El acidito

La "Barbie", la "nueva sociedad" y la perturbación a nuestros niños

Hasta hace unas décadas, niños y niñas recibían una educación muy distinta. El modelo educativo de las escuelas permitía emplear múltiples castigos impensables en la actualidad; recuerdo nos guindaban por las patillas; nos mandaban abrir la mano y nos daban con una regla de madera que parecía un palo cochinero; años atrás nos cuentan nuestros padres, los arrodillaban en una esquina del salón encima de unos granos de maíz, entre otras formas de castigar los que éramos desordenados en clases o cuando nos agarrábamos a puño.

Sin embargo, estudios recientes han demostrado, que una crianza y una educación respetuosas favorecen un mayor bienestar integral del niño o niña, tanto a corto como a largo plazo, para evitar posibles carencias emocionales y afectivas.

La crianza respetuosa es un modelo educativo que tiene como objetivo educar al infante de una forma consciente, asertiva y con los límites como forma de cuidado, no como forma de represión. Es un tema que se viene conversando bastante porque durante mucho tiempo no se habló de crianza tradicional, se la consideraba algo que se transmitía de generación en generación: "Si mi abuela y mi mamá saben, entonces debemos hacerles caso". Y la crianza responsable tiene un doble planteamiento: si es realmente mejor lo que se viene haciendo (crianza tradicional), o si es realmente lo que queremos en la crianza para los infantes.

La crianza responsable es un punto intermedio entre el niñocentrismo, esto es, dejo que el niño o niña haga lo que quiera y, el adultocentrismo, por el que hago esto porque es lo que me dijeron que haga. Entonces la crianza responsable sería un entreacto que tiene que ver con respetar el rol y con la equidad. Es decir, se tienen en cuenta todos las personas y factores que intervienen en esa crianza, dando un lugar, claro está, al que corresponde.

No entendemos que un niño vaya a tomar decisiones de un adulto, sino permitir que pueda colaborar, por ejemplo, preparando la cena, pudiendo elegir su ropa, escuchando su opinión o reflexión sobre un tema, entre otros. Se trata de hacer partícipe al infante de su educación, su día a día y, en definitiva, su vida.

Realmente, debemos mejorar la educación y trato que nos dieron nuestros padres; por mejor que fuese; por ello debemos ir avanzando; pero eso no implica que dejemos que nuestros niños hagan lo que le venga en gana, o que actúen como ven a sus compañeros de clase o a los vecinos del sector; menos aún, podemos aceptar que una sociedad que está pasando por encima de los valores morales que hemos respetado toda la vida, le pase por encima a nuestros principios como una aplanadora.

El caso patético de la película "Barbie"; los comentarios que he escuchado por doquier son espeluznantes: "La película es peor de lo que podrías esperar"; "Simplemente es terrible"; "Quieren confundir sexualmente a nuestros niños".

La película comienza con una escena en la que las niñas juegan con muñecas y los niños "las golpean" y proclaman algo como "Ya no tenemos que ser madres".

Baehr, un crítico de cine muy respetado, dijo que "Barbie" es "feminista incondicional" y pinta a los hombres como el "problema" en la sociedad". ¿Qué implica esto?, simplemente la destrucción de la figura del hombre como tal; que sumado a las restricciones y minusvalía que tenemos ante la Ley, es fatal.

"Barbie" plantea un odio a la sociedad patriarcal; "Los hombres son los villanos y… hay un par de personas trans interpretando personajes: Barbies".

Le estás diciendo a esas niñas que van a ver esta película que algún niño puede ser una niña mejor, sin ningún tapujo.

En cuanto a los temas LGBTQ en la película, Baehr dijo que son "extremadamente abiertos" y "no sutiles".

Ya son muchos los críticos y asociaciones opuestas a estas situaciones; en uno de los artículos publicados por medios internacionales, titulado: "ADVERTENCIA: No lleves a tu hija a Barbie ", comienza proclamando que la película "olvida a su audiencia principal de familias y niños mientras atiende a adultos nostálgicos y promueve historias de personajes lesbianas, gays, bisexuales y transgénero".

Personalmente, respeto la tendencia de cada quien, pero no puedo estar de acuerdo con que se induzca a nuestros niños a estas perversiones.

Nuestro llamado es, a combatir la desviación sexual y pornografía que se pretende inocular a nuestros niños desde grandes multinacionales y determinados sectores de la sociedad.



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Reinaldo Silva


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