Martes, 17 de octubre de 2023.- Semánticamente hablando se refiere a una forma de ver al mundo, de ver a la vida, desde una perspectiva que podríamos denominar negativa, pero que quienes la practican, que son muchos, la llaman, no sin cierta dosis de razón, una visión, una perspectiva, realista.
En este corto y breve tránsito por este plano nos atrevemos a afirmar que no hay nada químicamente puro y que hablar de una sola forma de ver las cosas suele ser exagerado, pero somos exagerados los humanos y pensamos que nuestra forma de ver e interpretar la realidad y al mundo es la correcta.
Esta breve nota es solo un intento de caracterizar una tipología, de las muchas que existen, de un grupo de seres que nos rodean, que viven con nosotros, con los cuales interactuamos y a los cuales queremos y apreciamos y que en un momento dado de nuestras vidas nos pueden influenciar en una u otra dirección.
Estoy casi seguro, digamos que un 99% seguro, que usted que está, por curioso, leyendo estas líneas, conoce a una persona y quizá a más de una, que posee esa cualidad o más bien, esa característica de ver todo bajo la óptica de la Visión Apocalíptica.
A todo le ven un lado malo o su aspecto negativo, son los llamados amantes del no se puede.
Especialistas en tumbarle el avión al espíritu más entusiasta.
No importa si es rico o si es pobre o si pertenece a la golpeada y maltratada clase media, eso no importa, si es instruido o la información no le interesa, si está sano o si está enfermo, o enferma, o quizá es de los que siempre temen enfermarse, aunque posean, como se decía antes, una salud de hierro.
Eso no importa.
Tampoco si les va bien, minoría muy extraña en estos caóticos días que estamos viviendo en este azaroso mundo, ellos así piensan, o si les va mal, para ese selecto grupo, de, llamémoslos generosamente apocalípticos, eso no tiene la menor diferencia.
Si les va bien, están convencidos de que eso no va a durar mucho y que puede y va a cambiar en cualquier momento, el soleado y esplendido día en que están viviendo puede transformarse en uno tormentoso y oscuro, o si por el contrario, si no les va muy bien o francamente mal, consideran que es prácticamente imposible superar ese bache en que han caído, no hay nada que hacer, la vida no cambia, eso piensan, no hay salida y se zambullen en su acostumbrada visión apocalíptica.
Esta visión oscura de su entorno, de su propio destino y de todos los que le rodean está incesantemente alimentada por ese alud de malas noticias que caracteriza a los tiempos que estamos viviendo, iba a añadir, basta con que usted abra el periódico y trate de informarse, pero me acordé que ahora ni periódicos hay.
Están las redes sociales y el internet que informan al momento de producirse los eventos noticiosos.
La información fluye a borbotones y alimenta la visión apocalíptica de un mundo que se va hundiendo en sus propias contradicciones.
No hay salida, no hay nada que podamos hacer.
Por todas partes surgen noticias que cargan el ambiente general y lo tornan pesado.
Ahí les mando una recomendación: cuidado con la visión apocalíptica porque es sumamente contagiosa, está en el aire y al menor descuido nos invade y nos posee, inmisericordemente.
Ah, y una segunda recomendación: cuidado con lo expertos y expertas apocalípticos, sobre todo cuando les consultáis algún proyecto, algún plan, idea o como lo llaman ahora, emprendimiento, porque son especialistas en desmontajes de sueños y sistemáticos destructores de ilusiones, en su beneficio podemos decir que lo hacen, quizá, inconscientemente, porque verdaderamente creen en lo que dicen, así su propia vida sea la prueba de lo contrario.
Es una batalla cruda y despiadada y que aparentemente parece no tener fin.
Agradezcámosle a la vida por la dosis de luz y esperanza que aún circula por nuestro maltratado planeta azul y apostemos a que un mundo mejor es ciertamente posible.
Buenas tardes, querida Venezuela.