La religión, la democracia y la ignorancia

Que una persona crea en algo concreto dependerá que esta lo pueda tocar, oler o escuchar, en el caso de que se trate de un término abstracto sería necesario que este debiera estar sustentado por todo un sistema racional o en una teoría que justifique su existencia. En todo caso, en el primero el individuo no tiene que hacer algún esfuerzo para creer, solo basta usar los sentidos para corroborar el reconocimiento, pero en el segundo, el sujeto deberá realizar algún estudio o análisis para comprender lo que se le ofrece.

En cuanto a la religión existe todo un sistema o una teoría que sirve para sustentar la creencia, como es la teología basada en los libros religiosos. A todas las religiones las respaldan la teología, la disciplina que tiene por objeto a Dios y su relación con el mundo, o también, la doctrina que trata de Dios fundada en los textos sagrados y los dogmas. Simplemente, la teología es el estudio o razonamiento de Dios.

La mayoría de las religiones tienen sus lecturas sagradas, por ejemplo los cristianos (católicos y protestantes) tienen La Biblia; los musulmanes el Corán; los judíos La Tora, el Talmud y otros; el hinduismo incluye los cuatro Vedas, los Apaisad, el Bhagavad-gita; los budistas el Vinaya-pitaka, el Sutta-pitaka y el Abhidhamma-pitaka; el zoroastrismo el Avesta, que es una colección de textos sagrados de la antigua Persia, entre los cultos más practicados en el planeta. Quiere decir que los feligreses que practican cualquiera de estas religiones su obligación debería ser la lectura de estos textos para comprender y respaldar la creencia.

No cabe duda, ninguna de las lecturas anteriores está basada en hechos históricos, ni se pueden comprobar mediante acontecimientos científicos, dado que Dios es producto de la imaginación de los humanos, es decir un ente abstracto. En otras palabras, los textos sagrados no relatan acontecimientos reales, son producto de la fantasía que no pueden ser comprobados mediante el método científico, luego la teología no es una ciencia, tal como algunos teólogos pretenden definirla. Es por eso que las religiones apelan al dogma, en el entendido que este es una proposición tenida por cierta y como principio innegable. Siendo el dogma de fe una que verdad revelada, es una verdad que se apoya en la autoridad de Dios, por eso se tiene la obligación de creer. Ejemplos de dogmas católicos son la existencia de Dios, Jesús y la Santísima Trinidad. No obstante, otras religiones del mundo, como el judaísmo, el hinduismo o el islamismo, también se sustentan sobre sistemas de creencias que constituyen doctrinas de carácter dogmático.

Como se puede ver el estudio de los libros sagrados es algo complicado dado que relatan hechos fantasiosos que algunos teólogos le atribuyen significados simbólicos. En todo caso, es donde quiero llegar, son muy pocos los feligreses que leen los libros sagrados para fortalecer su creencia. Una gran mayoría de los católicos nunca ha leído La Biblia, desconocen que la raíz del catolicismo es el judaísmo, que el Viejo Testamento lo escribieron los pastores hijos de David y nada de los relatos que aparecen en estas lecturas se han comprobado. De igual manera, el Nuevo testamento escrito por apóstoles fue recopilado 300 años después de la muerte de Jesús, ni Marcos, ni tampoco Lucas y de igual manera, Juan conocieron al crucificado. Lo que quiero referirme con este escrito es que los fieles, los feligreses, en su gran mayoría, ignoran la doctrina que profesa porque nunca han leído La Biblia y solo se conforman con lo que le dicen los sacerdotes en los púlpitos o en la misa. Quizás si estudiaran el Viejo y el Nuevo Testamento podrán advertir que las verdades reveladas son una mentira.

Con lo que respecta a los modelos políticos-económicos no es muy diferente. Si a una persona se le pregunta la definición de monarquía, imperio, tiranía y democracia no creo que la gente daría la respuesta adecuada. Los electores, quienes viven en países democráticos, la mayoría desconoce la doctrina o el fundamento en la cual se sustenta el modelo democrático, solo sabe que vive en democracia porque cada cuatro o cinco o seis años va a depositar su voto en una urna electoral. Y esta ignorancia es el sustento de la democracia.

Es notoria la ignorancia de las personas en todo el mundo en lo que respecta a la democracia. Si se le pregunta sobre la Constitución de su país, de seguro la generalidad, tal como los libros sagrados, nunca la ha leído. Y si se le inquiere sobre el conocimiento las funciones del poder ejecutivo, legislativo, judicial, electoral entre otros, tengo la certeza que una gran masa de ciudadanos desconoce las actividades de los poderes que sustentan la democracia.

La democracia tiene muchas debilidades, quizás por ser una forma de gobierno relativamente nueva. Además, fue impuesta en Europa y EEUU para fortalecer la economía de un grupo privilegiado, esto es, los burgueses que destronaron a los aristócratas para llegar al poder. No cabe duda, el voto universal, secreto y directo es el soporte de la democracia, el cual es ejercido por unos electores que nunca han leído la constitución y desconocen de fascismo, socialismo, comunismo, capitalismo, neoliberalismo, teoría de marcado, etc. Más allá de la desinformación que tienen, si es que la recuerda, de los medios de comunicación y de las redes sociales comprometidas. En otras palabras, un elector se dirige a una urna electoral a depositar un voto desconociendo lo que es una democracia, la constitución, la historia de su país y de una cantidad de conocimientos que debería tener para ejercer el acto del sufragio. En el entendido que su acción puede determinar el futuro del país.

Es innegable que la ignorancia está reinando en el mundo, no porque la gente desee serlo, simplemente porque las grandes corporaciones económicas no están interesadas en que los pueblos se eduquen, se informen por medios de comunicación no comprometidos, se preparen, que solo lean los libros que al capitalismo les interesa. Por tal razón a los pueblos, sobre todo a los jóvenes, se les mantiene entretenidos mirando el béisbol, el fútbol, el básquetbol, el voleibol, la elección de reinas de bellezas, la entrega de premios de cine, conciertos de cantantes y de todo evento que permita a la gente mantenerse ocupada admirando a un actor, un cantante, una estrella de cine, una reina belleza desfilando por una alfombra roja.

La democracia está en terapia intensiva, porque no hay empatía entre los aspirantes a presidentes y los electores. La función de los medios de comunicación y las redes sociales es la de ofrecer un producto llamado candidato presidencial, los cuales desvirtúan completamente la personalidad del pretendiente a la silla presidencial con el objetivo que se adapte a los deseos de los electores.

Estamos en un sistema electoral donde los medios de comunicación y las redes sociales esconden la verdadera personalidad del candidato presidencial, así mismo, los votantes desconocen las verdadera intenciones del candidato, tampoco han leído la Constitución, además ignoran el sustento de un gobierno democrático. Hay que buscar una manera para que las nuevas y las viejas generaciones desaprendan los viejos vicios para incorporar en su cerebro una nueva visión del mundo. No podemos ser víctimas de una manipulación descarada de los medios de comunicación para captar votantes hacia un candidato que no es más que un producto preparado por las grandes corporaciones que les defenderá sus intereses, una vez que alcance la presidencia. Tanto los feligreses de cualquiera religión, al igual que los electores son mártires de un sistema que se aprovecha de la ignorancia. Es por eso que Europa y América (norte, centro y sur) están sumergidas en modelos políticos-económicos-sociales que no han logrado superar los modelos impuestos a finales del siglo XIX.

Se debe tener claro que la ignorancia o la desinformación no se supera con un título académico, hay muchos eminentes académicos, médicos, abogados, generales, arquitectos, empresarios, entre tantos que estudiaron en una universidad de prestigio y desconocen lo que pasa en el mundo y tampoco tienen una explicación de esto. Hay que leer y consultar libros, o investigar en la red, para enterarse y entender la razón de la terrible locura que estamos viviendo. Quizás por esto el filósofo estadounidense expresó: "La ignorancia priva a las personas de libertad porque no saben qué alternativas hay. Es imposible elegir hacer lo que nunca se ha oído hablar". Lee que algo queda.



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Enoc Sánchez


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