Los poderosos y su manipulación del mundo

La historia nos demuestra, sin lugar a dudas, que los seres humanos hoy vivimos mucho mejor que hace décadas, siglos o milenios. Y esto se aplica a todos los grupos sociales, independientemente de que sean paupérrimos o millonarios, blancos o negros, hombres o mujeres, religiosos o ateos, ecuatoriales o de zonas templadas y frías. Hoy se vive mejor, con más salud, mayor expectativa de vida, mayor confort, mejores comunicaciones, más seguridad. Esto no significa que todos vivamos igualmente bien, ni que las facilidades existentes en la actualidad sean igualmente accesibles para todos, ni disfrutadas de la misma manera. Tampoco significa que no haya quienes vivan en condiciones deplorables. Pero, sin duda, ha habido un gran avance entre la aparición del Homo sapiens, hace 200 mil años, y sus descendientes actuales.

Paulatinamente, nos hemos hecho cada vez más independientes de la naturaleza, de la cual formamos parte. No en vano, el 15 de noviembre pasado alcanzamos la cifra de 8 mil millones de seres humanos sobre La Tierra, aunque es necesario recalcar que el 10 por ciento de esta casi mágica cifra vive en condiciones de miseria extrema, principalmente en África, precisamente en el continente que nos engendró. El desarrollo científico técnico y tecnológico, generado por la humanidad a través de toda su historia, ha creado las realidades que han permitido este crecimiento, al mejorar indeteniblemente las condiciones de vida de los habitantes del globo terráqueo. Este desarrollo ha sido particularmente decisivo en el área de la medicina y la salud pública y en el sector nutricional. Esto ha posibilitado la conformación de sociedades cada vez más igualitarias, en las que las iniquidades sociales se han atenuado en la inmensa mayoría de la población.

Lo anterior no significa que no exista una capa privilegiada muy pequeña, propietaria de riquezas groseras inimaginables para el común de los mortales. El 1 por ciento de la población, unos 80 millones de seres, es considerado millonario, al tener riquezas entre un millón y mil millones de dólares; un número muchísimo menor, alrededor de unas 3 mil, serían multimillonarios, con riquezas superiores a los mil millones de dólares. El consumo de estos grupos, como el consumo general de la población, es proporcional a sus riquezas, las cuales también determinan su grandísima influencia en todo el planeta. Sus ideas y posiciones sobre todos los temas, sus conductas personales, sus intereses y deseos, impactan notablemente a las sociedades del mundo entero, comenzando con las de los países desarrollados, el llamado primer mundo, e inmediatamente difundiendo hacia el resto del globo.

Y eso ocurre con muchísima mayor intensidad y rapidez en el llamado mundo occidental, tanto que incluso cuestiones con componentes de carácter moral y ético nos son prácticamente impuestas por esta perversa dinámica. Es muy común, que los distintos grupos que defienden determinadas posiciones y posturas, aún no compartidas por las mayorías, utilicen como argumento que las mismas ya están vigentes en los países "avanzados", o que ya las aprobó la OMS, como si ambas cosas fueran vinculantes para nuestro país. Es una forma fácil y aparentemente lógica de imponer sus criterios sin mucha discusión por parte de la sociedad. Así, dentro de poco se podría presentar en el país la necesidad de aprobar y legislar sobre el "suicidio asistido", nombre un tanto eufemístico que ha sido derivado arbitrariamente de la eutanasia. Se comienza por distorsionar el lenguaje, de manera de hacer normal lo que es excepcional, e ir modificando los conceptos, para hacerlos más fáciles de digerir.

No digo que esas proposiciones no puedan hacerse en Venezuela y someterse a una amplia discusión, de forma de lograr el mayor consenso posible. Digo que no nos pueden ser impuestas ni desde el extranjero, ni internamente por grupos beligerante muy agresivos, que generalmente practican lo contrario de lo que predican.



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Luis Fuenmayor Toro

Médico-Cirujano, Ph. D., Ex-rector y Profesor Titular de la UCV, Investigador en Neuroquímica, Neurofisiología, Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología. Luchador político.

 lft3003@yahoo.com      @LFuenmayorToro

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