Y envenenado por el odio que le han inyectado en la mente, salga a votar en contra de su propia gente para castigarlos y con esto darles el poder a sus enemigos históricos. Me cuesta creer que los Negros de Barlovento, de Aragua, del Zulia, de Falcón y de todo el país y los aborígenes Yecuanas, Piaroas, Cariñas, Pemones, Guajiros, Yanomamis, los Guaraos y sus descendientes que habitan las grandes ciudades urbanas del país, se levanten a las 5 a.m. del 28j, para ir a hacerse el Haraquiri, votando por los descendientes de los que siempre los han mantenido excluidos y en situación de pobreza.
Podemos entender que un numeroso grupo de electores no estén de acuerdo o adversen algunas políticas que se hayan implementado y que solo sirven para favorecer a un sector del gobierno que dirige Nicolas Maduro y que a otros no les ha llegado algunos de los programa sociales y/o que la corrupción haya penetrado en los organismos del Estado. Todo eso lo puedo entender y en verdad que eso produce arrechera; pero de allí a ¿salir a darle El Poder al enemigo para que nos joda más y contra el cual es imposible luchar y avanzar en el proyecto histórico, trazado en el Plan de la Patria, que nos heredó El Comandante Eterno, para desarrollar todo el Continente Aby Ayala y así poder ejercer la soberanía en nuestros territorios? Eso sería. un retroceso histórico de por lo menos 200 años cuando éramos una colonia del imperio español. Hay que recordar el hecho ocurrido hace 200 años cuando las tropas Patriotas y Realistas se enfrentaron en la Batalla de Ayacucho el 8 de diciembre de 1824.
Podemos entender a compatriotas que nos señala y nos confronta con planteamientos como este: "Mas allá de lo que ocurra el 28J, hay un pueblo que en los hechos experimenta la pérdida progresiva de condiciones dignas de vida, las desapariciones del "buen vivir", mientras apenas minorías se han convertido en los mayores beneficiarios en un país que cuenta con vastas fuentes de riqueza. En síntesis el resurgimiento de una brutal brecha de la desigualdad social en nuestro país.", pero esta situación descrita, no la van a resolver los causantes de ella, Somos nosotros El Pueblo llano, el de a pie, el que no tiene apellidos ilustre, el que se gana la vida con el sudor de su frente, quienes tenemos que dar nuestro apoyo a nuestra gente y hacer que no se desvíen y trabajen para nosotros, A los nuestros podemos reclamarle, llamarle la atención y hasta castigarlos si no cumplen, a los otros nó, porque nó tenemos ACCESO A ELLOS.
Equivocarnos el 28j, e ir a votar arrechos por las torpezas que puedan haber incurrido algún funcionario del gobierno o por alguna medida tomada en la cual hayamos sentido que nos perjudico o por la omisión de no haber realizado algo que nos favoreciera, puede ser fatal para todo el futuro de lo que aquí pudiera ocurrir en los próximos 50 años y para todos los pueblos que luchan por mejorar sus condiciones de vida en todo el continente latinoamericano, Así de importante es la decisión de ir el 28j a la mesa electoral y ejercer, en menos un minuto, el derecho al voto. Cada voto es como un lanzazo recibido en el pecho del enemigo, si lo comparamos con la Batalla de Ayacucho, considerada la mas sangrienta DE TODAS Y EN LA CUAL HUBO 1400 MUERTOS donde cada ejército no tenía más de 7000 combatientes.
Los venezolanos que aquí nos quedamos y tuvimos que vivir y sufrir durante los últimos 10 año, la más espantosa crisis económica que recordemos, tenemos derecho a recuperar el bienestar perdido y a comernos las hallacas de este diciembre en Paz y abrazados con los que se fueron y están regresando. Esto será posible, si no nos equivocamos a la hora de marcar con nuestro dedo índice, la cara del candidato a la presidencia de la Republica, que nos asegure que eso pueda suceder. Es una decisión individual, con un efecto colectivo histórico. Nos estamos jugando a Rosalinda y no tenemos derecho equivocarnos.