Digresión previa:
Dilecto lector, la tecla de "" no sirve, por lo que quien escribe prescinde al respecto.
En el orden de las ideas algunos Blabis parecieran estar muy lejos del florecimiento del pensar que uno espera de tales, el pensar bien. Dada su recurrente estulticia se nota que el mapa de su pensamiento está desmingado, tampoco bochan una contimás dos.
Y no son pocos aunque tampoco la mar de muchos, el típico blabisblebloblusaurio luce estar entre estrechos límites; yo no soy un Schemel pero apuesto a que los susodichos medran entre 0 y 2% que votó no a la recuperación del Estado Bolivariano Esequibo por parte de Venezuela.
Tal aproximable 2 % de ique venezolanos me llaman la atención porque a mi modo de ver constituyen un núcleo de fascismo y a eso hay que prestarle atención y de ser posible, tocarlos como a hermanos por si enderezan el rumbo.
Cuando me lo contaron yo pensé que se trataba de una mamadera´e gallo pero al escarbar la evidencia tuve que creerlo.
–Mira, #)&8=¿¡∞§*€‡π, sácale punta a esta vaina… (me dijeron copete´epellejo y cara´e repuesto).
Un Blabis de entre ese mar de tales que se manifiestan en la red asevera y con lujo de detalles, años, meses, semanas, días y minutos en que no ha comido pollo por culpa de Maduro, y por ahí se va echando pestes contra la ique dictadura, dice también que sobrevive a merced de una remesa de 100 $ que le vienen del exterior.
Yo no me eché a llorar por esa tragedia debido a que el hombre puja pero no llora, a menos que sea por culpa de una mujer ingrata que lo ha botado a uno y en cuyo caso uno jipea pero escondido en un rincón y abrazado a un frasco de cocuy; pero montar una llorica en la red por no comer pollo es recrearse en la sandez.
Además, comer pollo no es recomendable para los hombres (el que entendió entendió).
Yo soy bruto, no lo niego, pero sé que escarbar la causa prima sobre recrearse en la consecuencia; de ahí que considero que el desmingado blabis de marras haga un replanteamiento de su discurso de intrigas.
Todo Blabis hace como una culebra, se estira y se enrolla, se vuelve a estirar y prosigue rumiando su veneno antes de lanzar su ataque contra el Presidente Maduro y cual el más ilustrado guionista teje con erudita filigrana su drama a tal punto que mereciera un Oscar porque se las trae.
Pero se les ven las costuras, de tanto odiar terminan por odiarse a sí mismos.