Domingo, 27 de noviembre de 2022.- Bienvenidos aquellos que le cantan a la vida.
Y al decir bienvenidos, asumo el uso actual de bienvenidas y bienvenidos, pero yo como soy del siglo pasado lo diré como quiera.
Bienvenidos pues, los que se conmueven ante un amanecer luminoso y la sonrisa de un niño, los que festejan la vida y la disfrutan a plenitud, mientras exista.
Mientras hay vida hay esperanza.
Bienvenidos a todos aquellos que apuestan a seguir adelante, a crecer, a evolucionar y a mejorar cada día, a buscar respuestas y soluciones en vez de regocijarse en la queja y el lamento constantes.
A los que cuidan su salud física y mental, así como a su salud social.
Bienvenidos a los que luchan por causas justas y están convencidos de que no todo está perdido, a pesar del comportamiento irracional tan arraigado en nosotros los seres humanos, que parecemos estar en una loca competencia y en una desaforada carrera por autodestruirnos.
A los que se montan en la idea del progreso y de una vida mejor para todos, sin necesidad de aplastar a los menos favorecidos sino por el contrario, incrementando sus posibilidades de una existencia más plena y satisfactoria, también le damos la bienvenida.
Revisemos nuestras prioridades, examinemos nuestras actitudes, nuestras conductas y puntos de vista y por sobre todas las cosas, dejémosle puerta franca, totalmente abierta, a los cambios necesarios que nos proporcionen una vida más saludable, más alegre a nosotros mismos y a quienes nos rodean.
Sigamos en la lucha y no desfallescamos.
Y recordemos, que una vida mejor es siempre posible en este nuestro planeta azul que nos alberga, siempre y cuando lo respetemos y vivamos responsablemente.
