Desde aquel sábado 8 de diciembre del año 2012, en que el Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana, Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, nos pidió a los venezolanos que, en caso de presentarse un "escenario que obligaría a convocar, como manda la Constitución, de nuevo a elecciones presidenciales ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente de la República", un dejo de nostalgia se apoderó de nosotros. Se nos va Chávez, nos dijimos. Qué ira a pasar con la revolución nos preguntamos una y otra vez.
Buscando fuerza nos refugiamos en los recuerdos de los momentos compartidos que, aunque fueron pocos, sin embargo, fueron intensos. Tres de ellos vinieron a nuestra memoria. Aquel 22 de junio del año 2001, cuando atendiendo la invitación que le hiciera el Presidente Luis González Machi, de Paraguay, como Invitado de Honor, para asistir a los diez años de constitución del MERCOSUR; y, después de varias horas de intercambio de opiniones, a las que nos convocó a Diosdado Cabello, Juan Francisco Rojas Penzo y quien escribe, tomó la decisión de presentar ante la Plenaria de la referida Cumbre, una Carta de Intención, a través de la cual la República Bolivariana de Venezuela manifestaba su deseo de asociarse a ese organismo de integración subregional.
Recordamos aquel 16 de julio del año 2003, día que se nos instruyó trasladarnos a Asunción, Paraguay, para organizar los pormenores de su asistencia a la toma de posesión del Presidente Nicanor Duarte Frutos, a realizarse el 14 de agosto de ese año. Como no recordar la llamada del día 12 del Camarada Adán Chávez, en la que se nos informaba el pedimento del Presidente Chávez, de organizar una recepción para celebrar, el día 13, el cumpleaños 77 del Comandante Fidel Castro; quien, también asistió a los referidos actos de toma de posesión del presidente paraguayo. Chávez y Fidel fueron el centro de los referidos actos. Estar en medio de esos dos "Gigantes" fue, y sigue siendo, para mi algo inolvidable.
Como no recordar aquel 12 y 13 de enero de 2004, cuando en la Cumbre Extraordinaria de Mandatarios y Jefes de Estado, celebrada en Monterrey, México, en una demostración de su enorme talento y, de su inmensa pasión por la construcción de nuevos modelos de formación social en donde reinase la justicia social, la equidad y la igualdad lo convirtieron en el principal mandatario de la referida Cumbre.
Diez años después, recordamos lo dicho por Franz Hinkelanmert, de que: "La vida es la posibilidad de tener fines. Sin embargo, no es un fin". Seguimos teniendo presente la frase popularizada por el pueblo venezolano: Yo Soy Chávez. Volvimos a sumergimos en sus enseñanzas. Y, de nuevo nos ratificamos que, Ser Chavista, es un sentimiento, convertido en teoría y praxis política, una nueva forma de hacer política; es un reto a partir del cual estamos edificando un nuevo modelo de sociedad que se estructura desde una lógica opuesta a la establecida por la hegemonía del imperio, una nueva forma de vivir, pensada desde Venezuela y para otra Venezuela, una forma de sociedad que trasciende la modernidad occidental, que supera la modernidad capitalista; es la formulación de un proyecto social para el presente, para lo cual es necesario crear una nueva fuerza social; es la construcción de una sociedad guiada por el principio de la solidaridad humana; es imaginar al Socialismo como un proceso de rupturas, es un nuevo Socialismo, es un nuevo proyecto social, cuya posibilidad de hacerse realidad está determinada por el hecho de entender que el poder popular es fundamental en la construcción de la democracia participativa y protagónica; es una reflexión crítica profunda sobre los fundamentos de la democracia liberal, ya que entiende a la democracia como un "proyecto de identidad ética"; es, asimismo, una reflexión sobre la necesidad de vivir libremente, de decidir sobre el modo de existencia de nuestro país; es la conformación de un nuevo ethos cultural venezolano.
Diez años después de su siembra, decimos con Don Mario Briceño Iragorry que: "Quizás el mejor homenaje que los hombres de hoy podemos hacer a los hombres de ayer, es traerlos a una nueva vida en la dinámica social. Nada valen sus luminosos retratos en las vistosas galerías. Importa, por el contrario, exprimir de ellos el valor social, su ejemplo útil, su lección digna". DIEZ AÑOS DESPUÉS: CHÁVEZ VIVE…