Palabras y frases vacías

"En el principio era el verbo" (Juan 1-1). Esta frase la recoge San Juan en su Evangelio. Según su interpretación, es la palabra que conforma el mundo, el nombre que lo explica todo. Puede que no fuera tal, puede que antes del verbo existieran cielos, mares, noche, de estrellas, firmamento. Mi interés no es hacer una análisis de esta expresión, simplemente me voy a permitir cometer una blasfemia al impugnar una frase expresada por Dios, ya que las escrituras es la palabra del Señor. El principio no fue el verbo, sino la palabra. Esta aparece como un necesidad para colocarle nombre a los cosas, o sea, para identificarlas, como la mesa, el artilugio que tiene una tabla sostenida por cuatro patas; ave, el animal que vuela y remonta el cielo; estrella, puntos luminosos incrustado en el cielo que titila en la oscuridad de la noche; río, el flujo de agua que circula por un canal; en fin la palabra fue un instrumento del idioma que facilitó a los primeros humanos la comunicación.

Evidentemente, las primeras palabras que inventó el hombre se utilizaron para reconocer objetos concretos, aquellos que se podían tocar, moldear, aquellos que se podían ver, aquellos que existían ante sus ojos. A un troglodita la palabra estratósfera, rueda, martillo, destornillador, cuchara…entre miles no tenía ningún sentido o significado, algunas porque no se sabía nada de esos objetos y en otro caso, porque en ese tiempo no se había inventado. En la medida que hubo necesidad se concibieron nuevas cosas y se le fueron asignando nombres a cada una. Tal como ocurre en la actualidad con términos como computadora, celular, fax, fibra óptica, robot, impresora, licuadora…artilugios que no existían a comienzos del siglo XX.

Hasta aquí todo marchó de maravilla, cuando surgió algo llamado razón, esta fue la que dio origen a lo que se conoce como "idea". Un entendido expresó que una idea es una representación mental que surge a partir del razonamiento o de la imaginación de una persona. Está considerada como el acto más básico del entendimiento, al contemplar la mera acción de conocer algo. Para otro, una idea es la imagen o representación que del objeto percibido queda en la mente. Finalmente, para no recurrir a otros eruditos sobre el tema concluiré con lo refiere otro versado: las ideas son representaciones mentales de la realidad que surgen a partir del razonamiento o de la imaginación, y que dan lugar posteriormente a los conceptos.

De acuerdo con lo anterior el hombre a partir de la idea puede concebir representaciones, no solo cosas concretas, sino también aspectos etéreos y de esta manera darle un nombre. Esto es, mediante la razón los humanos lograron definir algunos aspectos de la vida que se pueden considerar abstractos, volátiles, impalpables, sublimes, irreales, incorpóreos o inmateriales. O sea, aquella cualidad de todo lo que resulta de la abstracción de un objeto o de un concepto. Es lo que existe solo en idea, pero no de forma material. Es lo intangible, lo conceptual, aquello que no tiene una existencia física concreta, es decir, algo indeterminado, indefinido, teórico, ideal, vago e impreciso. Es aquí cuando comienzan las complicaciones de los humanos, cuando otros individuos comienzan a manipular estos términos para generar ciertos estados anímicos para dominar a los semejantes.

Son estas palabras abstractas, intangibles, ideales, imprecisas las que se inventaron para dominar con intenciones determinadas. Muchos de estos vocablos son utilizados por clérigos, políticos, filósofos, gurúes, con fines "non santos". Tales como Dios, alma, espíritu santo, paraíso, infierno, nacionalidad, patriotismo, fe, moral, amor, fidelidad, sacrificio, santo, amistad, esperanza, destino, compasión, fortaleza, humildad, caridad, gratitud, valentía, responsabilidad, virtud, pecado, piedad, abnegación, justicia, castidad, valentía, sencillez, gratitud, respeto, alegría, felicidad, coraje, democracia, devoción, íntegro, lealtad, perdón, libertad, igualdad, fraternidad, optimismo, autoestima, amor propio, honor, honradez, bondad, misericordia…entre tantas palabras, que esgrimidas dentro de discursos, homilías, sermones, conferencias, conversaciones, explicaciones, panegíricos, hasta diagnósticos pueden generar conductas negativas en los humanos. Como se puede constatar ninguna de las palabras nombradas anteriormente tienen una forma o representación concreta que alguna persona puede palpar, olfatear o ver.

No podré dedicar este artículo a explicar detalladamente cada una de los anteriores vocablos, simplemente voy a escoger algunas de estas palabras que ubicadas dentro de un discurso o sermón constituyen frases vacías. La que más inmediata me llega a la mente es Dios. Ninguna persona terrenal ha visto a Dios, tampoco ha tenido contacto con Él directamente, solamente ciertos profetas han tenido relación, solo en sitios escondidos o recónditos, y nadie los ha visto en sus diálogos con la deidad. A pesar de esto millones de seres humanos han muerto en miles de guerras en la defensa de un personaje impalpable. A pesar de esto obligan a los feligreses a tener fe por lo ignoto, sin saber que es la fe, bajo la amenaza del infierno o el premio del paraíso a la diestra de Dios. Algo que es indiscutible: ningún alma ha regresado del paraíso o del infierno para contarnos que ocurre en esos lugares. De igual modo, cuántas almas caben o se apurruñan a la diestra de Dios desde hace más de 2000 años. A pesar de todo, todavía muchos hombres y mujeres mueren defendiendo la religión y la fe en un Dios único. A sabiendas que en todos los cultos lo tienen como divinidad piadosa causantes de muchas guerras sangrientas. Fe, Dios, santidad, alma, espíritu santo, paraíso…palabras que contenidas en un sermón constituyen solo frases vacías.

Lo mismo puedo explicar lo referente a la nacionalidad. Millones de seres humanos, sobre todo soldados, han muerto y desaparecidos en campos de batallas defendiendo la patria. Una patria que el ahora difunto nunca supo cómo se formó. Algunas veces por un negocio entre dos gobernantes, en el que uno de ellos entregó al parte de un territorio por una deuda pendiente; en otro caso, porque se hizo una transacción o negocio mediante el cual un presidente o rey vendió a otro monarca una provincia entera; o simplemente, porque un emperador en tiempos pasado conquistó a la fuerza una provincia y se la robó con toda la gente adentro. En el mejor de los casos, cuando un rey le cedió como dote, al futuro esposo de una hija, un país entero; o cuando un rey muere y lega a varios hijos un reino repartido entre dos o tres feudos diferentes. Así se forjaron muchas nacionalidades para que, pasado varios siglos, un poeta, quien nunca en su vida tomó en su mano un fúsil, le pida a un patriota, en un canto heroico o himno nacional, que se inmole por la patria. Frases vacías donde el heroísmo, la nacionalidad, el sacrificio solo sirven para que los tontos rieguen con su sangre los campos de batalla.

En la actualidad dos de las palabras más manoseadas por los líderes de todas las naciones del planeta son los vocablos democracia y libertad. Todos los políticos hablan de estas y así como en el caso de Dios y la nacionalidad, muchos jóvenes han muerto en la defensa de la democracia y la libertad. Parece que cada gobernante, los políticos y los partidos entienden la democracia y la libertad a su manera. Todos los países, sobre todo los del mundo occidental, abogan por la defensa de la democracia y la libertad, algo muy extraño, estos mismos son los que intervienen en los asuntos internos de otros países. El país que se vende como la mejor democracia del mundo EEUU tiene bases militares en 159 países y los agentes del FBI, CIA y DEA actúan desde sus embajadas en labores de espionaje. Francia, cuyo legado a la humanidad fue la Revolución Francesa y su eslogan libertad, igualdad y fraternidad, posee actualmente, siglo XXI, colonias entre ellas, Martinica, la Polinesia Francesa, Guayana Francesa y Nueva Caledonia. Es notorio que sus gobernantes utilizan frases vacías para enaltecer la democracia y la libertad y más bien se comportan como tiranías solapadas.

El cruento genocidio cometido por el país democrático Israel contra el pueblo palestino y que actualmente está viviendo la humanidad, ante la indiferencia de las democracias del mundo occidental, es consecuencia del robo de le hizo la ONU, en connivencia con los gobiernos democráticos de EEUU, Francia y UK. Los responsables nazis del holocausto contra los judíos fueron enjuiciados y condenados por un tribunal internacional, algunos a muerte, otros a prisión perpetua y otros a penas menores. Hoy por hoy en la franja de Gaza se está cometiendo delitos similares al holocausto judío y los gobernantes de las democracias judeo-cristiana, utilizando frases vacías para justificar lo injustificable, se niegan a reconocer que en Palestina se está cometiendo un genocidio y se abstienen de denunciar al carnicero de Gaza, el criminal Netanyahu.

Es sorprendente como los religiosos, los políticos, los generales, los burócratas de la ONU, la prensa comprometida, las mercenarias redes sociales, entre tantos utilizan palabras intangibles e imprecisas para engañar a un pueblo o un electorado en nombre de la democracia y la libertad. Lo que está en juego es el futuro de la humanidad y sus frases vacías, que no son más que un engaño, nunca resolverán los problemas que los mismos "demócratas" crearon. Para finalizar, para los usufructuarios de las frases vacías, dejaré el testimonio del filósofo alemán Friedrich Nietzsche: "Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti". Lee que algo queda.



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Enoc Sánchez


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