La historia del pueblo venezolano no se agota tan sólo en relatar los epopéyicos acontecimientos que dieron origen a la República, asimirla de así, sería reducir la ciencia del hombre en el tiempo en una ciencia de un objeto sin vida. Tampoco se le puede entender como si fuera un espíritu absoluto que vuela sobre la sociedad venezolana, libre de toda contradicción, conduciendo su destino.
La historia a la cual nos referimos aquí, es la historia donde dialogan pasado, presente y futuro, una que se desarrolla en su movimiento dialéctico, en donde el sentido de la vida no siempre avanza en línea recta sino que puede conjugarse en los tres tiempos. Nuestra historia patria en cuestión debe servirnos para interpretar la realidad presente con una mirada autóctona, asimismo visualizar los posibles escenarios futuros sin los esquemas de leyes inexorables, y si bajo el enfoque cualitativo con el propósito de saber con base a la sistematizacion de la experiencia realizada y a los objetivos programaticos trazadios, qué hacer en el ahora y en el porvenir y evaluar cómo y por qué se hizo así en el pasado. La historia que necesitamos para liberarnos del capitalismo, es la que se va construyendo sabiendo que en el mundo hay otras historias que deben ser incorporadas en la nuestra en la medida que sirvan para aprender del bien y del mal.
Por lo tanto, en esta hora oscura en la que está sumergida Venezuela, sostenemos que existen suficientes condiciones objetivas para construir un instrumento político que resuma todo el descontento del pueblo, que levante un programa anticapitalista, antiimperialista y democrático popular y se plantee para realizarlo un proceso transicional que desemboque en una sociedad de productores libremente asociados. Esta es la base historica de la cual partimos para proponer la necesaria organización de una Junta Patriótica de Salvación como el instrumento político mas pertinente por contener una filosofía nacional popular de liberación construida con el ADN cultural que se gesto en nuestra propia sopa histórica.
Dentro de este orden de ideas. El primer escenario que vemos por estar ya cantado es: Maduro será proclamado, a pesar del rechazo generalizado que tiene en toda la sociedad (90% números que se desprenden de un Diagnóstico Rápido Participativo eb la calle) Pero el CNE probablemente lo proclamará con los mismos 10 millones que se inventaron cuando el referéndum del Esequibo, sin embargo todo el mundo sabe que en realidad no superán los 700 mil de votos. Puede ser que con el reparto de colchones y otros espejitos llegue a 800 mil. Este es un escenario cantado y las trampas son del conocimiento público.
En el marco de este escenario debe también decirse, que María Machado ya no es la candidata del imperialismo norteamericano. Que para los gringos, maduro representa mejor opcion que élla, porque este ofrece mayor estabilidad política y es igual de entreguista que la otra, además, está muy bien entrenado en el manejo del necrosado discursito socialista con el cual oculta su traición al chavismo, que, por cierto, sigue siendo una fuerza muy social, pero ha perdido iniciativa política. No cabe ninguna duda que para el supremacismo blanco norteamericano, Maduro es un ser despreciable pero es su cipayo más confiable, el que necesitan para seguir con sus planes de despojar y explotar al pueblo venezolano del petróleo y demás riquezas naturales.
En un segundo escenario, correlato del primero, se puede observar con claridad, que el pueblo venezolano seguirá empobreciéndose cada vez más no obstante ser una nueva mayoria política por estar conformado entre los empobrecidos del chavismo y los empobrecidos de la oposición, pero sin la capacidad de transformarse, todavía, en una fuerza material con una dirección colectica seria y comprometida. Mientras tanto, tendrá que continuar pagando el alto precio de seguir dominado y empobreciéndose bajo la crueldad de las políticas capitalistas del madurismo.
El tercer escenario sigue siendo patético: los pequeños y atomizados destacamentos del movimiento popular se mantendrán pululando como la Llorona en las calles de una Venezuela de casas muertas, sufriendo del mal endémico de la falta de unidad y de vocación de poder y de no tener una política propia, independiente de clase que ande en la calle. Atrapado siempre a la espera de una nueva coyuntura impuesta por los explotadores, para tener una nueva razón para hablar de la necesidad de la unidad que nunca se concreta. En este conglomerado de grupos, se ven posturas tan bochornosas como la de buscar consenso en torno a una de las candidaturas de la derecha y otras que llegan incluso hasta plantear, que es preferible votar por maduro como "mal menor", a otro perro con ese hueso. Con ese materia no puede construirse ninguna organización popular.
Si juntamos la descripción de estos tres escenarios podemos afirmar que en las manos del "partido reducido madurista" está la gestión de la incertidumbre. Y del lado del pueblo persiste el error que nos mantiene esclavizados.
Es como si al movimiento popular le hubiesen "echado una vaina" que le mantiene obnubilido, que le hace borrosa la mirada, que le desubica la correcta razón. Nada es más importante en la actualidad que la creación de un instrumento político propio, que levante un programa, por ejemplo, el Plan de la Patria. Es un instrumento que en vez de negar lo bueno del pasado, lo reinvindique y lo recree en el presente siempre bajo el principio de construir una República donde impere el derecho a la libertad de oportunidades y libre de cualquier forma de esclavitud moderna.
Es menester tejer, bajo la orientación de una pedagogía del cuidado, cada punto de coincidencia entre todos los actores del movimiento popular, para lograr un bordado de unidad nacional popular, en este sentido proponemos la organización de la Junta Patriótica de Salvación, como una exitosa lección que emerge de las entrañas de nuestra historia. ¿Por qué entonces en empecinarnos en correr detras de más derrotas que estan anunciadas?
Nos parece pues que sería un acierto, usar este teatrillo electoral para organizar a toda la nación en una Junta Patriótica de Salvación como una instancia impregnada con el noble producto nuestra tradicion histórica de lucha, que pueda recoger todo el descontento popujar contra el gobierno tiránico del "partido reducido madurista". La Junta Patriótica de Salvación deberá ser una verdadera fuerza política material capaz de arrebatarle el destino de la República a la tiranía madurista, fieles capataces del saqueo imperialista contra Venezuela.
En resumidas cuentas, en nuestra historia está encerrada la clave de nuestra Salvación.