Todos los venezolanos estamos contestes, nos identificamos con nuestro territorio y sabemos que el Esequibo es nuestro. Desde la escuela primaria nos enseñaron que en el mapa de Venezuela hay un apéndice hacia el este, muy cerca del Delta del Orinoco, señalado con un rayado para identificar la Guyana Esequiba, la zona en reclamación.
Desde 1966 cuando se firma el acuerdo de Ginebra entre Inglaterra y Venezuela, queda establecido el diálogo bilateral para buscar la solución definitiva al diferendo Guyana-Venezuela.
Han pasado 57 años y la diplomacia venezolana nunca logró llegar a un feliz término en la disputa territorial que además tiene carácter económico y de defensa del derecho internacional como es evidente. Todos los interesados en el tema histórico saben, que al crearse la Capitanía General de Venezuela en 1777 por las autoridades españolas, el espacio geográfico que poseía el país, lo seguiría poseyendo (utis Possidetis iuris).
La vía diplomática de parte de Venezuela falló siempre.
Guyana ante esa realidad y contraviniendo el acuerdo de Ginebra, acude a la Corte Internacional de Justicia en 2018 y en el primer cuatrimestre del 2024, Venezuela debe presentar una contramemoria en esa Corte, que despeje las dudas en el tribunal.
En la actualidad el gobierno de Maduro aprobó un referendo consultivo para el 3 de noviembre, lo cual considero una perogrullada táctica y política-electoral que tiene un claro propósito: reestablecer la base social perdida para mantenerse en el poder. Por ello se valen de los sentimientos nacionalistas del pueblo venezolano. (el fin justifica los medios).
Lo realmente útil es que el Estado venezolano tenga un equipo multidisciplinario para defender Jurídica, histórica, geográfica y diplomáticamente , el derecho venezolano sobre el Esequibo. lo demás es un show.