El día que atacaron Trujillo

Después de la derrota de Tovar y ya avanzando Cipriano Castro a la
toma del poder, el jefe de los liberales González Pacheco; llega a sus
posesiones de El Burrero. Nota con preocupación cómo se le entrega el
poder al Partido Conservador; asignando al Gral. José Manuel
Baptista como jefe de Operaciones en Trujillo y entiende la necesidad
del derrocamiento del gobernador Carrillo Guerra.
El jefe de los liberales necesitaba reaccionar ante la posibilidad que
muchos camaradas y compañeros de armas, heridos en la batalla de Tovar
fuesen remitidos por el gobierno merideño al trujillano con la
acusación de bandoleros.

El día 20 de septiembre con un grupo de 900 hombres; González
Pacheco; invade la ciudad de Trujillo para derrocar a su furibundo
enemigo. En la filas liberales se encuentra los coroneles y generales;
José Ignacio Barrueta, José y Tomás Garbi; parientes míos; Eugenio
Montaña entre otros.
Los enemigos de González, conservadores y liberales saavedristas se
encuentran prestos en la defensa de la ciudad, encontrándose los
Saavedra, Carlos Jugo, Fabricio Vázquez, Manuel Durán y los hermanos
Marín.

De los cerros de Carmona, Morón y Tierra Morada bajan las huestes de
González que con extrema fiereza van tomando las calles de la
capital, hasta llegar al centro de la ciudad.
En el pueblo se oyen las campanas y gritos de: ¡Vienen los Lagartijos!

Los defensores desde la casas enfrentan a los atacantes con fuego de
fusilería desde la esquina de "Los Muñecos", en la cárcel, en la
iglesia y en la casa de Bautista Carrillo.

Doce horas duran los combates, en ese tiempo el Dr. José de Jesús
Gabaldón se unen a las fuerzas de González. Se combate con gran
fiereza y Eugenio Montaña, hombre de confianza del General Rafael
Montilla; mejor conocido como el Tigre de Guaito; se enfrenta a unos
tiradores que desde la torre de la iglesia del poblado van tumbando
con certera puntería a los hombres de González. Montaña se aproxima
a la puerta de la iglesia penetrando a la nave central de la iglesia.

Logran entrar e incendian la escalera de la torre en donde se
encuentran el Gral. Manuel Durán y los hermanos Marín. Los defensores
utilizan las escaleras de la campana para intentar escapar, siendo el
primero Benjamín Marín quien logra escapar ileso, cuando intenta bajar
Durán se revienta la cuerda y los restantes defensores logran huir por
los techos de las casas adyacentes.

Montaña peinilla en mano se enfrenta con el oficial que defiende la
casa de Carrillo y le arranca la cabeza de un machetazo a pesar de
estar ya rendido, gritándole el hombre de confianza del Tigre cuando
el otro le dice que se rinde: ¡Yo no estoy rindiendo, sino mermando,
carajo!
El gobernador que no era ningún cobarde lo espera sable en mano, pero
el general Montaña en un gesto de hidalguía lo detiene, ya para esa
hora el reloj de la catedral tiene la 5:00 p.m.

González Pacheco acompañados por los Generales Tomas Garbi, José de
Jesús Gabaldón se acercan a recibir el poder de parte de Carrillo
Guerra que luce derrotado que junto a los Araujo y los Baptista
trataron de imponer su voluntad.

Los liberales del barbudo González eran 900 hombres y tuvieron 70
muertos, mientras las fuerzas de Carrillo eran solo 100 hombres,
muriendo solamente 12 combatientes.
Las tropas liberales saquean el negocio Tutilimundi de Carrillo a
pesar que González Pacheco reprime con energía los saqueos.

¡Mueran los godos! ¡Abajo los liberales! Son los gritos que se
escuchan por parte de las fuerzas liberales. El general González
encarga a Jesús Gabaldón y a Pepe Garbi a encargarse de la
seguridad de la ciudad y de hacer cesar los saqueos ya que las tropas
embriagadas sueltan los presos comunes de la cárcel.

Mientras cesan los combates los Araujo y los Baptista se preparan para
enfrentar a lagartijos como eran conocidas las huestes de González.
Los reúne el general José Manuel Baptista y se enteran en Valera la
derrota de Carrillo Guerra, ya el doctor y general Leopoldo Baptista
se acerca desde Barquisimeto por el camino de Carache a Santa Ana.

El gobernador junto a los generales Saavedra son apresados
permaneciendo encarcelados una semana ya los "godos" se preparan para
atacar a los liberales y se enfrentan en la población de Carvajal,
pero esa es otra historia.

Extraído del libro "LOS CAUDILLOS TRUJILLANOS Y SUS HISTORIAS" de José
Rosario Araujo



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José Rosario Araujo


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