Hay aspectos de la realidad que van adquiriendo una tendencia determinante. La abstención es un sentimiento común de ese tipo, es un repudio que se viene socializando, afirmando en todo el pais y anticipa un boceto de lo que será el verdadero cuadro del 28J.
A medida que van pasando los dias la abstención va ganando fuerza en el seno del pueblo como la unica manera correcta de expresar su disposición a terminar con esta catastrófica realidad. Pero, Lo que no es ni debería ser la abstención, es la linea politica oportunista y sectaria de partido alguno, porque eso acabaría con el espíritu de rebeldía civil y con la singular emocionalidad insurgente del pueblo venezolano.
La abstención, que hoy viene agarrando fuerza entre los empobrecidos del chavismo y de la oposición, es el resultado lógico de toma de conciencia y la decisión política que estos sectores han adquirido en la experiencia de la lucha de resistencia contra la explotación capitalista.
No es casual que contra ella se han aliado maduristas, maricorinistas, cualquieristas, la izquierda edmundista, oportunistas y también los imperialistas para impedir que siga en aumento, porque es una idea fuerza, autónoma y descolonizada, es una manera radicalmente distinta de hacer valer la participacion popular que está enrraizandose en la emocionalidad transformadora del pueblo empobrecido, impulsándolo a usar el teatrillo electoral del 28J pero con el propósito de construir un gran frente social, una inmensa fuerza material, no de siglas, sino un espacio democratizado donde participen todas las fuerzas sociales de la nacion que se sientan agredidas por las politicas neoliberales del madurismo en complicidad con la oposición gringa y fedecámaras.
Por todo lo dicho, la abstención instalada y habiéndose ya ganado una amplísima franja del pueblo, debe dar el salto cualitativo y transformarse en una fuerza política estructurada, que reconcilie a todos los empobrecidos y los reúna en un Frente unificado y en este sentido es que proponemos la construcción de la Junta Patriótica de Salvación como un instrumento resguardado en nuestra memoria histórica de las luchas nacionales por la liberacion, independencia y soberanía.
Entonces, una Junta Patriótica de Salvación que contando con la capacidad y la legitimidad politica que le daría el ser la depositaria de la unidad popular, pueda ponerse al frente de un posible vacío de poder que energería de la farsa del 28J. Entonces, no hay tiempo que perder.