Si algo ha logrado la "izquierda insurgente" cuando llega al poder es silenciar a todos aquellos o por lo menos a una gran mayoría de los que se califican de personas de izquierdas. Todo o casi todo será justificado por razones de Estado y puede ser desde las cosas más simples hasta las más escalofriantes. No importan la UMAP, Gulag, detenciones arbitrarias, torturas, censura, corrupción, etc.
Esto en la izquierda latinoamericana en su gran mayoría es el sino de su existencia, me causan gracia algunos nombres de organizaciones como la del aún desaparecido Carlos Lanz, su organización en la que militaron un buen número de amigos y conocidos, llevaba por nombre Desobediencia Civil, sin embargo tiempo después cuando Carlos Lanz el legendario secuestrador de un empresario gringo llegó al poder y se coloco al servicio de los servicios de inteligencia del Estado, perseguía a todo lo que oliera a desobediencia civil.
Es simpático y también preocupante cuando desde la izquierda latinoamericana se comenta, generalmente con poca profundidad acerca del periodo de la Caza de Brujas en los Estados Unidos, pero en las naciones latinoamericanas controladas por quienes se identifican con la insurgencia, como hacen silencio ante la censura de Estado en esas naciones, pude ver como desde las tribunas digitales se criticaba a un artista argentino que se atrevió a criticar la censura cuasi absoluta que desarrolla el Estado Cubano: Las autoridades culturales cubanas impidieron la difusión del documental en una sala privada por lo que 181 artistas se unieron a los 58 firmantes iniciales a pocas horas después de la divulgación del manifiesto… https://acento.com.do/cultura/rebelion-en-la-granja-silvio-rodriguez-y-otros-238-artistas-rechazan-censura-de-gobierno-cubano-a-docmental-de-fito-9210799.html
La caza de brujas, las listas negras, los señalados son lugar común en Cuba, Nicaragua, Venezuela. Nada distinto a lo que ocurría en los muy criticados Estados Unidos a mediados del siglo XX, en los tres países autocalificados como revolucionarios la práctica se mantiene y la izquierda militante hace un silencio sepulcral, y es que para esta izquierdita latinoamericana, el Estado debe ser todopoderoso y la individualidad y todo gesto de independencia del Estado se les hace a veces peligroso y siempre sospechoso. Claro hay grados de horror en Cuba los envían a prisión con algunos años en centros de reclusión que rayan en el infierno de Dante, en Nicaragua igual con el agregado que te despojan de la nacionalidad, en Venezuela te impiden pasar a los circuitos de exhibición y claro pasas a la lista negra, a los señalados como sospechoso. El último caso que ocurre en Venezuela es el de la película Simón, si esa que ganó un festival y que al parecer es de una gran factura actoral y narrativa, de repente saltan esos modernos Torquemada a defender una realidad que no debe ser trastocada, un impoluto estado de cosas, pero veamos: Ahora, a dos días de su estreno comercial en cines de Venezuela, el abogado Gabriel Costanzo introdujo una denuncia ante la Dirección General contra Delitos Comunes del Ministerio Público para evitar que la película «Simón» llegue a las salas. https://talcualdigital.com/quieren-censurar-la-pelicula-simon-para-evitar-su-estreno-en-cines-comerciales/
La realidad arropará a los censores que pueden vivir a sus anchas en el madurismo, franquismo y orteguismo, si un Estado es frágil ante una película, la realidad de ese Estado debe rayar en lo patético. Imagino que la llamada izquierda, esa que señala a cualquiera que no comulgue con la censura, los bajos salarios, la violación a los derechos humanos, etc. Debe estar buscando narrativas a lo Lula para enaltecer esta acción de censura en contra de una película, imaginen a Michael Moore que es un cineasta reconocido y crítico del gobierno de los Estados Unidos, imagínense por un minuto intentando hacer cine en Venezuela, su tarea sería imposible la delgada piel de un régimen que se declara CMP o cívico/Militar/Policial.
El censor en la España de Franco, en la Argentina de Videla, en la Nicaragua de Ortega, la Cuba de los Castro es muy parecido, se espanta frente a la realidad, tiembla ante lo que pueda despertar un libro o una obra de teatro, una palabra, un pensamiento, una omisión. Pero a pesar de los censores: Simón cuenta la historia de un joven del mismo nombre quien participa en las protestas de 2017 y luego de enfrentar detención y tortura junto a otros compañeros de lucha, finalmente pide asilo en Estados Unidos. https://impactovenezuela.com/presentan-denuncia-para-que-censuren-simon-y-no-llegue-a-los-cines-venezolanos/
La censura y el censor están ahí, en el deseo y en la práctica de censor y sus corifeos, censurar una película es como quemar libros en la plaza pública, la intención es que nadie conozca, nadie lea lo "indebido" los militares argentinos quemaban libros y los militares chilenos asesinaban cantores, en la URSS solamente no se publicaban y era prohibida su publicación y su difusión. Pero siempre el talento humano está por encima de la perversión de los censores de antes y de ahora, recordemos a lo que puede llegar la censura en algunos casos donde un escritor puede ser condenado a muerte por escribir un libro: Rushdie ha sido perseguido por fundamentalistas islámicos y ha enfrentado amenazas de muerte por más de tres décadas por su novela "Los versos satánicos", publicada en 1988. https://www.bbc.com/mundo/noticias-63368707
Mientras tanto espero que no prohíban, censuren, persigan una película y claro lo que acaban de lograr es que Simón sea hoy más necesaria de ver que nunca. Yo la buscare por los caminos verdes, pude leer Los Versos satánicos en los días de la persecución religiosa contra un escritor, y aun siendo yo fruto de un hogar comunista, de manera casi desafiante leí gracias a mi hermana mayor, archipiélago Gulag y después de conocer cómo se publicó entendí que el leerlo había sido lo correcto.
https://www.youtube.com/watch?v=5_fKvRuSUoc
