Se compra o se alquila un planeta

Quien lea este artículo pensará que este es producto de una mente desquiciada, en el entendido que debe ser algo imposible como vender un país, incluyendo la gente que reside en dicho territorio. La historia nos revela que tales prácticas se han consumado en otras fechas, y esto se hizo sin consultar a los agraviados, es decir, la opinión de los connacionales no se tomó en cuenta dando como resultado un cambio del gentilicio. Esto demuestra que la nacionalidad es un accidente geográfico y también, una cuestión económica. Uno de los abanderados en este tipo de negociaciones fue y es EEUU. A manera de recordatorio USA le compró Luisana a Francia por la módica suma de 15 millones de dólares; así mismo, le compró a Rusia el territorio de Alaska en un buen negocio de 7,5 millones de dólares y también, utilizó la misma estrategia bursátil para adquirir las Islas Vírgenes, antes pertenecientes a Dinamarca, por 25 millones de dólares. Como se lee, aquellos habitantes cambiaron de nacionalidad y pasaron a ser estadounidenses por arte de birlibirloque, como consecuencia de un documento notariado y registrado ante las autoridades. Así de fácil.

Sin embargo, aquellos territorios que EEUU no podía adquirir por la vía de una actividad bursátil y a precio de saldo, también se podían conquistar, ciertamente, por la vía de la violencia, tal como sucedió con México el cual fue despojado de más la mitad de su territorio. Por esta vía los descendientes de los aztecas, chichimecas, mayas y otras tribus aborígenes, antiguos pobladores de Utah, Nevada y California así, unas parte de Arizona, Wyoming, Oklahoma, Nuevo México, Texas, Kansas y Colorado se convirtieron en un santiamén en gringos. Por una indemnización de 15 millones de dólares y unos cuanto muertos México perdió más de la mitad de su territorio. Por esta misma vía Hawái, incluyendo el archipiélago de Honolulu, se convirtió en el 50 Estado de la Unión. Esto se logró mediante un golpe de estado de los terratenientes de EEUU residentes en la isla contra la reina Lili´Uokalani. Como se observa en los párrafos anteriores los hijos de Tío Sam no tienen problema en nacionalizar o convertir en Estado de la Unión, territorios comprados o conquistados.

Hasta los momentos las grandes potencias como EEUU, China y Rusia, dado que EEUU perdió la hegemonía con la desaparición de la unipolaridad, no se han puesto de acuerdo con la propiedad de los "descubrimientos" que recién se están haciendo más allá del planeta Tierra. Ya no sorprende un carrito rodando por las estepas de la Luna, o el robot explorador que viaja por la superficie inhóspita de Marte. Por fortuna, hasta ahora nadie ha reclamado el derecho de propiedad sobre estos satélites o planetas, tal como lo hicieron los españoles, portugueses, holandeses e ingleses en el Nuevo Mundo. Pisar estos territorios por "primera vez" los convertía en dueño y señor de estas "tierras descubiertas y por descubrir", todo, por la gracia de Dios.

Algunos historiadores comentaron en sus obras que la conquista de las regiones del Nuevo Mundo fue consecuencia de la falta de tierras fértiles en Europa para mantener una población en crecimiento. Así mismo, la necesidad de adquirir riquezas para convertirse en el reino dominante de Europa, dado la existencia de monopolios existentes en los mares los cuales impedían ampliar las rutas de comercio por el Mediterráneo. Fueron diversas los motivos que impulsaron a los avaros comerciantes europeos a buscar nuevos derroteros y territorios al otro lado del Atlántico.

Como nuevos problemas exigen nuevas soluciones, los dueños del dinero están buscando alternativas, no para resolver las dificultades, sino para hacer más dinero. Y para esto se está invirtiendo enormes fortunas en tecnología, tanto terrícola como espacial. El futuro del planeta Tierra está en entredicho debido al maltrato que sufre nuestro errabundo planeta azul como secuela del deterioro causado por los adinerados. Estos han contaminado el aire y las aguas; intoxican las tierras fértiles envenenándolas con herbicidas; desertifican bosques completos por la tala continuada; extinguen especies animales y acaban con la flora, todo esto induce, con el tiempo, a que la vida de los humanos en el planeta será imposible.

Es patético que los dueños de los grandes capitales no están haciendo nada para corregir los entuertos causados por ellos mismos, peor aún, el proceso de deterioro avanza en la medida que se incorpora el uso de nuevas tecnologías que apuntan a la destrucción de los humanos. No es nada nuevo la invención, fabricación y distribución de virus nocivos cuyas consecuencias son fatales para los primates que caminan en dos piernas. Se habla de guerra bacteriológica como algo normal; se fabrican armas de destrucción masiva, siendo las más eficaces las que acaban con más gente en menos tiempo. Ya los misiles nucleares son parte del menú de muchos países, hasta hay ladrones expertos que se los roban en las narices de los gobiernos para venderlos a particulares. Se pueden pensar en misiles nucleares que brotan del mar proveniente de submarinos con una efectividad del 100 %, o también, de una lluvia de misiles descendiendo de drones artillados o aquellos que proceden de una estación espacial girando en algún lugar del universo.

El fin de los humanos en la tierra no es un utopía es casi un realidad. Se fabrican alimentos nocivos para la salud; en casi todo el mundo se vende todo tipo de drogas elaboradas por laboratorios especializados en el ramo; se utilizan los medios de comunicación y las redes sociales para presentar información y publicidad para mantener aletargado a los consumidores; se eligen presidentes testaferros de las empresas transnacionales; la agricultura y la cría se está restringiendo para utilizar estos terrenos en grandes urbanismos y la construcción de centros comerciales; la producción de mercancías se está sustituyendo por la negociación de papeles de la bolsa de valores que no tiene respaldo. Sorprende que se utilice el dólar como divisa internacional que no es más que papel, dado que EEUU es uno de los países más endeudados del planeta cuya economía se basa en la renta de la industria armamentista. Si a lo anterior la agrego la juventud del planeta sin futuro dado el desempleo, los salarios de hambre, la imposibilidad de una pareja casarse para comprar un apartamento, agregado a esto los graves problemas de drogas que está flagelando a una gran parte de los jóvenes del planeta, el lector advertirá la gravedad de la situación.

Si revisamos el comportamiento de muchos de los gobiernos se puede advertir que los presidentes, reyes y primeros ministros están más preocupados por la guerra, por invertir grandes sumas de dinero en la invención, fabricación y venta de artilugios de la muerte que por resolver las adversidades del planeta. Estas nunca serán tan costosas como el capital empleado en las conflagraciones, hoy rutinarias. Son los demonios ejecutivos de las grandes fábricas de armas quienes contribuyen a la muerte de millones de inocentes para que cien de aquellos malignos disfruten de la "buena vida".

Los terrícolas que no tenemos oportunidad tendremos que resignarnos a morir, bien por la explosión de una bomba que cae en la residencia en que vivimos; bien por una enfermedad debida a un virus creado por un afamado laboratorio o bien, por la acción de una vacuna inventada por la mismo laboratorio que inventó el virus; o bien por la acción lenta de una comida o una bebida chatarra; o bien con un cáncer creado por la contaminación ambiental; o bien por la acción de una sobredosis de ondas electromagnéticas debido al uso continuo de los artilugios tecnológicos; o bien por los fármacos recomendados por los médicos para calmar la ansiedad o las angustias de los problemas cotidianos; o bien asesinado por un loco que compró una pistola o una ametralladora para vaciarla el cuerpo de inocentes transeúntes de una calle, de un centro comercial o de una universidad.

Con el tiempo, quizás no mucho, los humanos de dinero podrán exponer en las redes sociales o por guasap: "se solicita, para la compra o alquiler, un planeta con oxígeno, agua dulce y salada que no estén contaminada. Ponerse en comunicación con la ONU, FMI, BMl, G7, OMC o la OMS, si no le responde, por favor deje su mensaje". Supongo que de acuerdo con la moderna tecnología los alienígenas estarán avanzados y podrán descifrar cualquier idioma terrícola.

Los multimillonarios, creyéndose dueño del planeta, se empeñan en destruir la naturaleza, a tal grado que la presencia de nuestro planeta en Sistema Solar corre peligro. Si continuamos repitiendo los mismos procederes el ADN humano no será más que polvo cósmico. Por eso el político norteamericano Tom McMillan tuvo razón cuando sentenció: "Por doscientos años hemos estado conquistando la naturaleza. Ahora la estamos llevando a la muerte". Lee que algo queda.

Enoc Sánchez



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