Todas las gobernaciones y alcaldías de Venezuela, deberían ser gobernadas por brujos; pero, no cualquier brujo, que quiera impresionar a sus seguidores, diciéndoles que fuma el tabaco con la candela pa´ dentro, porque puede resultar un fraude al final; sino por gente preparada y culta, graduadas en las montañas de Sorte en Yaracuy y con postgrados en el "más allá" que le permita ver los problemas de los estados y municipios "más acá" y fáciles de solucionar. Alguien que se ocupe de tapar los huecos de las calles, de enviar agua a las comunidades, de ordenar el municipio o los estados, de reparar las carreteras, etc. No, uno que al resultar electo, lo primero que hace es averiguar el presupuesto de la camionetota, del apartamento en la playa, de la finca, entre otras cosas.
Si los que no son brujos, nunca ven o se hacen los locos ante los problemas de las comunidades, entonces vale la pena justificar y solicitar ante la asamblea nacional que se agregue a la Constitución Nacional, un nuevo requisito para participar en elecciones de alcaldes o gobernadores. Es decir, el nuevo requisito es que sean brujos. Sería una gran ventaja contar con este tipo de autoridad, porque hasta ahora en muchos estados y municipios abundan los problemas propios de las comunidades: calles rotas, agua que llega sucia, drenaje de calles, etc.; y todavía no dan soluciones concretas. Entonces, valdría la pena intentarlo.
En realidad, lo primero que tendría que hacer un Alcalde o gobernador brujo, sería reforzar la seguridad espiritual de la alcaldía o de la gobernación, y eso sería fácil y barato; solamente tendría que colocar en la puerta, del lado interno, un frasquito con cuerno de ciervo, amarrado a una cinta roja y a una penca de zabila cortada en viernes santo al lado de una imagen religiosa que pudiera ser la mano todopoderosa, para así ahuyentar a los "malos espíritus" corruptos que siempre andan merodeando por la alcaldía o gobernación, buscando negocios y contratos para tumbar una plaza y, volverla a arreglar igualita como estaba antes de tumbarla. Alcaldes y gobernadores, deben eliminar ese olor a "olla podrida" o corrupción y mantener sus instalaciones olorosas a "Bálsamo Tranquilo", "no contaban con mi astucia", "Síganme las buenas", no se les ocurra echarle puzanga, porque sino…ay papá.
El alcalde o gobernador brujo, debe ser claro y preciso, sin indecisiones. Para evitar la corrupción es indispensable que viva orando; sus gastos deben ser transparentes y debe registrarlos en su memoria espiritual. Es posible, que si alguien va a la alcaldía y, observa que allí están las imágenes de María Lionza, Negro Felipe, con sus respectivos velones, diga:¡Oye, que bien invierte nuestro dinero, nuestro alcalde o gobernador.!; dependiendo del caso
En fin, la alcaldía debe ser un altar y el alcalde o gobernador brujo, el guía espiritual. Si se observa que en el transcurso de su gobierno faltan algunos tabacos, velas, talismanes, no importa. Pero, si se ve que al final de su gobierno tiene una fábrica de tabacos y una de velas, posiblemente, alguien dirá: ¡Hasta los brujos nos jodieron!