Reiteradamente, hemos señalado que el burocratismo, la ineficiencia y la corrupción administrativa han hecho tanto daño al país como las sanciones y la "guerra económica". Casualmente, en una reunión con funcionarios de alto nivel, el Presidente de la República advirtió que "estamos llenos de una burocracia inservible que tiene la virtud de ser destructora de la esperanza de la gente". El país escuchó y celebró la advertencia presidencial, pero sigue esperando decisiones radicales para sanear las instituciones y recuperar la esperanza ante el avasallante dominio de una "burocracia inservible".
La burocracia aparece como una casta privilegiada que concentra la autoridad, excluye las masas de la esfera donde circula la información y se toman las decisiones, estimula la jerarquización de funciones y la diferenciación de salarios y al mismo tiempo garantiza la división estricta de las competencias administrativas. Es la organización institucional de la desigualdad social que esquiva el antagonismo entre Estado y negocio para convertir las instituciones públicas en centros de corrupción.
La burocracia es fundamental en el Estado moderno. Es un instrumento que se utiliza para garantizar el control y la dominación. La concentración de medios administrativos está vinculada al proceso de burocratización que provoca la lentitud en la administración pública y privada, el menosprecio de la opinión y la autocrítica. La burocratización impone una rigidez superflua que coloca engorrosos procedimientos por encima de cualquier proyecto sin considerar su trascendencia social y política.
La burocracia es inherente al Estado y su organización administrativa. No constituye un problema en sí misma, el problema comienza cuando los funcionarios se convierten en una casta privilegiada e incompetente que utiliza las instituciones públicas para sus beneficios particulares. Surge la corrupción administrativa como expresión estandarizada del desempeño de la función pública.
La afirmación del Presidente de la República, le advierte al país que las instituciones públicas no están bajo la conducción de ciudadanos responsables, honestos, patriotas eficientes, ordenados disciplinados con alto sentido del deber. No, ahora domina "una burocracia inservible que tiene la virtud de destruir la esperanza de la gente" y eso exige una respuesta urgente.
La administración pública ha sido invadida por esa casta burocrática que exhibe sin rubor y con desparpajo privilegios y riqueza en medio de las profundas carencias del pueblo trabajador. Una burocracia ineficiente, corrupta y pervertida que vive en medio de la ostentación, el dispendio y constituye un gran traba para el desarrollo y consolidación de proyectos para beneficio de la comunidad.
El burocratismo, la ineficiencia y la corrupción administrativa son obstáculos que dificultan la posibilidad de reactivar el aparato productivo, recuperar el estado de bienestar social y retomar el proceso de cambio político y transformación social.
Darío Morandy
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