¡La violencia y la corrupción los hundió!

La violencia callejera ha sido una constante como práctica política de parte de los contrarrevolucionarios. El venezolano no es así, pero en 20 años los medios privados de comunicación hicieron su trabajo de estímulo violento a través de los mensajes del miedo.

Así fueron envenenando a muchísima gente, creyeron que la política es violencia verbal y física. Marcaron la revolución como el gran problema socio económico y al presidente Nicolás Maduro como el causante de la crisis.

El gobierno ha asumido sus errores, corruptos y problemas. Los ha corregido, denunciado y apresado son mirara quién, presentando todas las alternativas posibles ante la inducida crisis que tanto daño le ha hecho al país, en especial de un sector de liderazgo opositor que descaradamente se corrompieron.

Mientras el liderazgo opositor se mantuvo por meses en silencio ante la guerra económica, cabalgaron sobre la crísis para capitalizar la inconformidad, la rabia y la decepción. Así ganaron electoralmente la mayoría en la Asamblea Nacional y después Gobernaciones y Alcaldías, pero han perdido gran caudal de votos ante promesas imposibles de cumplir como fue destituir a Maduro por vías inconstitucionales o mal llevadas.

Como ya era evidente ante su fracaso político accionaron la protesta violenta y después proyectos de magnicidio como medida política que ha evidenciado que no están luchando por reivindicaciones sociales sino por intereses empresariales y grupales.

La violencia se convirtió en terrorismo con su saldo de muerte, heridos, caos, destrucción y detenidos.

Si se es objetivo en el análisis político; la vía violenta y sus métodos terminaron hundir ese sector minoritario porque afectó comercial y moralmente a chavistas y antichavistas negándoles la paz, la seguridad y los servicios básicos.

La violencia marcada como terrorismo ha logrado un gran rechazo nacional lo cual movilizó y despertó al pueblo chavista desde lo electoral como en la organización para solventar la crisis. La retórica opositora no ha convencido al sector chavista, más bien desilusionando al opositor.

La muerte como presión política no garantiza un gobierno de paz y progreso de parte de la Derecha. Estoy convencido que la oposición quedó entrampada entre la salida violenta y el Neoliberalismo como proyecto político a imponer como lo fue en la Cuarta República y hoy por hoy mientras se pelean a cuchillo por candidaturas presidenciales, cada vez son evidenciados ante el mundo que la revolución tiene larga vida.

 

 

 

 



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Julio César Colmenares

Comunicador alternativo.

 juliocesar1221@gmail.com

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