Hay que mirarse en ese espejo

"Los espejos son como la conciencia. Uno se ve allí como es, y como no es, pues quien se ve en lo profundo del espejo trata de disimular sus fealdades y arreglarlas para parecer a gusto" (Miguel Ángel Asturias).

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Los resultados del domingo 19 de noviembre, en Argentina, donde salió electo Javier Milei, un estrambótico economista, que no tiene empacho en decir lo que representa, ha prendido las alarmas y replanteado una pregunta que siempre ronda en el ambiente: ¿Los pueblos se equivocan?

La respuesta ipso facto es: por supuesto que sí. Todos los seres humanos están propensos a acertar y a errar.

Pero esa generalidad no permite una respuesta definitiva. Aquí, en estas reflexiones, tomaremos tres fuentes para sustentar la tesis de por qué los pueblos terminan, ciertamente, esquivándose.

El positivismo

Los positivistas tienen una concepción muy clara sobre los pueblos, es su desprecio, su concepción utilitaria, donde los pueblos sirven cuando son utilitarios y. cuando no. entonces hay que someterlos.

Al respeto, diría Nicolás Maquiavelo: "Los pueblos son tornadizos; y que, si es fácil convencerlos de una cosa, es difícil mantenerlos fieles en esa convicción, por lo cual conviene estar preparados de tal manera que, cuando ya no crean, se les pueda hacer creer por la fuerza"

En el caso venezolano, tomando como como referencia el texto Cesarismo democrático. Estudios sobre las bases sociológicas de la constitución efectiva de Venezuela, escrito en diciembre de 1919 por Laureano Vallenilla Lanz, se expone la tesis del "gendarme necesario", doctrina que sirvió para sustentar, intelectualmente, la dictadura de Juan Vicente Gómez.

La tesis fundamental de Vallenilla Lanz, quien fuera calificado por Rómulo Betancourt como el mayor exponente de "la prostitución intelectual" de Venezuela, es que, debido a las condiciones geográficas de Venezuela, el caudillo, es decir, un César elevado al poder por la voluntad del pueblo, es su gobierno natural. Pero ese César, como quiera que es el único capaz de controlar al país, se puede convertir en su "gendarme necesario", el que garantiza el orden indispensable para que haya progreso. Por eso, hasta que no lleguemos a ese orden impuesto por el rejo del César/gendarme, la democracia liberal es, cuando menos, un "error de psicología", algo antinatural, que no responde a cómo los venezolanos somos realmente.

Vallenilla Lanz, además, en una multitud de ensayos, de discursos, pero sobre todo de artículos de prensa, durante veintisiete años recorrió todos los caminos posibles para justificar cada medida del dictador, para explicarlo sociológicamente, para defenderlo frente a los ataques desde el exterior.

La literatura

Aquí hacemos referencia al Ensayo sobre la lucidez (Alfaguara, 2004), que es una fábula, según palabras de su propio autor, José Saramago, sobre la actitud de los gobernantes de una ciudad sin nombre que después de unas elecciones democráticas contemplan asombrados un porcentaje muy elevado de votos en blanco. Este hecho significativo es el detonante de la novela, sin embargo, la actitud de los políticos está muy lejos de la autocrítica, culpando a los ciudadanos de conspiradores y utilizando los mecanismos del poder para castigarlos. Se trata de una reflexión sobre la democracia, la clase política, la libertad del ciudadano y el papel que juegan los medios de comunicación.

En esta novela se habla de unos comicios celebrados, donde el setenta por ciento de los electores vota en blanco y ante lo insólito del hecho, se repiten ocho días más tarde. Y, para sorpresa de los gobernantes, ese setenta se convierte ochenta y tres por ciento, lo que coloca en franco cuestionamiento el armazón de la democracia en ese país imaginario. Por supuesto, el poder reacciona y las autoridades políticas urden sórdidas tramas criminales para satanizar a quienes consideran enemigos de la patria.

Por eso, siempre debe recordarse que el poder castiga con dureza vergonzosa la osadía de rechazar una democracia degradada y cuando se precipita el caos, se revela con nitidez lo mejor y lo peor del ser humano. Y vemos una verdad que puede ser desasosegante.

¿"Los pueblos siempre vuelven"?

Pregunta que se hizo la Vicepresidenta argentina, Cristina Fernández, el 26 de enero de 2022, en una Exposición en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Y al responderse dice que eso no "es una categoría de pensamiento político universal, sino que es, más bien, una categoría de pensamiento político latinoamericano". La razón tiene que ver con que es "muy difícil por ahí en otras latitudes imaginar estos avances y retrocesos. También porque es cierto que el pueblo siempre está, pero cuando hablamos de que los pueblos siempre regresan, lo hacemos desde esta perspectiva":

En el año 2024 vienen dos procesos electorales bien importantes. Uno, el de Estados Unidos, donde, gane quien gane, seguirá mandando el "estado profundo" y el otro tendrá lugar en la República Bolivariana de Venezuela, donde la revolución de Chávez se juega su futuro y lo importante, en este caso, no es que el pueblo vuelva, sino que el pueblo se mantenga firme y fiel a la revolución bolivariana, pero para ello hace falta blindarla, sobre todos. de eficiencia y eficacia.

El presidente Nicolás Maduro ha sido enfático en denunciar algunas de las debilidades de la revolución bolivariana y que deben llamar poderosamente la atención.

Veamos:

-"El peor adversario es el corrupto, que daña al pueblo y es peor que todo el imperialismo junto y hay que vencerlo con una gran revolución moral y espiritual, del amor a la patria, a la historia, a la familia para posicionarnos en una situación superior".

-"Esta revolución necesita un nuevo comienzo, que renueve la energía y esperanza de un pueblo noble, capaz de dar la vida en las calles para defender esta causa histórica".

-"Que nadie se envanezca, hay que cultivar la humildad, hay gente que le dan un cargo y se llenan de escoltas y se creen más que los demás".

-"Tenemos que iniciar una lucha moral, espiritual, de todo un país, por la honestidad y la eficiencia, el avance de los valores de la honestidad y la ética social. Es una lucha que nos toca a todos e implica un gran cambio cultural y comunicacional de la sociedad".

-"La indolencia y el burocratismo dañan la vida del pueblo. Es necesario un cambio profundo y la rectificación de los errores de la Revolución Bolivariana, tenemos el poder para corregir los vicios que dañan la vida del pueblo".

-"Basta de corrupción, burocratismo, envanecimiento, arrogancia e indolencia".

-"Menos programas de televisión, de radio y prensa escrita para los egos y más contacto con el pueblo en los lugares que habitan, allí donde viven y pueden recibirnos con toda la ilusión de saber y conocer para despertar más conciencias".

También ha pedido cero tolerancias para aquellos burócratas que obstaculizan la construcción y consolidación de proyectos que benefician a las comunidades, insistiendo que si hay algo que le causa indignación es el burocratismo, porque afecta los derechos del Pueblo. Muchos funcionarios públicos, por dejadez y desidia, abandonan o congelan proyectos que benefician a las comunidades. "¡Cero tolerancias! ¡Caiga quien caiga!".

El Gobierno Bolivariano ha sido enfático en rechazar cualquier acto de corrupción, haciendo reiteradamente llamados contundentes a alcanzar niveles superiores de conciencia, moralidad, humildad y trabajo, tanto en instancias públicas como desde el Poder Popular.

Por eso: o se hacen las rectificaciones que demanda el presidente Nicolás Maduro para que los resultados favorezcan al chavismo o de nada valdrán las tesis de los positivistas vociferando que el pueblo venezolano es un mal agradecido y que terminó votando por sus verdugos y, recordar, como dijo también Cristina Fernández: "la gente no es de derecha ni de izquierda, sino que quiere vivir mejor"

Con el escritor boliviano, Álvaro García Linera, decimos: "Por eso la única manera de derrotar a las extremas derechas, de impedir que crezcan, es resolver la crisis económica y la crisis de esperanzas que las alimenta. Hay que resolver la crisis, pero no en favor de los ricos, sino en beneficio común de los humildes, de los trabajadores. Quitar la riqueza acumulada en pocas manos para distribuirla mejor entre la gente común e impulsar más producción para producir más riqueza a distribuir entre todos. Los paliativos temporales no resuelven el problema e incentivan la angustia".

Lo anterior significa aplicar la máxima del escritor argentino-mexicano, recientemente fallecido, Enrique Dussel, y mencionada varias veces por el Comandante Chávez: "mandando obedeciendo al pueblo".

Finalmente, debe decirse: "guerra avisada no mata soldado, y si lo mata es por descuidado", lo que significa que advertido, como estamos de los avances de la derecha por esta zona del mundo, debe, en consecuencia, tomarse las precauciones del caso y, por tanto, ser precavidos para no sufrir ningún daño.

Y, eso, para que las lamentaciones y las quejas no sean las que prevalezcan un día después de las elecciones, sino caravanas y río de gente celebrando el triunfo por todos los rincones de la patria de Simón Bolívar.



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Franklin González

Doctor en Ciencias Sociales, UCV. Sociólogo, Profesor Titular, Ex Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Profesor de Postgrado en la UCV, la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela y en el Instituto de Altos Estudios ?Pedro Gual? del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores. Fue embajador en Polonia, Uruguay y Grecia.

 framongonzalez@gmail.com

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