Desde los años sesenta recién llegado de la provincia (Yoco Sucre y cantaura Anzoategui) al barrio San Agustín -Marin: inicie actividad política, impulsado con el ímpetu que desde niño venía concientizando; obligado por la pobreza que acompañó la emigración de mis padres, en busca de la alimentación que escondía la alienación con su nueva forma de vida, que la ignorancia había asumido con la explotación del petróleo y entregando desamor a la PATRIA.
Cuando llego a la capital, empiezo con mi inocencia campesina a conocer el teatro de calle, en vez de la delincuencia que proporcionaba como conducta el barrio y que permitía en ese tiempo (como debería hacerlo ahora también) recorrer las parroquias caraqueña con el arma que proporciona la cultura para la lucha urbana.
Está actividad juvenil me lleva a formar parte del partido comunista de entonces; haciendo vida en una célula urbana del teatro universitario en la combativa UCV y el arte era la herramienta que nos llevaba camuflado por distintos sectores del país, activando el pensamiento crítico que prevaleció en aquéllos tiempos; con todo el riesgo que significaba para la seguridad personal, siendo un niño.
Después de la pacificación en los tiempos de la IV: con mis primeros pasos de actuación empiezo a trabajar en la televisión y comienza el peligro de interpretar pequeños papeles y ese trabajo le da a mi LUCHA una multiplicación de la imagen, que confieso, aportó mucho para convertirme en "gancho" y a la vez, permitía utilizar como herramienta para seguir la batalla, con las limitaciones que proporcionaba el arte como arma de lucha; hasta que llegamos a los primeros años de esta etapa del proceso revolucionario.
Entusiasmado por el empuje que dio el ARAÑERO con su apoyo a través de las instituciones, me anoté a recorrer la PATRIA con una propuesta de monólogos que actualmente desarrollo y que permite llegar a cualquier lugar, para incentivar la participación de las comunidades, en busca del pensamiento crítico, con la facilidad que proporciona el ARTE.
La herramienta que escogí para luchar es la más adecuada a estos tiempos, porque facilita de forma pensante aportar en una batalla que no es posible llevar, si no tenemos un ser, que sea capaz de equilibrar el conocimiento que le permita fortalecer el pensamiento, para poder dar continuidad a la única batalla que puede aportar para conservar la especie.
Por cuestiones de edad, no tengo otro tiempo que me permita correr como antes; solo compartir la experiencia, buscando la posibilidad que el equilibrio de mi ego, pueda ser aceptado por la generación que le corresponde defender la PATRIA en este tiempo que aún le falta LUCHA, porque PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
SIN PATRIA NO QUIERO VIDA.
HAZTE CONCIENCIA.