Hace ya más de seis décadas, un 9 de abril de 1960 nacía el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), quien se definió desde su comienzo en la lucha política como alternativa constitucional en la política de masas en el accionar político venezolano que recién se iniciaba en los años sesenta; nacido dentro un enorme auge de masas, dentro del hervidero de ideas del momento, su accionar politico a lo largo de su historia llego a despertar grandes simpatías y miles de seguidores.
El MIR, se constituyo en una escuela de formación política, fue un baluarte en la denuncia permanente de la desviación del horizonte de los cambios planteados al inicio y durante los gobiernos del puntofijismo.
El MIR como alternativa actuando dentro del marco del orden jurídico legal, comienza su penetración en el mundo sindical y estudiantil, ganando las elecciones en la mayoría de los sindicatos petroleros y centros estudiantiles, resultados estos que no fueron del gusto del gobierno entreguista de Accion Democrática. El MIR de entrada aceptó el juego de partidos y la política de masas para hacerse del poder por la vía electoral.
En ese sentido es digno reconocer como el MIR junto al PCV, comenzaron a disputarle de manera acertada el control y liderazgo de la clase obrera de la entonces hegemonía de AD, lo cual origina la política de violencia que se desato contra los sindicatos.
La historia es el camino de la verdad y como testigo de la misma, es necesario desmentir que el inicio de la violencia política surgió de los muchachos idos de AD. Eso es absolutamente absurdo y pueril. La violencia como política de estado es iniciada por el partido de gobierno y sus bandas armadas al verse acorralado por la victoria de la izquierda en las elecciones sindicales, gremiales y estudiantiles.
El MIR desde sus inicios fue una trinchera para el debate- ese, seria una de sus grandes honradeces- pues su origen se remonta a los enfrentamientos a lo interno del llamado "partido del pueblo", luego continuado en el campo de la izquierda revolucionaria con todas sus manifestaciones; en palabras de último Secretario General Moisés Moleiro, el MIR fue desde siempre un partido "discutidor" y, sin "delito de opinión".
Eran los tiempos de la "Guerra Fría", el mundo bipolar que luego de la segunda guerra "mundial" se repartieron el mundo, naciendo así el orden mundial que conocimos. Tiempos también del triunfo de la Revolución Cubana la cual se declaró además de marxista-leninista era Martiana.
Como toda obra humana producto de un proceso histórico, el accionar del MIR y las circunstancias en las que desarrollo su política estuvo lleno de contradicciones y de incompletitudes, que fueron generando la división y posterior atomización de la izquierda.
Eran momentos de definiciones, de reflexiones y de aprendizaje en el proceso de tal vez de mayor incompletitud que sería el devenido proceso de la lucha armada.
El reclamarse como marxista leninista- otra incompletitud- trajo gran discusión en la izquierda revolucionaria, pero tal vez su mayor significación era que "no estaban dispuestos a transar con ideas oportunistas o derechistas"; sin ambages se asumió la política con ética, era la forma de ser y parecer revolucionario, sin confusiones o medias tintas.
En ese contexto el MIR fue creciendo en medio de dificultades políticas, ideológicas y sobre todo teóricas, pero con el objetivo claro de gran lucidez de plantearse la toma del poder y/o abrir las posibilidades para eventos posteriores.
Cuando ocurre el momento de la derrota de las vanguardias, coincide con la explosión del mayo francés en mayo de 1968, en el cual puso en evidencia que el partido comunista francés no era una vanguardia revolucionaria debido a la actitud asumida por sus dirigentes; lo que llevó un gran proceso de discusión que alejo a las vanguardias políticas, surgiendo lo que luego se denominó el espontaneísmo de las luchas de los pueblos: "las masas por si mismas harían la revolución"; todos tenían el derecho de cuestionar y en ese momento producto de los cuestionamientos el MIR quedo sin dirección, a la deriva.
Ante todas esas dificultades, se debe tener presente que "el pensamiento político también ha tenido que cambiar para poder permanecer. El pensamiento político relevante no muere"; es posible buscar reacomodos, pero la idea fundamental del socialismo no llega a fenecer.
Luego de la derrota política y militar, El MIR aún y así, de manera terca y denodada logro resurgir de sus cenizas por allá en el año 1973, cuando los 54 sobrevivientes lograron reencontrase en el hotel "Bruno" en la avenida Las Acacias de Caracas; allí se planteo la política de masas de la reconstrucción a la Victoria y la vanguardia abierta.
A partir de la decisión de participar en las elecciones del año 1973, apoyando la candidatura de José Vicente Rangel -personaje éste que supo navegar a buen tino durante la cuarta republica- el MIR retoma el contacto con el país. Para ese año el MIR contaba con 532 militantes.
A partir de ese año el MIR fue el abanderado y con marcada tenacidad de la unidad de la izquierda, pero sus esfuerzos resultaron en vano. El culto del pragmatismo y del éxito electoral inmediato impidió pensar a plazos y la izquierda junto a sus partidos fueron percibidos por la gente como "mas de lo mismo"; perdiéndose la orientación cuestionadora y crítica.
El MIR como partido revolucionario, quiso crear otras instancias para reorganizar la combatividad y la nueva representatividad sindical creando las llamadas comisiones obreras.
Aunado a lo anterior, también formulo la concepción del poder democrático local (PDL), una política para buscar acercamientos con los movimientos sociales de las barriadas y centro populares.
El MIR tuvo una virtud "mirista" sumamente original en el contexto de la izquierda venezolana, pues fue en esencia un "partido discutidor"- en medio de las limitaciones de la lucha armada -sus dirigentes fueron capaces de generar la cultura del debate.
En consecuencia, no podía ser de otra forma pues nacido del debate contra Betancourt y luego el debate y polémica con el PCV y con el MAS. La discusión se planteaba hacia afuera y también a lo interno. Hoy se puede decir que los errores cometidos o "incompletitudes" fueron "hechura colectiva".
Todas esas afanosas discusiones que se hicieron a tiempo y en el tiempo correcto llevaron a alertar sobre los peligros representados por la copia del llamado "eurocomunismo"; por el contario el MIR privilegió y su tendencia era valorar el pensamiento latinoamericano y una de sus expresiones fue la discutida la teoría de la dependencia.
La dinámica de las realidades y su pensamiento divergente lo hicieron tomar distancia del marxismo leninismo etiquetado en Moscú y procuró un planteo socialista indisolublemente unido a la democracia, pero nada que ver con la supuesta "democracia gringa" versión falsa de la democracia.
Alejarse del marxismo leninismo llevó al MIR abordar la búsqueda de los fundamentos nacionales del proyecto revolucionario, procurando fijar en sus raíces históricas culturales, Bolívar, el Bolivarianismo.
Le toco enfrentar el vanguardismo y el foquismo en un contexto difícil pues se venia de la derrota, casi que extinguidos; También hubo de enfrentar la abstención y el voto nulo pregonado por uno de sus fundadores el tovareño Domingo Alberto Rangel.
El MIR partido que se planteo la toma del poder, sin duda con muchos errores e incompletitudes algunos fatales porque incidieron en la derrota.
Sobre la existencia del MIR, que a la vista salta, fue un movimiento politico que dejo su huella indeleblemente plasmada en la lucha revolucionaria; muchos y variados son los análisis hechos tejidos alrededor de ese partido histórico, algunas visiones son de carácter reduccionista, en lo que luego devino; pero el tomar la disposición de irse a la lucha armada tuvo que haber sido una de decisión tormentosa y temeraria, no bien sopesada; el mayor de los jefes políticos tendría escasamente 40 años, y esos jóvenes impetuosos en su mayoría provenientes de sectores medios de la estructura social, marcaron la diferencia con los "hijos de papá" del este caraqueño, que sumergidos en las drogas secuestraban y asesinaban niños de su misma clase social para poder cancelar las deuda de su gorrino vicio; pudieron haber conformado las famosas patotas de cualquier ciudad de Venezuela.
Por el contrario, fueron jóvenes como cualquier muchacho que sueña y aspira un mundo mejor, solo que ese anhelado sueño pasa por la formación, el estudio, sacrificio y arriesgar el pellejo como efectivamente ocurrió.
Tiempos después cuando el MIR se fusiona a otros partidos, donde el MIR perdió su forma, figura y hasta capital politico- diría Moleiro- fue un gran fraude, seria otra de las incompletitudes.
Muchos seguimos en el camino de la construcción del socialismo el cual es consustancial con la democracia, otros se fueron, a otros se los llevó el vendaval del facilismo.
A sesenta y tres años del glorioso MIR, decimos, ¡Venceremos! , ¡Por encima de la tumbas siempre adelante!