¡No me tires serpentinas que ya el carnaval pasó! La dictadura nos la puso bombita. Justo cuando nosotros estábamos haciendo de lo más democráticamente, y de lo más legal que se haya visto en el país, unas excelentes primarias, anunció un referéndum consultivo con cinco preguntas para defender el Esequibo el 3 de diciembre. Y nosotros, que desde que nos vimos, estamos contra la dictadura, no esperamos dos anuncios para caerle encima. Porque ya la vaina es rutina. Vaina que anuncie la dictadura, ahí estamos nosotros, patriotas y amantes del país, para salir a decir que no es no y a refutar todo lo que digan. Y empezamos a sacar carteles clandestinos diciendo las vainas que siempre, como borregos, repiten nuestros seguidores. Y ahora algunos lo dicen de frente: "No votamos". Y otros van más allá y dicen: "El dictador anterior entregó el Esequibo y ahora nos dicen que votemos sí, sí, sí, sí, sí, como los margariteños". Ya nos olvidamos de la compañera María —Súmate— CM, y ahora estamos montados en este soberano peo para el 3D. Lo malo es que nosotros somos como un volador sin rabo. Damos golpes por aquí y por allá y después pedimos elecciones. Y así vamos dando coñazos sin saber para dónde carajo vamos, gente de mi tierra.
Lo malo es que en la Asamblea Nacional, hace algún tiempo, cuando estábamos todos ahí muy juntitos, salió el tema del Esequibo y todos levantamos la mano a favor de la defensa de nuestro territorio Esequibo. Es la única vez que hemos votado una vaina por unanimidad. Y eso fue noticia en medios nacionales e internacionales, y en las redes de todo el mundo: "Oposición y dictadura están de acuerdo en defender el territorio Esequibo". Así dijeron. Como también, hace pocos meses, en Barbados, que, de paso, uno no sabe cómo carajo fueron a Barbados cuando se pudo ir a París o a Londres, para darle más fuerza y carácter internacional al acuerdo, porque no es lo mismo decir "el Acuerdo de París" que "el Acuerdo de Barbados"; sin embargo, nosotros aceptamos el carácter marginal de la dictadura y nos fuimos a Barbados. Hasta allá llegó el compañero Gerardo —Fospuca— Blyde y firmó una serie de vainas donde estaba también esa de la defensa del territorio nacional, es decir, del Esequibo. Y si nosotros fuéramos decentes, cosa que nos cuesta una bola y parte de otra, hay que decirlo, y si también fuéramos honestos, cosa que todo el mundo sabe que no lo somos, desde Guaidó para arriba y para abajo, no estaríamos con esa paja de decir que el dictador anterior entregó el Esequibo y que nosotros no votamos. Además, si el dictador entregó el Esequibo, entonces nosotros tenemos la oportunidad de corregirlo, votando cinco veces sí el 3 de diciembre. ¡Pero ni de vaina! Nosotros somos así: decimos una vaina hoy y otra mañana, y otra más allá de más nunca.
El acto en el Teresa Carreño, donde el dictador pretendió dar una clase de historia del Esequibo, y se arrancó a contar desde el año 1700 hasta el día de hoy, cuando nos está gobernando en plena dictadura, nos dejó turulatos. Allí estaba todo el mundo. Nuestros tres gobernadores estaban allí. Cuando hablaban del Utti possidetis iuris, Manuel Rosales veía para el techo como buscando una chuleta para ver qué vaina era esa. Y una vaina que lo deja más loco a uno es esa noticia de que 167 partidos políticos en el CNE apoyan el referéndum consultivo para el 3D. Si esa vaina es así, entonces aquí no hay dictadura. ¿Ustedes se imaginan una dictadura con 167 partidos? No me jodan.
El papá de Margot llegó con una cara de arrecho del Teresa Carreño y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina pego un grito: "Vete para el Esequibo, muérgano".
—Atiéndeme. Quiero decirte algo... —me canta Margot.