El tema adquiere centralidad, es determinante y por tal razón no lo soltaremos, estamos aferrados al mismo como la única tabla de salvación y en ese sentido, seguiremos escribiendo y trabajando sobre tal asunto desde distintos ángulos hasta conseguir persuadir al movimiento popular de hacerlo suyo y aplicarlo. Es que hay momentos en la historia de los pueblos, ya que es nuestro destino también, en los cuales siente uno la responsabilidad moral de advertir el camino correcto, aunque tengamos que lidiar con la soledad de estar solos en esto.
Todo militante que todavía viva con suficiente conciencia y sensibilidad la catastrófica vida cotidiana que sufre el pueblo venezolano en el área de la salud, la educación, la alimentación y el desempleo, sabe que la opción por los pobres significa sobreponerse a todas las dificultades y exigirse como ser sentipensante que la única tarea estratégica a la cual deben consagrarse, sin desmayar, sin dudar, es a la construcción de un Frente Unido del Pueblo. Y hacerlo no para salir de un nefasto maduro y colocar a otro loco como milei, no, es hacerlo sin anteponer tantas excusas, tantos peros sin fundamento, que debe cambiar la comodidad por la incomodidad de los esfuerzos que haya que hacer, dejando las mezquindades a un lado, deslastrar los nichos del sectarismo, desalambrando las parcelas y enterrando el dogmatismo, dejando la ambigüedad y la tibieza, declarándose enemigos del reformismo pequeño burgués que todo lo corrompe para que nada nuevo y bueno emerja en favor de la liberación de las grades mayorías explotadas, en resumen sabe que su bienestar individual está entrelazada al bienestar colectivo de todas las clases trabajadoras.
Un maestro, una enfermera, un ingeniero, un agricultor, un médico, un trabajador de Sidor y un trabador de las petroleras se han dado cuenta que el salario es un problema político, que cuando el gobierno madurista se niega a subir los salarios lo que está obedeciendo es a un mandato del capitalismo financiero transnacional. Entonces, para los trabajadores venezolanos ha quedado suficientemente claro, no así para algunos reformistas, que la solución del salario en Venezuela pasa por derrotar políticamente al madurismo desalojándolo del poder e instaurando una República nueva, dirigida por los propios trabajadores, por cierto que no les gusta a los reformistas. No sigamos dándole tanta vuelta a la cosa porque decir lo contrario es oscurecer la verdad con charlatanería reformista. Lo que Venezuela necesita con urgencia es un gobierno de y para las clases trabajadoras.
Y lo que sigue lo queremos resaltar, poner en relieve: dentro del sistema político capitalista catastrófico que administra el madurismo, no puede haber ninguna solución radical para acabar con la feroz explotación a la que esta sometido el pueblo venezolano.
El madurismo cerró y canceló todos los caminos y los mecanismos democráticos y constitucionales para impedir ser desalojado del poder por una fuerza material popular, más concretamente, ha tomado la decisión suicida de jugársela completa porque conocen y escuchan los sentimientos contra éllos que crecen a su alrededor, facultad estetoscópica que les da el estar situados en el poder, la de oir que están dadas la condiciones para que en cualquier momento (se presume que es en todas partes) surja del mismo seno del 80% de la población que los repudia, un poderoso Frente Unido del Pueblo que borrará todo lo feo y lo malo que ellos representan.
Y la oposición progringa junto con fedecámaras que siempre andan a la caza del poder o de cualquier negocio turbio antipopular, convencidos ya que el madurismo no tiene nada que ver con el socialismo, que resultaron ser una simple corriente contrarrevolucionaria, eso si más exitosa que ellos, entonces, se han sumado a constituir un solo combo, una especie de oligarquía lumpen, una hamponcracia, para impedir que las clases trabajadoras explotadas se organicen en su partido autónomo y asuman el timón del nuevo estado al servicio de todo el pueblo trabajador. En esto y sólo en esto consiste toda la contradicción que destroza a Venezuela, cualquier otra valoración analítica es un simple y vulgar intento de diversionismo ideológico que hacen los apologetas de siempre pagados por los explotadores.
No obstante, la contradicción vida/muerte o trabajo/capital se desarrolla tan agudamente en el interior de la sociedad venezolana que ya nadie podrá evitar este nacimiento, lo único que en Venezuela hace falta es acondicionar el pesebre para que nazca la buena nueva, la unidad popular y asuma el poder del nuevo estado.
A esa potencial posibilidad le tienen miedo todas las clases capitalistas explotadoras que no han hecho otra cosa sino enriquecerse con la renta petrolera, por eso hoy puede verse al madurismo aliado a las transnacionales capitalistas poderosas, por eso vemos a la oposición progringa y a fedecámaras aplaudiendo a maduro porque los aterroriza saber que una revolución popular está tocando a la puerta de la sociedad venezolana. No obstante ya se puede ver la estrella de Belén alumbrando el pesebre y a los reyes magos anunciando la profecía y llevando sus ofrendas al niño que está por nacer.