso o herido. Los llaneros de Morales huyeron casi todos. Contestó Delgado.

-La Torre nos hubiese podido esperar en las sabanas de Taguanes, con la gente de Morales adelantada y la infantería escalonada en las colinas del Naipe. Refirió Sellers.

-Pero estaba obsesionado en cubrir la vía de Valencia y Puerto Cabello, ante el temor de ser cortado, prefirió situarse en Carabobo. Dijo Salvatierra.

-Su peor error fue pensar que lo íbamos a atacar por los frentes donde nos esperaba, en donde situó su tropa dejando una débil reserva que resultó poca para contener el movimiento por el ala derecha. Replicó González.

-Bueno si hubiera tenido un servicio de espías hacia la vía de El Pao, se hubiese sabido con anterioridad que no tenía que temer por aquel flanco, disponiendo del batallón Infante que quedo inactivo.

- Fue tan huevón, que no se le ocurrió en veinte días de permanencia en ese campo; como estuvieron; no hiciera una detenida exploración de la vía en donde lo atacamos y así colocar fuerzas en las colinas al norte, dominando las entradas y salidas de ese desfiladero. Finalizó.

-No se le puede achacar a La Torre la falta de dividir sus fuerzas ante el enemigo, ya que fue obligado por El Libertador. Intervino Delgado que callado oía lo que opinaban sus compañeros.

-Pero lo que si les digo que no esperábamos un ataque tan pendejo de los jinetes de Morales, indigno de la fama que tenían.

-La infantería si fue otra cosa compadre; porfío Sellers; recuerde la retirada tan heroica del Valencey……

-Si innegablemente, pero ustedes los británicos se portaron de igual manera. Con su conducta dieron ejemplo de lo que debe ser un cuerpo de infantería. Contestó Delgado.

-¿Recuerdan el dialogo; que nos contaron; que se suscitó después de la batalla de Carabobo entre Bolívar y el Taita? Dice el llanero.

-Pregunta Páez a Bolívar sobre la mejor lanza del llano.

-Respondiéndole el caraqueño que era el general Pedro Zaraza.

-Picado el Taita pregunta:

-¿Cuál es la mejor lanza de Venezuela?

-Monagas. Responde el Libertador.

-¿Entonces, quien carajo soy yo? Pregunta arrecho el Taita.

-La mejor lanza del mundo. Replica Bolívar.

-No puedo olvidar como herido como me encontraba pude oír tres bandas militares de nuestra gente que tocan la marcha en plena sabana, apagando de esa manera el eco de los últimos tiros, el estertor de los moribundo y el quejido de los heridos como mortaja para los muertos que han quedado tendidos en la batalla en que peleamos. Apunta Sellers.

-Yo; herido; vi al capitán Scott que sostenía una espada y permanecía boca abajo; lleno de sangre. Vi además varios soldados muertos y a sus alrededores papeles blancos de los cartuchos. Igualmente vi el cuerpo de Plaza custodiado por dos soldados.

-Bolívar desde Valencia escribe al Congreso Nacional participándole el triunfo de sus tropas, ordenando que fuese traducido al inglés y al francés para sí facilitar las noticias para Europa, además de una edición impresa del Correo del Orinoco.

-En España en agosto ningún periódico refirió el hecho y hasta llegaron a decir que los españoles habían triunfado y que Bolívar había sido hecho preso por su misma gente y entregado a La Torre.

-Vi mujeres y niños que se acercaban al campamento de los españoles, saqueando sus armas, sus uniformes y botellas de vino. Estaban personas que con lágrimas en los ojos al ver a sus familiares muertos. Finalizó el legionario.

-¿Recuerdan que los encargados de quemar los cadáveres fueron los tenientes Piedrahita y Mendoza y ayudaron los niños de Tocuyito?

-¿Recuerdan todo lo que aconteció ese día en Carabobo? Preguntó emocionado Sellers.

-¿Cómo vamos a olvidarlo? Replican los otros tres soldados. Como íbamos a olvidar todo lo que ocurrió aquel domingo que peleamos en Carabobo.



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José Rosario Araujo


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